La cistoscopía es la introducción de un instrumento de fibra óptica rígido o flexible dentro de la vejiga.
Las indicaciones son las siguientes:
Ayudar en el diagnóstico de trastornos urológicos (p. ej., tumores vesicales, cálculos en la vejiga, hiperplasia prostática benigna)
Tratar estenosis uretrales
Acceder a la vejiga para obtener radiografías de los uréteres o colocar tutores JJ ("doble J") (catéteres con los extremos enrollados que se colocan en la pelvis renal y la vejiga)
La principal contraindicación es la infección urinaria activa.
La cistoscopia suele realizarse en forma ambulatoria con anestesia local (aplicación en la uretra de gel de lidocaína al 2%) o, cuando es necesario, sedación consciente o anestesia general. Las complicaciones incluyen infecciones urinarias, hemorragias y traumatismos vesicales y/o uretrales.
Esta imagen muestra una vista cistoscópica de varios cálculos vesicales (esferas amarillas).
Esta vista cistoscópica del interior de la vejiga de un hombre con un carcinoma de células de transición muestra un tumor (centro) en la pared de la vejiga.
