

Las fracturas del pie pueden estar causadas por caídas, torceduras o impactos directos del pie contra objetos duros.
Las fracturas del pie causan un dolor considerable, que suele empeorar al cargar peso sobre el pie.
Generalmente, los médicos necesitan tomar radiografías para diagnosticar fracturas del pie.
El tratamiento depende del hueso fracturado y del tipo de fractura, pero por lo general comporta el uso de una férula, un zapato o una bota especialmente diseñados para proteger el pie.
(Véase también Introducción a las fracturas Introducción a las fracturas Una fractura es una grieta o una rotura de un hueso. La mayoría de las fracturas son consecuencia de la fuerza aplicada a un hueso. Las fracturas suelen ser consecuencia de lesiones o de un... obtenga más información .)
Las fracturas del pie son frecuentes. Pueden estar causadas por caídas, torceduras o impactos directos del pie contra objetos duros.
Las fracturas del pie causan un dolor considerable, que casi siempre empeora al intentar caminar o al colocar peso sobre el pie.
Localización de las fracturas del pie
Las fracturas del pie son frecuentes. Pueden ocurrir en
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Diagnóstico de las fracturas del pie
Por lo general, radiografías
(Véase también Diagnóstico de fracturas Diagnóstico Una fractura es una grieta o una rotura de un hueso. La mayoría de las fracturas son consecuencia de la fuerza aplicada a un hueso. Las fracturas suelen ser consecuencia de lesiones o de un... obtenga más información .)
El diagnóstico de las fracturas del pie suele requerir radiografías, excepto en ciertas fracturas de los dedos. Rara vez es necesario realizar una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN).
Tratamiento de las fracturas del pie
Una férula (y luego, a veces, un yeso) o un calzado especialmente diseñado
A menudo se indica al paciente que no puede cargar peso sobre el pie durante un tiempo
Fisioterapia
El tratamiento de las fracturas del pie depende del hueso fracturado y del tipo de fractura, pero por lo general consiste en inmovilizar el pie y el tobillo con una férula (a veces un yeso) o un calzado especialmente diseñado, con los dedos libres, cierres de velcro y una suela rígida para proteger el pie de una lesión mayor.
A la persona afectada generalmente se le aconseja que no apoye el pie durante un período de tiempo. El tiempo que tiene que esperar depende de la lesión y puede prolongarse hasta varias semanas. A menudo, el médico recomienda al afectado que mueva el pie y el tobillo tan pronto como pueda hacerlo sin excesivo dolor.
Suele requerirse fisioterapia. Consta de ejercicios específicos para mejorar la flexibilidad y el movimiento del pie afectado y para fortalecer los músculos.