La mayoría de las conjuntivitis bacterianas son agudas; la conjuntivitis bacteriana crónica se debe a Chlamydia y rara vez a Moraxella. La conjuntivitis por clamidia incluye el tracoma y la conjuntivitis de inclusión del adulto o la conjuntivitis de inclusión neonatal.
(Véase también Generalidades sobre la conjuntivitis).
Etiología
La conjuntivitis bacteriana suele ser causada por Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, especies de Haemophilus o, menos frecuentemente, Chlamydia trachomatis. Neisseria gonorrhoeae produce conjuntivitis gonocócicas, que suelen ser el resultado del contacto sexual con una persona que tiene una infección genital.
La oftalmía neonatal (conjuntivitis neonatal) se debe a una infección gonocócica o por clamidia de la madre. La conjuntivitis neonatal aparece en el 20 al 40% de los recién nacidos cuyo parto se produce a través de un canal del parto infectado.
Signos y síntomas
Los síntomas son normalmente unilaterales, pero a menudo se extienden al otro ojo en pocos días. La secreción típica es purulenta.
Las conjuntivas bulbar y tarsal están intensamente hiperémicas y edematosas. Es típica la ausencia de hemorragias subconjuntivales petequiales, quemosis, fotofobia y adenopatías preauriculares. A menudo, el edema palpebral es moderado.
En la conjuntivitis gonocócica del adulto, los síntomas aparecen en las 12 a 48 h de la exposición. Se produce edema palpebral grave, quemosis y una secreción purulenta abundante. Las complicaciones raras incluyen ulceración de la córnea, absceso, perforación, panoftalmitis y ceguera.
La oftalmía neonatal secundaria a infección gonocócica suele presentarse entre los 2 y los 5 días del parto. En la oftalmía neonatal por clamidias, los síntomas se inician tras 5 a 14 días. Se produce una conjuntivitis papilar intensa bilateral con edema palpebral, quemosis y secreción mucopurulenta.
Diagnóstico
El diagnóstico de la conjuntivitis y la diferenciación entre la conjuntivitis bacteriana, viral y no infecciosa (ver Características diferenciadoras en la conjuntivitis aguda) suele ser clínico. Deben obtenerse frotis y cultivos bacterianos si los síntomas son acusados, en los pacientes inmunosuprimidos, si fracasa el tratamiento inicial y en ojos vulnerables (p. ej., tras un trasplante de córnea, en el exoftalmos por enfermedad de Graves). Los frotis y raspados conjuntivales deben examinarse al microscopio y teñirse con el método de Gram para identificar bacterias y con el método de Giemsa para identificar los cuerpos de inclusión citoplasmáticos basófilos de las células epiteliales característicos de la conjuntivitis por clamidia (ver Conjuntivitis de inclusión del adulto).
Características diferenciadoras en la conjuntivitis aguda
Tratamiento
La conjuntivitis bacteriana es muy contagiosa y deben seguirse medidas de control estándar.
Para evitar la transmisión de la infección, los médicos deben
Los pacientes deben hacer lo siguiente:
Si no se sospecha una infección por gonococos ni por clamidia, la mayoría de los médicos tratan empíricamente con colirios de moxifluoxacina al 0,5% 3 veces al día durante 7 a 10 días u otra fluoroquinolona o trimetoprim/polimixina B 4 veces al día. Una mala respuesta clínica después de 2 a 3 días indica que la causa es una bacteria resistente, un virus o una alergia. Se deben realizar los cultivos y los estudios de sensibilidad (cuando no se realizaron antes); los resultados determinan el tratamiento subsiguiente.
Debido a la resistencia antimicrobiana y porque los pacientes con gonorrea a menudo tienen infección genital por Chlamydia, la conjuntivitis gonocócica en adultos requiere terapia dual con una dosis única de ceftriaxona 1 g IM más azitromicina 1 g por vía oral (en caso de alergia a la azitromicina o para tratar la coinfección esperada por Chlamydia se indica doxiciclina 100 mg por vía oral 2 veces al día durante 7 días). Ya no se recomienda la fluoroquinolona porque la resistencia actualmente es amplia. Puede utilizarse pomada oftálmica de bacitracina 500 U/g o ungüento oftálmico de gentamicina al 0,3% instilado en el ojo afectado cada 2 h además del tratamiento sistémico. También deben recibir tratamiento los compañeros sexuales. Los pacientes deben ser evaluados para otras enfermedades de transmisión sexual y las autoridades locales de salud pública (por lo menos en los EE.UU.) necesitan ser notificadas.
La oftalmía neonatal se previene con el uso sistemático de colirio de nitrato de plata o de eritromicina al nacer. Las infecciones que no responden requieren un tratamiento sistémico. En el caso de la infección gonocócica, se administra una sola dosis de ceftriaxona de 25 a 50 mg/kg IV o IM (sin exceder los 125 mg). La infección por clamidias se trata con 4 dosis diarias de 12,5 mg/kg de eritromicina por vía oral o IV 4 veces al día durante 14 días. También deben ser tratados los padres.
Conceptos clave
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La conjuntivitis bacteriana aguda tiende a diferir de la conjuntivitis viral por la presencia de secreción purulenta y la ausencia de quemosis y de adenopatía preauricular.
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Las formas de conjuntivitis bacteriana que necesitan ser tratadas de manera diferente incluyen la conjuntivitis neonatal, la conjuntivitis gonocócica, el tracoma y la conjuntivitis de inclusión.
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El diagnóstico suele ser clínico.
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El tratamiento incluye medidas para prevenir la propagación y antibióticos (tópicos, tales como una fluoroquinolona, para las distintas causas excepto la conjuntivitis gonocócica y por clamidias).