El sistema musculoesquelético proporciona forma, estabilidad y movimiento al cuerpo humano. Está constituido por los huesos del cuerpo (que conforman el esqueleto), los músculos, los tendones, los ligamentos, las articulaciones, los cartílagos y otras clases de tejido conjuntivo. El término tejido conjuntivo se utiliza para describir el tejido que sostiene tejidos y órganos y los mantiene unidos. Se compone principalmente de colágeno y fibras elásticas, que están compuestas por distintas proteínas.
El sistema musculoesquelético comprende los huesos, los músculos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y las bolsas sinoviales (véase Introducción a la Biología del sistema musculoesquelético). Cualquiera de estas partes puede lesionarse o quedar afectada por diversos trastornos.
En una enfermedad autoinmunitaria, los anticuerpos o las células producidos por el organismo atacan a sus propios tejidos. Muchas enfermedades autoinmunitarias afectan al tejido conjuntivo y varios órganos. El tejido conjuntivo es el tejido estructural que da fortaleza a articulaciones, tendones, ligamentos y vasos sanguíneos.
Algunos problemas del pie comienzan en el propio pie, por ejemplo a consecuencia de un traumatismo. Pueden aparecer problemas en cualquier hueso, articulación, músculo, tendón o ligamento del pie.
La gota es un trastorno en el que se acumulan en las articulaciones depósitos de cristales de ácido úrico como consecuencia de las concentraciones elevadas de ácido úrico en sangre (hiperuricemia). Las acumulaciones de cristales causan brotes (crisis) de inflamación dolorosa en las articulaciones y a su alrededor.
Los trastornos de las manos y sus dedos son: los gangliones, las deformaciones, los trastornos relacionados con los nervios o con los vasos sanguíneos, la artrosis, el dedo en martillo, la enfermedad de Kienböck y las infecciones.
La enfermedad relacionada con la inmunoglobulina G4 (IgG4-RD) es un trastorno inmunitario poco frecuente que suele afectar a múltiples tejidos y órganos con masas similares a tumores y/o aumento de tamaño indoloro.
La artropatía neurógena está causada por la destrucción progresiva de la articulación, con frecuencia muy rápida, que se desarrolla porque la persona no es capaz de sentir dolor, se lesiona continuamente las articulaciones y, por lo tanto, no es consciente de los signos iniciales del daño articular.
El dolor cervical, junto con el dolor lumbar, constituye un motivo frecuente de consulta médica. El dolor suele ser consecuencia de problemas del sistema musculoesquelético y de la columna vertebral, incluidas las estructuras óseas (vértebras) y los músculos y ligamentos que las mantienen unidas. Algunos trastornos causan solo dolor cervical. Otros trastornos pueden producir dolor cervical y dolor lumbar. En algunos casos, el dolor cervical es consecuencia de un trastorno, como una meningitis, que no afecta el sistema musculoesquelético.
La enfermedad ósea de Paget es un trastorno crónico del esqueleto en el cual algunas zonas de hueso sufren un recambio anómalo, lo que da lugar a zonas óseas agrandadas y poco resistentes.