Todo el mundo sufre de manera ocasional algún problema leve relacionado con la integración de los recuerdos, las percepciones, la identidad y la conciencia. Por ejemplo, las personas pueden conducir hasta algún lugar y luego no recordar el viaje en sí. Es posible que no lo recuerden porque mientras conducen están pensando en asuntos personales, oyendo un programa de radio o conversando con un compañero de viaje, o simplemente porque dejan volar su imaginación. Estos problemas, conocidos como disociación normal, no suelen interferir con las actividades cotidianas.