Los dermatofibromas son comunes en adultos, más frecuentes en las mujeres. Su causa es probablemente genética. Las lesiones miden entre 0,5 y 1 cm de diámetro, son firmes, y se invaginan si se las presiona suavemente. La mayoría de las lesiones son asintomáticas, aunque algunas pueden presentar prurito o ulcerarse ante un traumatismo menor.
Diagnóstico
El diagnóstico de los dermatofibromas suele hacerse por la clínica. En ocasiones se hace biopsia de las lesiones para excluir una proliferación melanocítica (p. ej., nevo, léntigo solar, melanoma) u otros tumores.