(Véase también Introducción al esófago.)
Cómo funciona el esófago
Un problema en cualquiera de estas funciones puede causar dificultad en la deglución (disfagia), pirosis, dolor torácico, regurgitación (expeler alimentos desde el esófago o el estómago sin náuseas o contracciones esforzadas de los músculos abdominales), vómitos o aspiración de alimentos (aspiración de alimentos hacia las vías respiratorias al inhalar).
Los trastornos de la garganta también pueden causar alteraciones en el movimiento de los alimentos (ver Trastornos de propulsión de la garganta).
Las principales causas de una propulsión anormal del alimento son los trastornos del movimimiento esofágico (trastornos de motilidad esofágica). Los trastornos más frecuentes son
A veces, los trastornos que afectan a todo el cuerpo también afectan al movimiento del esófago. Como por ejemplo la esclerosis sistémica y la enfermedad de Chagas.
Los médicos utilizan diferentes métodos para diagnosticar trastornos de la motilidad del esófago. Estos métodos son: endoscopia con biopsias, radiografía con contraste de bario (papilla baritada), manometría, pruebas relacionadas con el reflujo ácido y planimetría por impedancia.
El tratamiento de la propulsión anómala de los alimentos depende de la causa.