La conjuntivitis neonatal causa secreción ocular acuosa o purulenta secundaria a un irritante químico o a un microorganismo patógeno (a menudo con Chlamydia trachomatis). En forma sistemática se realiza el cribado materno y el tratamiento de Chlamydia y gonorrea, así como la prevención en el recién nacido con tratamiento tópico antigonocócico al nacer. El diagnóstico es clínico y suele confirmarse mediante pruebas de laboratorio. El tratamiento consiste en antimicrobianos específicos contra el microorganismo.
(Véase también Conjuntivitis bacteriana aguda, Conjuntivitis viral y Generalidades sobre las infecciones neonatales).
Etiología de la conjuntivitis neonatal
Las principales causas de conjuntivitis neonatal (en orden decreciente) son las siguientes:
Infección bacteriana
Infección viral
Inflamación química
La infección se contagia de las madres infectadas por contacto con el líquido vaginal. La oftalmía por clamidia (causada por Chlamydia trachomatis) es una causa bacteriana común (1). La prevalencia informada de infección por Chlamydia materna varía según la edad y la ubicación y se estima que es aproximadamente del 8% (2). Los datos de antes del cribado rutinario y el tratamiento de pacientes embarazadas sugieren que hasta el 60% de los recién nacidos de pacientes infectadas adquieren la infección, aproximadamente el 30% de estos desarrollan conjuntivitis, y aproximadamente el 15% desarrollan neumonía neonatal (3). Otras bacterias, como Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y Haemophilus influenzae no tipificables, representan muchos de los casos bacterianos restantes, mientras que la oftalmia gonocócica (conjuntivitis debida a Neisseria gonorrhoeae) es relativamente rara.
La principal causa viral es el virus herpes simple tipo 1 y 2 (queratoconjuntivitis herpética), pero este virus es una causa relativamente rara de conjuntivitis neonatal en general.
Por lo general, la conjuntivitis química es secundaria a la instilación de terapia tópica para la profilaxis ocular.
Referencias de la etiología
1. Committee on Infectious Diseases, American Academy of Pediatrics: Neonatal Ophthalmia Prevention in Red Book: 2024–2027 Report of the Committee on Infectious Diseases, ed. 33, edited by Kimberlin DW, Banerjee R, Barnett ED, Lynfield R, and Sawyer MH. Itasca, American Academy of Pediatrics, 2024.
2. Salari N, Olfat N, Ghasemi H, Larti M, Beiromvand M, Mohammadi M. The global prevalence of Chlamydia trachomatis genital infection in pregnant women: a meta-analysis. Arch Gynecol Obstet. 2025;311(2):529-542. doi:10.1007/s00404-024-07928-x
3. Schachter J, Grossman M, Sweet RL, Holt J, Jordan C, Bishop E. Prospective study of perinatal transmission of Chlamydia trachomatis. JAMA. 1986;255(24):3374-3377.
Síntomas y signos de la conjuntivitis neonatal
Las causas de conjuntivitis neonatal son difíciles de distinguir clínicamente porque se superponen tanto en manifestaciones como en inicio. Se observa inyección conjuntival y secreción (acuosa o purulenta).
Por lo general, la oftalmía por clamidia se manifiesta de 5 a 14 días después del nacimiento. Puede variar de conjuntivitis leve, con secreción mucopurulenta mínima, a edema palpebral pronunciado con secreción abundante y formación de seudomembranas. No hay folícultos en la conjuntiva, a diferencia de lo observado en niños mayores y adultos.
La oftalmía gonocócica causa una conjuntivitis purulenta aguda que aparece de 2 a 5 días después del nacimiento o antes en caso de rotura de membranas antes del parto. El recién nacido presenta edema palpebral importante, seguido de quemosis y abundante exudado purulento que puede estar bajo presión. De no mediar tratamiento, puede provocar ulceraciones y ceguera.
Esta imagen muestra un oftalmía gonocócica. Los signos y síntomas, como edema palpebral, quemosis y secreción purulenta, aparecen 2 a 5 días después del nacimiento.
La conjuntivitis causada por otras bacterias tiene un comienzo variable, que oscila entre 4 días y varias semanas después del nacimiento.
La queratoconjuntivitis herpética puede producirse como una infección aislada o como una infección diseminada o del sistema nervioso central. Es factible confundirla con conjuntivitis bacteriana o química, pero la queratitis dendrítica es patognomónica.
La conjuntivitis química secundaria a profilaxis tópica suele aparecer dentro de las 6-8 horas de la instilación y desaparece en forma espontánea en el término de 48 a 96 h.
Diagnóstico de conjuntivitis neonatal
Investigación de patógenos que incluyen gonococo, clamidia y, en ocasiones, herpes en materia conjuntival
Las infecciones por Chlamydia y gonococos se diagnostican mejor con técnicas de amplificación de ácidos nucleicos debido a su alta sensibilidad y especificidad. Sin embargo, se puede realizar una tinción de Gram de las muestras conjuntivales, un cultivo para gonococo (p. ej., en medio de Thayer-Martin modificado) y otras bacterias, y búsqueda de clamidias (p. ej., mediante cultivo, inmunofluorescencia directa o enzimoinmunoanálisis [las muestras deben contener células]). Asimismo, pueden examinarse con tinción de Giemsa los raspados conjuntivales; si se detectan inclusiones intracitoplasmáticas azules, se confirma la oftalmía por clamidia.
Las pruebas virales sólo se realizan cuando se sospecha una infección viral debido a lesiones cutáneas o infección materna.
Tratamiento de la conjuntivitis neonatal
Tratamiento antimicrobiano sistémico, tópico o combinado
En la oftalmía por Chlamydia, el tratamiento sistémico es el tratamiento de elección porque por lo menos la mitad de los recién nacidos afectados también presentan infección nasofaríngea y algunos desarrollarán neumonía por clamidia. Se recomienda etilsuccinato de eritromicina o azitromicina; sin embargo, los datos sobre el tratamiento con azitromicina son limitados. La eficacia del tratamiento con eritromicina es sólo del 80% (1), por lo que podría ser necesario un segundo ciclo de tratamiento. Como en los recién nacidos la administración de eritromicina se asocia con la aparición de estenosis hipertrófica de píloro (EHP), deben controlarse signos y síntomas de esta entidad en todos los recién nacidos tratados con eritromicina y se debe asesorar a los padres sobre los riesgos potenciales.
Los recién nacidos con conjuntivitis y diagnóstico de infección materna por gonococo o con diplococos intracelulares gramnegativos identificados en exudados conjuntivales deben ser hospitalizados, evaluados para infección diseminada y tratados con ceftriaxona o cefotaxima antes de conocer los resultados de las pruebas confirmatorias. Los lactantes con hiperbilirrubinemia o aquellos que reciben líquidos que contienen calcio no deben recibir ceftriaxona pero pueden recibir una dosis única de cefotaxima. La irrigación ocular frecuente con solución fisiológica evita la adherencia de las secreciones. Los ungüentos antimicrobianos tópicos solos son ineficaces y no son necesarios cuando se administra la terapia sistémica.
Por lo general, la conjuntivitis secundaria a otras bacterias responde a ungüentos tópicos con polimixina/bacitracina, eritromicina o tetraciclina.
La queratoconjuntivitis herpética debe tratarse con aciclovir sistémico y trifluridina tópica al 1% o ganciclovir al 0,15% tras consultar con un oftalmólogo. El tratamiento sistémico es importante, porque puede haber diseminación al sistema nervioso central y otros órganos.
Los ungüentos con corticoides pueden exacerbar intensamente las infecciones oculares por C. trachomatis y virus herpes simple, por lo que deben ser evitados.
Referencia del tratamiento
1. Workowski KA, Bachmann LH, Chan PA, et al. Sexually Transmitted Infections Treatment Guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep. 2021;70(4):1-187. Published 2021 Jul 23. doi:10.15585/mmwr.rr7004a1
Prevención de la conjuntivitis neonatal
La aplicación sistemática de gotas de nitrato de plata, ungüentos de eritromicina o ungüentos o colirios oftálmicos de tetraciclina instilados en cada ojo al nacimiento previene de manera eficaz la oftalmía gonocócica. En cambio, ninguno de estos agentes previene la oftalmía por clamidias; el colirio de yodopovidona puede ser eficaz contra las clamidias y gonococos, pero no se comercializa en los Estados Unidos. El nitrato de plata y las pomadas oftálmicas de tetraciclina tampoco están disponibles en los Estados Unidos.
El cribado y el tratamiento de gonorrea y Chlamydia en pacientes embarazadas son las formas más eficaces de prevenir la infección neonatal por Chlamydia, incluyendo conjuntivitis y neumonía. Los recién nacidos de madres con gonorrea no tratada deben recibir una sola inyección de ceftriaxona. Específicamente, todas las pacientes embarazadas que tienen < 25 años o ≥ 25 años con ≥ 1 factores de riesgo (p. ej., antecedentes de ITS previa, participación en comportamiento sexual de alto riesgo, pareja con una ITS o que participa en comportamiento de alto riesgo, antecedentes de encarcelamiento) son examinadas en la primera consulta prenatal y nuevamente durante el tercer trimestre si el riesgo permanece alto (1, 2, 3).
Para prevenir la infección neonatal por herpes, las pacientes embarazadas con antecedentes de herpes genital deben recibir terapia viral supresiva a las 36 semanas de edad gestacional o después (4). Se recomienda el parto por cesárea para pacientes embarazadas con lesiones activas de herpes simple genital o síntomas prodrómicos al momento del parto.
Referencias de la prevención
1. LeFevre ML; U.S. Preventive Services Task Force. Screening for Chlamydia and gonorrhea: U.S. Preventive Services Task Force recommendation statement. Ann Intern Med. 2014;161(12):902-910. doi:10.7326/M14-1981LeFevre ML; U.S. Preventive Services Task Force. Screening for Chlamydia and gonorrhea: U.S. Preventive Services Task Force recommendation statement. Ann Intern Med. 2014;161(12):902-910. doi:10.7326/M14-1981
2. US Preventive Services Task Force, Davidson KW, Barry MJ, et al. Screening for Chlamydia and Gonorrhea: US Preventive Services Task Force Recommendation Statement. JAMA. 2021;326(10):949-956. doi:10.1001/jama.2021.14081
3. Workowski KA, Bachmann LH, Chan PA, et al. Sexually Transmitted Infections Treatment Guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep. 2021;70(4):1-187. Published 2021 Jul 23. doi:10.15585/mmwr.rr7004a1
4. Management of Genital Herpes in Pregnancy: ACOG Practice Bulletin, Number 220. Obstet Gynecol. 2020;135(5):e193-e202. doi:10.1097/AOG.0000000000003840
Conceptos clave
C. trachomatis, S. pneumoniae, S. aureus, y H. influenzae no tipificable causan la mayoría de las conjuntivitis bacterianas; N. gonorrhoeae es una causa rara.
La conjuntivitis viral, incluyendo la queratoconjuntivitis herpética, es rara en recién nacidos.
La conjuntivitis química puede ser causada por gotas antimicrobianas de nitrato de plata administradas al nacer para evitar la conjuntivitis bacteriana.
Se observa inyección conjuntival y secreción (acuosa o purulenta).
Evaluar el material de la conjuntiva para los patógenos (incluida gonorrea y clamidia) utilizando técnicas de amplificación de ácidos nucleicos y cultivo.
Administrar antibióticos activos contra el organismo infectante; los recién nacidos con infección gonocócica deben ser hospitalizados.
Dar terapia sistémica para la oftalmía por Chlamydia.
