Comportamiento violento en niños y adolescentes

PorStephen Brian Sulkes, MD, Golisano Children’s Hospital at Strong, University of Rochester School of Medicine and Dentistry
Reviewed ByAlicia R. Pekarsky, MD, State University of New York Upstate Medical University, Upstate Golisano Children's Hospital
Revisado/Modificado Modificado may 2025
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Vista para pacientes

Los niños y adolescentes pueden participar en enfrentamientos físicos ocasionales, pero la mayoría no adopta un patrón sostenido de comportamiento violento ni interviene en delitos violentos. Los niños y adolescentes que se vuelven violentos antes de la pubertad pueden tener un riesgo más alto de cometer delitos en la edad adulta (1). (Véase también Trastorno de conducta).

Se han observado tendencias generalmente decrecientes en el comportamiento violento, incluyendo ataques y peleas físicas, en adolescentes a nivel global, principalmente debido a iniciativas específicas de países (por ejemplo, iniciativas educativas contra peleas callejeras, acoso escolar) (2). Sin embargo, la prevalencia del comportamiento violento permanece estable en algunas regiones, lo que a veces puede atribuirse a percepciones culturales variables sobre comportamientos físicos aceptables o, rara vez, por otros factores como disturbios civiles.

A pesar del interés continuo en la posibilidad de una base genética para el comportamiento violento en los niños, se requiere investigación adicional para dilucidar el mecanismo biológico y la interacción entre genes y ambiente que conduce a la agresión (3). Sin embargo, se han asociado varios factores de riesgo con la conducta violenta, como los siguientes (4):

  • Castigo físico

  • Abuso de alcohol y drogas

  • Participación en pandillas

  • Problemas de desarrollo

  • Pobreza

  • Acceso a armas de fuego

Los actos de violencia juvenil se han asociado con el acceso a armas de fuego, la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación (como las redes sociales y las plataformas de noticias) y la exposición a maltrato infantil y violencia doméstica. La exposición a videojuegos violentos aumenta el riesgo de desensibilización a la violencia de la vida real, lo que a su vez puede aumentar la agresión y disminuir el comportamiento socialmente aceptado (5).

En 2019, casi el 19,8% de los estudiantes secundarios varones de los Estados Unidos informaron haber llevado un arma por lo menos una vez durante el mes precedente cuando fueron encuestados como parte de un estudio sobre riesgos juveniles (6). Además, en una encuesta de 28.442 jóvenes, se encontró que portar armas en la escuela era más común entre estudiantes que experimentaron amenazas o lesiones con armas, aquellos involucrados en peleas físicas, y aquellos que faltaron a la escuela por preocupaciones de seguridad y entre estudiantes varones acosados comparado con aquellos que no estuvieron expuestos a violencia escolar (7).

El mayor acceso a entornos escolares seguros y de apoyo y a programas que promuevan la salud mental puede ayudar a prevenir la violencia y disuadir acerca del uso de armas (7).

(Véase también Generalidades sobre los problemas de conducta en niños y Desarrollo psicosocial en adolescentes).

Referencias generales

  1. 1. Blair RJ, Leibenluft E, Pine DS. Conduct disorder and callous-unemotional traits in youth. N Engl J Med. 2014;371(23):2207-2216. doi:10.1056/NEJMra1315612

  2. 2. Smith L, López Sánchez GF, Oh H, et al. Temporal Trends of Physical Fights and Physical Attacks Among Adolescents Aged 12-15 years From 30 Countries From Africa, Asia, and the Americas. J Adolesc Health. 2024;74(5):996-1005. doi:10.1016/j.jadohealth.2023.12.005

  3. 3. Koyama E, Kant T, Takata A, Kennedy JL, Zai CC. Genetics of child aggression, a systematic review. Transl Psychiatry. 2024;14(1):252. Published 2024 Jun 11. doi:10.1038/s41398-024-02870-7

  4. 4. Duke NN, Pettingell SL, McMorris BJ, Borowsky IW. Adolescent violence perpetration: associations with multiple types of adverse childhood experiences. Pediatrics. 2010;125(4):e778-e786. doi:10.1542/peds.2009-0597

  5. 5. Calvert SL, Appelbaum M, Dodge KA, et al. The American Psychological Association Task Force assessment of violent video games: Science in the service of public interest. Am Psychol. 2017;72(2):126-143. doi:10.1037/a0040413

  6. 6. Ganson KT, Testa A, Rodgers RF, Jackson DB, Nagata JM. Muscle-Building Exercise and Weapon Carrying and Physical Fighting Among U.S. Adolescent Boys. J Interpers Violence. 2023;38(3-4):2566-2584. doi:10.1177/08862605221101192

  7. 7. Lowry R, Parker E, Ratto JD, Krause K, Hertz MF. Associations Between Exposure to School Violence and Weapon Carrying at School. Am J Prev Med. 2023;65(3):347-355. doi:10.1016/j.amepre.2023.03.007

Acoso (bullying)

El acoso (bullying) consiste en infligir deliberadamente daño psicológico o físico a niños más débiles. El acoso puede adoptar varias formas; por ejemplo

  • Burlas persistentes

  • Amenazas

  • Intimidación

  • Hostilidad

  • Agresiones violentas

  • Ciberacoso

El ciberacoso es el uso de correo electrónico, mensajes de texto, redes sociales y otras herramientas de comunicación digital para transmitir amenazas y/o difundir información hiriente con el fin de avergonzar o comunicar intencionalmente información falsa u hostil sobre otro niño. "Sexting", que es el acto de compartir mensajes o fotografías de naturaleza sexual (generalmente a través del teléfono celular), puede ser una forma de acoso cibernético si los mensajes o las fotografías se comparten intencionalmente con otras personas para avergonzar o dañar al niño que originó o que apareció en el mensaje o la fotografía.

Hasta una cuarta parte de los niños pueden estar involucrados en el acoso escolar ya sea como acosadores, como víctimas o como ambos (1, 2). Las tensiones sociales (p. ej., ingresos familiares bajos, niveles bajos de educación parental) son factores de riesgo para la intimidación.

Los acosadores actúan para aumentar su sensación de autovalor. Suelen referir que el acoso genera sentimientos de poder y control.

Tanto los acosadores como sus víctimas están expuestos a malos desenlaces (3). Las víctimas de acoso no suelen contar su situación a nadie debido a sentimientos de desamparo y vergüenza, además del miedo a represalias. Los objetivos están en riesgo de sufrir lesiones físicas, baja autoestima, ansiedad, depresión y ausentismo escolar. Los niños que son acosados pueden llegar a un límite, momento en el cual contraatacan con resultados potencialmente peligrosos o catastróficos. Muchas de las víctimas de acoso escolar se convierten en acosadores ellos mismos.

Los acosadores tienen más probabilidad de ser encarcelados más adelante en la vida; es menos probable que permanezcan en la escuela, tengan empleo o tengan relaciones estables como adultos.

Referencias de acoso escolar

  1. 1. PACER's National Bullying Prevention Center. Rates of Incidence. 2025. Accessed April 23, 2025.

  2. 2. Yoon D, Shipe SL, Park J, Yoon M. Bullying patterns and their associations with child maltreatment and adolescent psychosocial problems. Child Youth Serv Rev. 2021;129:106178. doi:10.1016/j.childyouth.2021.106178

  3. 3. Salmivalli C, Laninga-Wijnen L, Malamut ST, Garandeau CF. Bullying Prevention in Adolescence: Solutions and New Challenges from the Past Decade. J Res Adolesc. 2021;31(4):1023-1046. doi:10.1111/jora.12688

Participación en pandillas

La participación en pandillas se ha vinculado a comportamiento violento. Las pandillas juveniles tienden a ser asociaciones autoconformadas por adolescentes y adultos jóvenes (con un máximo a los 14 años) (1).

Por lo general, las pandillas adoptan un nombre y símbolos identificatorios, como un estilo particular de indumentaria, el uso de ciertos signos manuales, tatuajes o grafitis. Algunas pandillas exigen que los futuros miembros realicen actos de violencia antes de otorgar la membresía (2).

La creciente violencia de las pandillas juveniles se ha atribuido, por lo menos en parte, a su participación en la distribución y el consumo de drogas ilícitas. El uso de armas de fuego es una característica frecuente de la violencia de pandillas.

Referencias de participación en pandillas

  1. 1. Pyrooz DC, Sweeten G. Gang membership between ages 5 and 17 years in the United States. J Adolesc Health. 2015;56(4):414-419. doi:10.1016/j.jadohealth.2014.11.018

  2. 2. Leverso J, O'Neill K. YOUTH GANGS AND VICTIMIZATION: AN INVESTIGATION OF THE IMPACT OF GANG DYNAMICS ON EXPERIENCES OF VICTIMIZATION. Deviant Behav. 2022;43(9):1103-1119. doi:10.1080/01639625.2021.1963644

Prevención del comportamiento violento en niños y adolescentes

La prevención de la violencia debe comenzar en la primera infancia. Las estrategias incluyen:

  • Usando disciplina sin violencia en niños pequeños

  • Limitar el acceso a armas y la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación y los videojuegos

  • Crear y mantener un ambiente escolar seguro para niños de edad escolar

  • Alentar a las víctimas a que discutan los problemas con padres, autoridades escolares y su médico

  • Enseñar a los niños mayores y los adolescentes estrategias para evitar situaciones de alto riesgo (p. ej., lugares o contextos en los que otros tienen armas o consumen alcohol o drogas ilícitas) y para reaccionar ante situaciones tensas o distenderlas

  • Promover relaciones seguras, estables y enriquecedoras

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