Evaluación del dolor

PorMeredith Barad, MD, Stanford Health Care;
Anuj Aggarwal, MD, Stanford University School of Medicine
Revisado porMichael C. Levin, MD, College of Medicine, University of Saskatchewan
Revisado/Modificado Modificado abr 2025
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Para evaluar a una persona con dolor, el médico pregunta acerca de los antecedentes y las características del dolor y su efecto sobre la funcionalidad de la persona. Las respuestas le ayudarán a identificar la causa y desarrollar una estrategia de tratamiento. Las preguntas incluyen las siguientes:

  • ¿Dónde se sitúa el dolor?

  • ¿Cómo es el dolor (por ejemplo, si es agudo, sordo, con cólicos)?

  • ¿Cuándo comenzó? ¿Había anteriormente alguna lesión?

  • ¿Cómo comenzó? ¿Se presentó repentinamente o apareció de manera gradual?

  • ¿Está siempre presente, o aparece y desaparece?

  • ¿Se presenta de manera previsible con ciertas actividades (como las comidas o los esfuerzos físicos) o con ciertas posiciones corporales? ¿Qué lo empeora?

  • ¿Hay algo que lo alivie?

  • ¿El dolor afecta la capacidad para realizar las actividades cotidianas o para las relaciones interpersonales? ¿Afecta el sueño, el apetito o las funciones intestinal y vesical? Si es así, ¿de qué manera?

  • ¿Afecta el dolor al humor y a la sensación de bienestar? ¿Se acompaña de sentimientos de depresión o ansiedad?

Para evaluar la gravedad del dolor, a veces el médico utiliza una escala de 0 (ninguno) a 10 (intenso), o pide a la persona que lo defina como leve, moderado o insoportable. En los niños o en las personas con dificultades para comunicarse (por ejemplo, tras un accidente cerebrovascular), los dibujos de una serie de caras, desde sonriente, pasando por el ceño fruncido hasta el llanto, son útiles para determinar la gravedad del dolor.

Escalas de dolor: ¿Qué tan grave es el dolor?

Debido a que la intensidad del dolor es difícil de comunicar, los médicos a menudo utilizan una escala del dolor para ayudar a las personas a indicar la intensidad del dolor.

El médico siempre procura determinar si hay un trastorno físico causante del dolor. Muchas enfermedades crónicas (como el cáncer, la artritis, la anemia de células falciformes o la enfermedad inflamatoria intestinal) causan dolor, como también algunos trastornos agudos (como las heridas, las quemaduras, los desgarros musculares, las fracturas, los esguinces, la apendicitis, los cálculos renales o los ataques cardíacos).

Los médicos utilizan técnicas específicas para comprobar posibles fuentes de dolor. El médico mueve los brazos y las piernas de la persona en su amplitud normal de movimiento, para ver si ello le causa dolor. Una lesión, el estrés repetido, el dolor crónico y otros trastornos hacen que ciertas áreas del cuerpo (llamadas puntos neurálgicos o dolorosos, aunque por influencia del inglés se denominan a veces puntos gatillo) se vuelvan hipersensibles. El médico tocará varias zonas para ver si son puntos gatillo. Tocará la piel con diferentes objetos (como una llave y un alfiler) para buscar pérdida de sensibilidad o percepciones anormales.

Los médicos también consideran problemas emocionales o de salud mental. Las enfermedades mentales (como la depresión y la ansiedad) pueden empeorar el dolor. Como el dolor crónico causa depresión y ansiedad, a veces es difícil distinguir entre causa y efecto. A veces, en las personas con dolor, existen pruebas de problemas psicológicos pero no de un trastorno que pudiera explicar el dolor o su intensidad. Este tipo de dolor se denomina dolor psicógeno o psicofisiológico.

Una evaluación psicológica también puede incluir preguntas sobre otros factores clave, como experiencias adversas en la infancia (comúnmente llamadas ACE), antecedentes de trauma, expectativas del tratamiento, factores estresantes actuales en la vida e historial o presencia actual de trastornos por consumo de sustancias. Los médicos tienen cuidado de considerar las normas culturales y actitudes presentes en la vida de la persona al evaluar estos factores.

Los médicos preguntan sobre qué medicamentos (incluyendo medicamentos sin receta médica) y otros tratamientos ha usado la persona para tratar el dolor y si han resultado eficaces. Si se sospecha un mal uso de los opioides u otras sustancias, se requiere una evaluación adicional.

Dolor crónico

En personas con dolor crónico, además de determinar la causa probable y el nivel del dolor, el médico realizará una evaluación más detallada para

  • Identificar cualquier otra condición física o psicológica que pueda estar empeorando el dolor

  • Determinar qué significa la experiencia de dolor para el paciente

  • Entender el impacto que tiene el dolor en todas las áreas de la vida de la persona, incluyendo el trabajo, actividades sociales y recreativas, y el nivel de funcionamiento cotidiano

  • Explorar tratamientos que ya se han probado y qué otros tratamientos cree la persona que podrían ser útiles

La evaluación del médico sobre el nivel funcional de la persona y el efecto del dolor en dicho funcionamiento se centrará en actividades de la vida diaria (por ejemplo, vestirse, bañarse), empleo, pasatiempos y relaciones personales (incluyendo las sexuales). El médico evaluará estos niveles funcionales repetidamente para hacer seguimiento del progreso de la persona durante el tratamiento.

Toda esta información permite al médico entender rápidamente las preocupaciones de la persona y ayuda a asegurar un mayor éxito del tratamiento.

Si es necesario, el médico puede ayudar a conectar a la persona con servicios de apoyo que le ayuden a manejar los desafíos psicológicos y del estilo de vida asociados con el dolor, así como cualquier problema financiero o legal relacionado (por ejemplo, solicitar pagos por discapacidad o presentar informes de accidentes).

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