Los riñones y el resto de las vías urinarias (la vejiga, los uréteres [los conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga] y la uretra) pueden resultar lesionados de varias maneras. Entre algunos ejemplos se incluyen las lesiones debidas a contusiones (a menudo por accidentes de tráfico, caídas y contusiones deportivas), las lesiones penetrantes (como heridas de bala o punzantes) y las intervenciones quirúrgicas. El traumatismo de las vías urinarias a menudo va acompañado de un traumatismo de otros órganos, especialmente de los abdominales. También son frecuentes, en los varones, las lesiones del pene y los testículos.
Órganos de las vías urinarias
Debido a que los residuos metabólicos deben ser constantemente retirados de la sangre por los riñones y eliminados del cuerpo a través del resto de las vías urinarias, las lesiones en los riñones o en las vías urinarias pueden conducir a una incapacidad para llevar a cabo estas funciones (insuficiencia renal). Otras complicaciones resultantes de una lesión incluyen hemorragia, escape de orina desde las vías urinarias hacia los tejidos circundantes e infección. La prevención de las lesiones permanentes de las vías urinarias, e incluso de la muerte, puede depender de un diagnóstico precoz y un tratamiento inmediato.