Las armas que causan víctimas en gran escala son aquellas que pueden producir un suceso con una gran cantidad de víctimas. Los sucesos con víctimas en gran escala colapsan los recursos médicos disponibles por la gran cantidad de personas heridas implicadas (víctimas). Las armas que causan víctimas en gran escala incluyen gran variedad de
Las armas que causan víctimas en gran escala se conocen a veces como armas de destrucción masiva. Sin embargo, la terminología "armas de destrucción masiva" es menos precisa ya que implica una destrucción física importante de las infraestructuras y suele producirse con explosivos. El término «arma» implica un uso intencional. Sin embargo, muchas armas que causan víctimas en gran escala también son sustancias que pueden causar involuntariamente un suceso con víctimas en masa. Por ejemplo, los productos químicos o las sustancias radiactivas pueden proceder de fugas de una fábrica o una central eléctrica, o de un camión o vagón de tren durante el transporte. Los médicos y los poderes públicos utilizan los mismos principios para gestionar los incidentes intencionados y los involuntarios.
La exposición de una comunidad a un arma que causa víctimas en gran escala puede ser evidente, como ocurre con una explosión o con las fugas o derrames manifiestos e incluso puede ser anunciada con antelación por el autor. Sin embargo, la exposición de la comunidad a las armas radiactivas, microbiológicas o químicas, puede no ser tan obvio. Tales sustancias pueden diseminarse en secreto para que el primer signo sea simplemente que muchas personas enfermen en el mismo lugar y a la misma hora. Los médicos pueden tener dificultades para identificar o distinguir entre la exposición provocada y un brote epidémico de una enfermedad natural. Por ejemplo, el vómito y la diarrea causadas por la exposición secreta a la radiación al principio pueden confundirse con una intoxicación alimentaria masiva.
Una vez en el ambiente, las armas que causan víctimas en gran escala pueden estar presentes como una combinación de sólidos, líquidos, gases o vapores (la forma gaseosa de una sustancia que es líquida a temperatura ambiente). En el aire pueden quedar suspendidas muchas partículas finas de polvo o pequeñas gotas de líquido en forma de aerosoles (humos, brumas, neblinas o emanaciones). Cuando existe radiación, las personas pueden tener contacto directo con el polvo y los desechos radiactivos o pueden estar expuestos a la radiación sin contacto físico con la fuente de la misma (véase Lesión por radiación).
La forma del arma influye en el tiempo que permanece en el ambiente y las posibles vías de exposición. Los sólidos y los líquidos poco volátiles tienden a permanecer en el ambiente más de un día en condiciones normales y algunos pueden persistir durante semanas. En algunos casos, tales como con los materiales radiactivos, el material derivado de las armas puede permanecer durante años. Los gases y los líquidos muy volátiles tienden a dispersarse en menos de 24 horas.
La vía de exposición es un factor importante en el modo como las personas se ven afectadas por un arma que causa víctimas en masa. Pueden inhalarse los gases, los vapores y las partículas pequeñas. Las sustancias inhaladas suelen actuar muy rápidamente. Los sólidos y los líquidos pueden contaminar la piel, a partir de la que pueden ser absorbidos o transferidos a la boca y ser ingeridos. La exposición de la piel por lo general tarda más tiempo en causar síntomas. Los objetos contaminados (por ejemplo, los desechos de una explosión) pueden penetrar la piel e introducir la sustancia directamente en el cuerpo.
Enfoque inicial para los incidentes con armas que causan víctimas en masa
Los médicos y el personal de urgencias suelen abordar el suceso que involucra armas que causan victimas en masa siguiendo los siguientes pasos:
Preparación
Reconocimiento
Evaluación y clasificación o priorización
Tratamiento
Estos pasos a menudo se superponen. El reconocimiento, la evaluación y el tratamiento se pueden llevar a cabo al mismo tiempo cuando hay muchas víctimas.
Preparación
Los esfuerzos de preparación son fundamentales. Para responder a un suceso, se necesita planificación contra desastres en los hospitales y en la comunidad, junto con los suministros equipamiento adecuados. La preparación frente a desastres típicamente incluye planes para traer más personal y para reasignar recursos (como camas, quirófanos y sangre para transfusiones) de la atención de rutina a las víctimas de la catástrofe. Los suministros o material y los equipos generalmente incluyen áreas de descontaminación designadas con desagües delimitados, revestimientos de suelos y equipos de protección para minimizar la propagación de la contaminación, así como reservas de antídotos o medidas adecuadas para obtenerlos de otras fuentes. Muchos hospitales llevan a cabo simulacros regularmente para ayudar al personal a familiarizarse con los planes contra desastres, incluida la localización de procedimientos de trabajo escritos, suministros o material y equipos (especialmente los de descontaminación).
Reconocimiento
Así como los sucesos relacionados con explosivos, armas de fuego y accidentes de medios de transporte son fáciles de reconocer para los médicos y los servicios de emergencia, los sucesos relacionados con armas biológicas o químicas son a menudo mucho más difíciles de identificar.
El reconocimiento de un suceso puede venir a través de los servicios de inteligencia o el anuncio de los perpetradores, por pistas ambientales (como animales muertos o moribundos y olores inusuales) o gracias a dispositivos de monitorización medioambiental (sustancias químicas, biológicas, o de radiación), lo que puede no estar disponible en todos los lugares. En algunos casos, el único indicio de un posible suceso puede ser el gran número de personas afectadas con síntomas inusuales o similares. A medida que se evalúan las bajas o los heridos, los médicos pueden reconocer los síntomas y signos característicos que son típicos de la exposición a ciertas sustancias o a un microorganismo infeccioso. En última instancia, los médicos pueden tener que enviar muestras clínicas o medioambientales a un laboratorio. Sin embargo, el diagnóstico y el tratamiento inicial son a menudo urgentes, especialmente para las lesiones producidas por ciertas armas químicas que actúan muy rápidamente.
Evaluación y clasificación o priorización
La priorización es el proceso de asignar el grado de urgencia a las lesiones. Algunas personas necesitan tratamiento muy rápidamente, mientras que otros pueden esperar de manera segura durante más tiempo. El gran número de víctimas de un suceso producido por armas que producen víctimas en masa requiere un breve contacto inicial de los médicos y servicios de emergencia con las personas afectadas para que todos puedan ser evaluados rápidamente. La priorización puede ser particularmente difícil porque las personas en sucesos con víctimas masivas que no implican explosiones o incendios pueden no tener lesiones visibles. Además, muchas personas que se encuentran en el lugar o cerca del suceso pero que no fueron expuestas a las armas pueden tener una reacción de estrés (como hiperventilación, temblores, náuseas y debilidad). Para el personal médico, las reacciones de estrés pueden ser difíciles de distinguir de los efectos tóxicos, infecciosos o radiológicos.
El personal médico entrenado en las situaciones relacionadas con armas que causan víctimas en masa saben establecer tres zonas para ayudar a garantizar su propia seguridad: una zona caliente, una zona templada y una zona fría.
La zona caliente es el área que rodea la liberación o lanzamiento del arma que causa víctimas en masa. Los riesgos para el personal médico o sanitario son mayores en la zona caliente, y normalmente, solo se permite estar en dicha zona a los servicios de emergencia con equipos de protección personal adecuados.
La zona templada (pasillo de descontaminación) limita con la zona caliente. La descontaminación de todo el cuerpo, a fondo, se hace en esta zona. El personal médico puede requerir el uso de un equipo de protección para la evaluación primaria, priorización y tratamiento inicial de las víctimas, especialmente en personas expuestas a productos químicos.
La zona fría (zona limpia) incluye los servicios de urgencias hospitalarios. Dado que la descontaminación debe haber sido llevada a cabo en la zona templada, el personal médico en la zona fría suele estar seguro con las precauciones estándar. Sin embargo, los hospitales siguen necesitando capacidad de descontaminación, ya que algunas personas pueden abandonar el lugar por su cuenta y llegar a un hospital sin haber sido descontaminadas.
Tratamiento de las lesiones por armas que causan víctimas en masa
En caso de sucesos con armas que causan víctimas en masa, los médicos y otros servicios de emergencia tienen por objetivo
Protegerse
Estabilizar el estado o afección de la persona
Parar la exposición al agente (sacar a las personas de la zona contaminada, eliminar la contaminación de las personas)
Por lo general, los médicos primero estabilizan las vías respiratorias de la persona afectada. Sin embargo, las personas que hayan estado expuestas a ciertas sustancias químicas pueden necesitar una descontaminación inmediata. Además, para algunas sustancias químicas (como los gases nerviosos) puede disponerse de un antídoto y ser necesario de inmediato.
El tipo de descontaminación requerido depende del tipo de arma. En personas que han estado expuestas a los aerosoles de agentes biológicos o radiológicos, la piel, la ropa o ambas suelen estar contaminadas. Dado que la mayoría de estos agentes no pueden penetrar rápidamente a través de la piel intacta, desnudarse y ducharse por lo general es suficiente para la descontaminación. Ciertas sustancias químicas (por ejemplo, la mostaza azufrada o sulfúrica y los agentes nerviosos líquidos) empiezan a penetrar en la piel al entrar en contacto con ella y pueden comenzar a dañar el tejido inmediatamente. Las personas expuestas a dichos agentes necesitan una descontaminación inmediata para detener la absorción continuada y evitar la propagación de la contaminación. Un producto comercial especialmente formulado para la descontaminación de la piel (llamado, loción para la descontaminación de la piel reactiva o RSDL® [Reactive Skin Decontamination Lotion]) inactiva los agentes neurotóxicos y la mostaza azufrada en la piel (aún no está aprobado para su uso en los ojos ni en las heridas). Sin embargo, el agua y jabón son también eficaces. El agua sola es menos eficaz para los productos químicos oleosos, pero se utiliza cuando el jabón no está disponible. Una solución al 0,5% de hipoclorito de sodio (preparada diluyendo lejía doméstica estándar al 5% en una proporción 1:9 con agua) también es eficaz, pero no se utiliza ni en ojos ni en heridas. Durante una emergencia, se puede aplicar en la zona afectada cualquier producto disponible que pueda absorber el agente químico (como toallas de papel, tejidos, suelos ricos en arcilla o pan), frotando vigorosamente hasta un máximo de 2 minutos y luego retirándolo mediante lavado abundante.
El personal médico inspecciona las heridas y elimina todos los residuos. Después se enjuagan con agua abundante (en ocasiones salada).
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan la política oficial del Departamento del Ejército, el Departamento de Defensa o el Gobierno de Estados Unidos.