Agentes antipsicóticos

PorMatcheri S. Keshavan, MD, Harvard Medical School
Reviewed ByMark Zimmerman, MD, South County Psychiatry
Revisado/Modificado Modificado jul 2025
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Vista para pacientes

Los medicamentos utilizados para tratar la psicosis se dividen en 2 categorías en función de la afinidad y la actividad específica del receptor de neurotransmisor (1):

  • Antipsicóticos de primera generación: también llamados antipsicóticos convencionales o típicos

  • Antipsicóticos de segunda generación: también llamados antipsicóticos atípicos

Los antipsicóticos de segunda generación pueden ofrecer algunas ventajas (2), tanto en términos de una eficacia ligeramente mayor (aunque la evidencia no apoya de manera consistente una mayor eficacia de los antipsicóticos de segunda generación frente a los antipsicóticos de primera generación) como en la reducción de la probabilidad de un trastorno del movimiento involuntario y de efectos adversos extrapiramidales relacionados (3, 4).

En la actualidad los antipsicóticos de segunda generación corresponden aproximadamente al 95% de los antipsicóticos prescritos en los Estados Unidos. Sin embargo, el riesgo de un síndrome metabólico (exceso de adiposidad abdominal, resistencia a la insulina, dislipidemia e hipertensión) es mayor con los antipsicóticos de segunda generación que con los antipsicóticos de primera generación. Varios antipsicóticos de ambas clases pueden causar intervalo QT prolongado y, finalmente, aumentar el riesgo de arritmias letales; estos medicamentos incluyen tioridazina, haloperidol, olanzapina, risperidona y ziprasidona.

Un medicamento antipsicótico con acciones novedosas (es decir, el agonista muscarínico xanomelina) ha sido recientemente aprobado para la esquizofrenia.

Todos los medicamentos antipsicóticos están disponibles en forma de pastillas orales, algunos también están disponibles en otras formas, como intramuscular (para tratamiento agudo) o concentrado oral (útil si se requiere absorción rápida o dosis muy baja).

Tabla
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Referencias

  1. 1. Schatzberg A and Nemeroff CB. Textbook of Psychopharmacology, 6th edition. American Psychiatric Association Publishing. 2024.

  2. 2. Meltzer HY, Gadaleta E. Contrasting Typical and Atypical Antipsychotic Drugs. Focus (Am Psychiatr Publ). 2021;19(1):3-13. doi:10.1176/appi.focus.20200051

  3. 3. Leucht S, Cipriani A, Spineli L, et al. Comparative efficacy and tolerability of 15 antipsychotic drugs in schizophrenia: a multiple-treatments meta-analysis [published correction appears in Lancet. 2013 Sep 14;382(9896):940]. Lancet. 2013;382(9896):951-962. doi:10.1016/S0140-6736(13)60733-3

  4. 4. Leucht S, Corves C, Arbter D, et al. Second-generation versus first-generation antipsychotic drugs for schizophrenia: a meta-analysis. Lancet. 2009 Jan 3;373(9657):31-41. doi: 10.1016/S0140-6736(08)61764-X

Antipsicóticos de primera generación

Los antipsicóticos de primera generación (APG) (véase tabla Clasificación y efectos adversos de los medicamentos antipsicóticos) actúan principalmente bloqueando el receptor de dopamina-2 (bloqueadores de dopamina-2). Aunque los antipsicóticos de segunda generación se usan en forma amplia en la práctica actual, los medicamentos de primera generación aún pueden usarse, especialmente para la psicosis aguda y cuando se considera el costo (1).

Los antipsicóticos de primera generación pueden clasificarse según su potencia alta, intermedia o baja. Los antipsicóticos de alta potencia (p. ej., haloperidol) tienen una afinidad mayor por los receptores de dopamina y menor por los receptores alfa-adrenérgicos y muscarínicos. Los antipsicóticos de baja potencia, que se utilizan en pocas ocasiones (p. ej., chlorpromazina), tienen menor afinidad por los receptores alfa-adrenérgicos, muscarínicos e histamínicos. Con mayor frecuencia se usan fármacos de potencia intermedia (p. ej., perfenazina), que tienen efectos moderados en los receptores.

Los medicamentos pueden estar disponibles en comprimidos, líquidos, IM de larga duración y de corta duración y/o preparaciones de supositorios rectales. Un medicamento específico se selecciona principalmente basándose en lo siguiente:

  • Perfil de efectos adversos

  • Vía de administración requerida

  • Respuesta previa del paciente a la droga

Los antipsicóticos de primera generación pueden causar efectos adversos significativos, particularmente algunos relacionados con la cognición, y efectos adversos extrapiramidales (p. ej. parkinsonismo, distonía, temblor, discinesia tardía).

Aproximadamente el 30% de los pacientes con esquizofrenia no responden a los antipsicóticos de primera generación (2–4). Pueden responder a la clozapina, un antipsicótico de segunda generación.

Referencias

  1. 1. Markota M, Morgan RJ 3rd, Leung JG. Updated rationale for the initial antipsychotic selection for patients with schizophrenia. Schizophrenia (Heidelb). 2024;10(1):74. Published 2024 Sep 2. doi:10.1038/s41537-024-00492-y

  2. 2. Hellewell JS. Treatment-resistant schizophrenia: reviewing the options and identifying the way forward. J Clin Psychiatry. 1999;60 Suppl 23:14-9

  3. 3. Demjaha A, Lappin JM, Stahl D, et al. Antipsychotic treatment resistance in first-episode psychosis: prevalence, subtypes and predictors. Psychol Med. 2017 Aug;47(11):1981-1989. doi: 10.1017/S0033291717000435

  4. 4. Lobo MC, Whitehurst TS, Kaar SJ, et al. New and emerging treatments for schizophrenia: a narrative review of their pharmacology, efficacy and side effect profile relative to established antipsychotics. Neurosci Biobehav Rev. 2022 Jan;132:324-361. doi: 10.1016/j.neubiorev.2021.11.032

Antipsicóticos de segunda generación

Los antipsicóticos de segunda generación bloquean los receptores de dopamina y serotonina, lo que disminuye la probabilidad de efectos adversos extrapiramidales (motores). Una mayor unión a los receptores serotoninérgicos puede contribuir a las acciones antipsicóticas sobre los síntomas positivos y la relativa ausencia de efectos adversos extrapiramidales con los antipsicóticos de segunda generación.

Alrededor del 95% de todos los antipsicóticos prescritos en los Estados Unidos son antipsicótico de segunda generación (1).

Los antipsicóticos de segunda generación también hacen lo siguiente:

  • Aliviar los síntomas positivos y en cierta medida los síntomas negativos

  • Pueden provocar un menor embotamiento cognitivo

  • Tienen menos probabilidades de provocar reacciones adversas extrapiramidales (incluso un mucho menor riesgo de discinesia tardía)

  • No elevan en absoluto la prolactina o lo hacen sólo levemente (excepto la risperidona, que aumenta la prolactina tanto como los antipsicóticos de primera generación)

  • Puede predisponer a un síndrome metabólico, con resistencia a la insulina, aumento de peso e hipertensión arterial.

Puede aparecer que los antipsicóticos de segunda generación. disminuyen los síntomas negativos, ya que son menos propensos a tener efectos adversos parkinsonianos que los antipsicóticos de primera generación.

La clozapina, el primer antipsicótico de segunda generación, es el único que se ha mostrado eficaz en aproximadamente el 40% de los pacientes resistentes a los antipsicóticos de primera generación (2). La clozapina reduce los síntomas negativos, reduce el carácter suicida, produce poco o ningún efecto adverso motor y tiene un riesgo mínimo de producir discinesia tardía, pero produce otras reacciones adversas como sedación, hipotensión, taquicardia, estreñimiento, aumento de peso, diabetes tipo 2, miocarditis e incremento de la salivación. También puede producir convulsiones dependiente de la dosis. El efecto adverso más grave es la agranulocitosis, que puede presentarse en < 1% de los pacientes (3). En consecuencia, es necesaria una monitorización frecuente del recuento de glóbulos blancos (semanalmente durante los primeros 6 meses, luego cada 2 semanas y una vez por mes después de un año) en los Estados Unidos y por lo general la clozapina se reserva para los pacientes que han respondido de forma insuficiente a otros fármacos.

Otros antipsicóticos de segunda generación tienen muchos de los beneficios de la clozapina sin el riesgo de agranulocitosis y son generalmente preferibles a los antipsicóticos de primera generación para el tratamiento de un episodio agudo y la prevención de la recaída. Sin embargo, en un ensayo clínico grande a largo plazo controlado, el alivio sintomático con el uso de cualquiera de 4 antipsicóticos de segunda generación (olanzapina, risperidona, quetiapina, ziprasidona) no fue mayor que el del antipsicótico de primera generación perfenazina (4). En un estudio de seguimiento, los pacientes que abandonaron el estudio prematuramente fueron aleatorizados a 1 de los otros 3 antipsicóticos de segunda generación del estudio o a clozapina; este estudio demostró una ventaja clara de la clozapina sobre los otros antipsicóticos de segunda generación (5). Por lo tanto, la clozapina parece ser el único tratamiento eficaz en los pacientes que no han respondido al tratamiento con un antipsicótico de primera generación o un antipsicótico de segunda generación. No obstante, la clozapina sigue siendo subutilizada, probablemente debido a la menor tolerabilidad y a la necesidad de una monitorización sanguínea continua.

Los antipsicóticos de segunda generación desarrollados más recientemente son muy similares entre sí en cuanto a eficacia, pero difieren en los efectos adversos, por lo que la elección de los medicamentos se basa en la respuesta individual y en otras características de la medicación. Por ejemplo, la olanzapina, que tiene una tasa relativamente alta de sedación, puede prescribirse en aquellos pacientes que tienen agitación o insomnio graves y los fármacos menos sedantes pueden ser preferibles en los pacientes que tienen somnolencia. Habitualmente, es necesaria una prueba durante 4-8 semanas para evaluar la eficacia completa y el perfil de efectos adversos. Una vez estabilizados los síntomas agudos, comienza el tratamiento de mantenimiento; se utiliza la dosis más baja que prevenga la recurrencia de los síntomas. El aripiprazol, la olanzapina, la paliperidona y la risperidona están disponibles en formulación inyectable de acción prolongada.

El aumento de peso, la hiperlipidemia y el incremento del riesgo de diabetes tipo 2 son los principales efectos adversos de los antipsicóticos de segunda generación, aunque la gravedad de estos efectos adversos varían entre los antipsicóticos de segunda generación. Por lo tanto, antes de comenzar el tratamiento con estos fármacos debe descartarse la presencia de estos factores de riesgo, incluidos los antecedentes personales o familiares de diabetes, el peso, el perímetro de la cintura, la tensión arterial y la glucemia y el perfil de lípidos en ayunas. Aquellos que presentan un síndrome metabólico o que tienen un riesgo importante de tenerlo pueden ser tratados mejor con lurasidona, cariprazina, lumateperona, ziprasidona o aripiprazol que con otros antipsicóticos de segunda generación. Debe educarse al paciente y la familia sobre los signos y síntomas de diabetes, que incluyen poliuria, polidipsia, pérdida de peso y cetoacidosis diabética (náuseas, vómitos, deshidratación, respiración rápida, deterioro del sensorio). Además, se darán consejos nutricionales y sobre la actividad física a todos los pacientes que comienzan a recibir un antipsicóticos de segunda generación. Todos aquellos que reciben un antipsicóticos de segunda generación necesitan un control periódica del peso, el índice de masa corporal y la glucemia en ayunas, derivándose para la evaluación especializada aquellos casos que desarrollan hiperlipidemia o diabetes tipo 2.

Los antipsicóticos de primera generación y todos los antipsicóticos de segunda generación se han asociado con un aumento de la mortalidad en los adultos mayores con demencia; sin embargo, el riesgo es algo más alto con los antipsicóticos de primera generación (6). Por lo tanto, los antipsicóticos deben usarse con precaución en esta población; cuando sea necesario, se prefieren los de segunda generación.

En ocasiones, es beneficioso combinar un antipsicótico con otro fármaco (7). Estos medicamentos incluyen

  • Antidepresivos/inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina-noradrenalina

  • Otro antipsicóticos

  • Litio

  • Benzodiazepinas

Referencias

  1. 1. Sultana J, Hurtado I, Bejarano-Quisoboni D, et al. Antipsychotic utilization patterns among patients with schizophrenic disorder: a cross-national analysis in four countries. Eur J Clin Pharmacol. 2019 Jul;75(7):1005-1015. doi: 10.1007/s00228-019-02654-9

  2. 2. Siskind D, Siskind V, Kisely S. Clozapine Response Rates among People with Treatment-Resistant Schizophrenia: Data from a Systematic Review and Meta-Analysis. Can J Psychiatry. 2017 Nov;62(11):772-777. doi: 10.1177/0706743717718167

  3. 3. Li XH, Zhong XM, Lu L, et al. The prevalence of agranulocytosis and related death in clozapine-treated patients: a comprehensive meta-analysis of observational studies. Psychol Med. 2020 Mar;50(4):583-594. doi: 10.1017/S0033291719000369

  4. 4. Lieberman JA, Stroup TS, McEvoy JP, et al. Effectiveness of antipsychotic drugs in patients with chronic schizophrenia [published correction appears in N Engl J Med. 2010 Sep 9;363(11):1092-3]. N Engl J Med. 2005;353(12):1209-1223. doi:10.1056/NEJMoa051688

  5. 5. Swartz MS, Stroup TS, McEvoy JP, et al. What CATIE found: results from the schizophrenia trial. Psychiatr Serv. 2008;59(5):500-506. doi:10.1176/ps.2008.59.5.500

  6. 6. Gill SS, Bronskill SE, Normand SL, et al. Antipsychotic drug use and mortality in older adults with dementia. Ann Intern Med. 2007;146(11):775-786. doi:10.7326/0003-4819-146-11-200706050-00006

  7. 7. Correll CU, Rubio JM, Inczedy-Farkas G, et al: Efficacy of 42 pharmacologic cotreatment strategies added to antipsychotic monotherapy in schizophrenia: Systematic overview and quality appraisal of the meta-analytic evidence. JAMA Psychiatry. 74(7):675-684, 2017. doi: 10.1001/jamapsychiatry.2017.0624

Medicamentos antipsicóticos emergentes y en investigación

La xanomelina-trospio es un antipsicótico con efecto agonista de los receptores muscarínicos M1/M4. Ha mostrado eficacia contra síntomas tanto positivos como negativos en ensayos aleatorizados (1). Es el primer antipsicótico sin efecto sobre los receptores de dopamina D2. Es una combinación de dosis fija de xanomelina y trospio (un medicamento anticolinérgico periférico que contrarresta los efectos secundarios colinérgicos de la xanomelina) (2).

También se investiga en la actualidad el desarrollo de antagonistas de la dopamina (3). Además, medicamentos desarrollados recientemente que no tienen como objetivo la dopamina incluyen roluperidona (un antagonista del receptor 5-HT2), ulotaront (un agonista del receptor asociado a aminas traza) y emraclidina (un modulador alostérico M4), ninguno de los cuales actúa directamente sobre el receptor D2 en dosis clínicas (4). 

Referencias

  1. 1. Paul SM, Yohn SE, Brannan SK, Neugebauer NM, Breier A. Muscarinic Receptor Activators as Novel Treatments for Schizophrenia. Biol Psychiatry. 2024;96(8):627-637. doi:10.1016/j.biopsych.2024.03.014

  2. 2. Kaul I, Claxton A, Sawchak S, et al. Safety and Tolerability of Xanomeline and Trospium Chloride in Schizophrenia: Pooled Results From the 5-Week, Randomized, Double-Blind, Placebo-Controlled EMERGENT Trials. J Clin Psychiatry. 2025;86(1):24m15497. Published 2025 Feb 26. doi:10.4088/JCP.24m15497

  3. 3. Wang SM, Han C, Lee SJ. Investigational dopamine antagonists for the treatment of schizophrenia. Expert Opin Investig Drugs. 26(6):687-698, 2017. doi: 10.1080/13543784.2017.1323870

  4. 4. Lobo MC, Whitehurst TS, Kaar SJ, Howes OD. New and emerging treatments for schizophrenia: a narrative review of their pharmacology, efficacy and side effect profile relative to established antipsychotics. Neurosci Biobehav Rev. 2022;132:324-361. doi:10.1016/j.neubiorev.2021.11.032

Formulaciones de acción prolongada

Se dispone de algunos antipsicóticos de primera y de segunda generación como preparados de depósito de acción prolongada (véase tabla Fármacos antipsicóticos de depósito). Estas preparaciones son útiles para eliminar el problema de la falta de cumplimiento de la terapia farmacológica. También pueden ayudar a los pacientes que, debido a la desorganización, la indiferencia o la negación de la enfermedad, no pueden tomar medicamentos por vía oral diariamente de manera fiable.

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Tratamiento de los efectos adversos de los antipsicóticos

Los efectos adversos potenciales de los antipsicóticos de primera generación incluyen sedación, embotamiento cognitivo, distonía y rigidez muscular, temblores, niveles elevados de prolactina (que causan galactorrea), aumento de peso y disminución del umbral convulsivo en pacientes con convulsiones o en riesgo de convulsiones (para el tratamiento de los efectos adversos, véase tabla Tratamiento de los efectos adversos agudos de los antipsicóticos). La acatisia (o intranquilidad motora) es particularmente desagradable y puede provocar el incumplimiento del tratamiento; puede tratarse con propanolol.

Los antipsicóticos de segunda generación son menos propensos a causar efectos adversos extrapiramidales (motores), incluyendo discinesia tardía, pero estos pueden ocurrir. El síndrome metabólico (exceso de adiposidad abdominal, resistencia a la insulina, dislipidemia e hipertensión) es un efecto adverso significtivo de muchos antipsicóticos de segunda generación.

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La discinesia tardía es un trastorno del movimiento involuntario que se caracteriza con mayor frecuencia por contracción de los labios y la lengua, movimientos de los dedos, torsión de los brazos o las piernas u otros movimientos. Para pacientes que toman antipsicóticos de primera generación, el riesgo de discinesia tardía es acumulativo y aumenta aproximadamente 5% con cada año de exposición al medicamento. La incidencia es considerablemente menor con los antipsicoticos de segunda generación (1, 2). La discinesia tardía es gravemente desfigurante hasta en el 3% de los pacientes (3). En algunos pacientes persisten indefinidamente, aunque se interrumpa la administración del fármaco.

Debido a este riesgo, los pacientes que reciben terapia de mantenimiento a largo plazo deben ser evaluados al menos cada 6 meses. Se deben usar ciertos instrumentos de calificación, como el Abnormal Involuntary Movement Scale, para realizar un seguimiento más preciso de los cambios con el paso del tiempo. Los pacientes con esquizofrenia y que siguen necesitando un fármaco antipsicótico pueden ser tratados con clozapina o quetiapina, que son antipsicóticos de segunda generación. La valbenazina, un inhibidor del transportador vesicular de monoamina-2, ha sido aprobada para el tratamiento de la discinesia tardía pero requiere la supervisión de la función hepática durante el inicio.. Los efectos adversos más importantes son hipersensibilidad, somnolencia, prolongación del intervalo QT, y parkinsonismo. La deutetrabenazina, otro inhibidor del transportador-2 de monoamina vesicular, también está aprobada para el tratamiento de la discinesia tardía (4).

El síndrome neuroléptico maligno (SNM), un trastorno adverso raro pero potencialmente mortal relacionado con los antipsicóticos, se caracteriza por rigidez muscular, hipertermia, inestabilidad autónoma y aumento de la creatina cinasa. Las complicaciones pueden incluir rabdomiólisis y daño renal. Todos los antipsicóticos pueden causar síndrome neuroléptico maligno, aunque es más común con los antipsicóticos de primera generación. El manejo incluye suspender el medicamento causal, enfriamiento rápido, cuidados de soporte agresivos y medicamentos como bromocriptina, amantadina y dantroleno.

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Referencias del tratamiento

  1. 1. Marder SR, Cannon TD. Esquizofrenia. N Engl J Med. 2019 Oct 31;381(18):1753-1761. doi: 10.1056/NEJMra1808803

  2. 2. Carbon M, Kane JM, Leucht S, et al. Tardive dyskinesia risk with first- and second-generation antipsychotics in comparative randomized controlled trials: a meta-analysis. World Psychiatry. 2018 Oct;17(3):330-340. doi: 10.1002/wps.20579

  3. 3. Koshino Y, Madokoro S, Ito T, et al. A survey of tardive dyskinesia in psychiatric inpatients in Japan. Clin Neuropharmacol. 1992 Feb;15(1):34-43. doi: 10.1097/00002826-199202000-00005

  4. 4. Solmi M, Fornaro M, Caiolo S, et al. Efficacy and acceptability of pharmacological interventions for tardive dyskinesia in people with schizophrenia or mood disorders: a systematic review and network meta-analysis. Mol Psychiatry. 2025;30(3):1207-1222. doi:10.1038/s41380-024-02733-z

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