(Véase también Generalidades sobre los tumores de la cabeza y el cuello.)
El cáncer nasofaríngeo puede afectar a todos los grupos etarios, incluso adolescentes, y es frecuente en la región del mar del Sur de China. Aunque es raro en los Estados Unidos y Europa occidental, es frecuente en Asia y es uno de los cánceres más comunes entre los inmigrantes chinos en los EE.UU., especialmente los de ascendencia del sur de China y del sudeste asiático. Después de varias generaciones, la prevalencia entre los chinos estadounidenses disminuye gradualmente hasta equipararse con la del resto de los estadounidenses, lo que sugiere un componente medioambiental en la etiología. Se considera que la exposición por la dieta a los nitritos y al pescado salado aumenta el riesgo. El virus de Epstein-Barr virus es un factor de riesgo importante y existe predisposición hereditaria.
Otros cánceres nasofaríngeos son los carcinomas adenoide quístico y mucoepidermoideo, tumores malignos mixtos, adenocarcinomas, linfomas, fibrosarcomas, osteosarcomas, condrosarcomas y melanomas.
Signos y síntomas
El cáncer nasofaríngeo a menudo se presenta con metástasis palpables en los ganglios linfáticos en el cuello. Otro síntoma de presentación frecuente es la pérdida de la audición, en general causada por obstrucción nasal o de la trompa auditiva (de Eustaquio), que produce derrame en el oído medio. Otros síntomas son dolor de oído, rinorrea sanguinolenta y purulenta, epistaxis franca, parálisis de los nervios craneales y adenopatía cervical. La parálisis de los nervios craneales afecta sobre todo al VI, IV y III nervio craneal debido a su localización en el seno cavernoso, en estrecha proximidad al foramen lacerum, que es la vía más común de diseminación intracraneal para estos tumores. Dado que los linfáticos de la nasofaringe se comunican en la línea media, son frecuentes las metástasis bilaterales.
Diagnóstico
A los pacientes en los que se sospecha un cáncer nasofaríngeo se les debe realizar la exploración con un espejo nasofaríngeo o un endoscopio y deben tomarse muestras para biopsia de las lesiones. La biopsia a cielo abierto del ganglio cervical no debe realizarse como procedimiento inicial (ver Masa cervical), si bien es aceptable, y a menudo recomendable, la biopsia con aguja.
Se solicita RM con gadolinio (con supresión grasa) de la cabeza con atención a la nasofaringe y base del cráneo; esta última se encuentra afectada en cerca del 25% de los pacientes. La TC también se solicita para evaluar con exactitud los cambios óseos de la base del cráneo, que se visualizan menos en la RM. Con frecuencia, se realiza una PET para evaluar la extensión de la enfermedad, así como los ganglios linfáticos cervicales. (Véase tabla Estadificación del cáncer nasofaríngeo.)
Estadificación del cáncer nasofaríngeo
Pronóstico
Los pacientes con cáncer de nasofaringe en estadio temprano (véase tabla Estadificación del cáncer nasofaríngeo) suelen tener un buen resultado (la supervivencia a los 5 años es de 60 a 75%), mientras que los pacientes con enfermedad en estadio IV tienen un mal resultado (la supervivencia a los 5 años es < 40%).
Tratamiento
Dada la localización y la extensión del compromiso, los cánceres nasofaríngeos a menudo no son aptos para la resección quirúrgica. En general se tratan con quimioterapia y radioterapia, que suelen ser seguidas por quimioterapia adyuvante.
Los tumores recidivantes pueden tratarse con otro ciclo de radiación, por lo general, con braquiterapia (colocación de implante radiactivo); se corre el riesgo de producir radionecrosis de la base de cráneo. Una alternativa a la radiació, para pacientes selectos, es la resección de la base de cráneo. La resección consiste en eliminar parte del maxilar superior para el acceso, pero en casos selectos la resección puede llevarse a cabo por vía endoscópica, aunque existen pocos datos aún sobre la resección endoscópica. (Véase también the National Cancer Institute’s summary Nasopharyngeal Cancer Treatment.)
Conceptos clave
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Los ganglios linfáticos palpables en el cuello son el signo de presentación más común en el cáncer nasofaríngeo; otros síntomas incluyen congestión nasal con epistaxis, sangre en la saliva y pérdida de la audición.
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Diagnosticar el cáncer de nasofaringe con endoscopia nasal y biopsia con aguja y utilizar TC, RM y PET para la estadificación.
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Tratar el cáncer nasofaríngeo con quimioterapia más radioterapia y a veces cirugía.
Más información
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National Cancer Institute’s Summary: Nasopharyngeal Cancer Treatment