Las infecciones por el virus de Marburgo y el virus de Ébola causan hemorragia y disfunción orgánica. Estas infecciones a menudo son mortales.
Muchas infecciones por el virus de Marburg y el virus del Ébola se transmiten mediante la manipulación de animales vivos o muertos o por el contacto con la piel o los fluidos corporales de una persona infectada que tenga síntomas o que haya fallecido.
Los síntomas empiezan con fiebre, dolores musculares y corporales, cefalea, tos y dolor de garganta, seguidos por vómitos y diarrea, así como hemorragia por la boca o la nariz o en órganos internos.
Para confirmar el diagnóstico, los médicos realizan análisis de sangre y de orina.
El tratamiento incluye la administración de líquidos por vena y otras medidas para mantener las funciones corporales.
Para evitar la propagación de la infección es necesario el aislamiento estricto y la toma de precauciones sanitarias (así como el uso de ropa de protección por parte de los profesionales de la salud).
Las infecciones por el virus de Marburgo y el virus del Ébola son fiebres hemorrágicas, caracterizadas por la hemorragia. Están causados por virus llamados filovirus. El virus del Ébola tiene 5 especies, incluyendo el virus del Ébola de Zaire y el virus del Ébola de Sudán.
Los brotes de infecciones por el virus del Ébola y el virus de Marburgo comenzaron en África central y occidental, probablemente porque son infecciones frecuentes entre los animales salvajes de aquellas regiones. Estos brotes son muy poco frecuentes y en el pasado no se habían extendido demasiado porque por lo general tenían lugar en zonas rurales aisladas. Sin embargo, los viajeros procedentes de esas zonas a veces transportan la infección a las zonas cercanas o, en raras ocasiones, fuera de África.
Transmisión del virus del Ébola y del virus de Marburgo
Los virus del Ébola y de Marburgo son altamente contagiosos.
Estos virus normalmente infectan animales y sólo ocasionalmente se transmiten a las personas. La infección en seres humanos puede ocurrir al manipular o comer un animal infectado, como un murciélago de la fruta o un primate (simios y monos). Las infecciones por el virus de Marburgo se han producido en personas expuestas a murciélagos (por ejemplo, en minas o cuevas).
Una vez que una persona ha sido infectada, la infección se puede contagiar de persona a persona cuando se establece un contacto directo mediante los fluidos de la piel o del cuerpo (saliva, sangre, vómito, orina, heces, sudor, leche materna o semen) de una persona infectada. Las personas no pueden transmitir la infección antes de desarrollar los síntomas. Sin embargo, los fluidos corporales de los cadáveres pueden transmitir la infección, sobre todo a las personas que los transportan y preparan para el entierro.
No se cree que el Ébola se transmita a través del aire (por ejemplo, en las gotitas dispersadas cuando las personas tosen o estornudan).
En algunas personas que se recuperan, el virus Ebola es finalmente eliminado por completo de su sistema corporal, de modo que ya no son contagiosas. Sin embargo, en otras personas, el virus puede permanecer durante un tiempo en zonas del cuerpo que están protegidas de los ataques por parte del sistema inmunológico (como los ojos o el semen). El material genético del virus del Ébola puede permanecer en el semen hasta 3 meses después de que los hombres ya no presenten síntomas.
El virus de Marburgo puede permanecer en el semen durante un máximo de 7 semanas después de que los hombres ya no presenten síntomas.
Síntomas de la infección por el virus del Ébola y el virus de Marburgo?
Las personas afectadas desarrollan los primeros síntomas entre 2 y 21 días después de la exposición al virus. Al principio, los síntomas suelen parecerse a los de otras infecciones víricas menos graves. La persona afectada tiene dolores musculares, dolor de cabeza, dolor de garganta y tos. También se muestra sensible a la luz y el blanco de los ojos (la esclerótica) puede ponerse rojo.
En unos pocos días aparecen síntomas más graves, como los siguientes:
Dolor abdominal
Piel amarilla y coloración amarillenta del blanco de los ojos (ictericia)
Vómitos intensos y diarrea
Propensión hemorrágica
Confusión, delirio y coma
El vómito y la diarrea causan deshidratación, que, si no se trata, lleva a presión arterial baja (choque), arritmias y muerte.
La hemorragia comienza a los pocos días. El sangrado subcutáneo se puede mostrar en forma de manchas o placas de color púrpura. Las encías, la nariz, el recto o los órganos internos pueden sangrar, al igual que las heridas punzantes (como consecuencia de la extracción de sangre o del inicio de una vía intravenosa).
Al cabo de unos 5 días, aparece una erupción, sobre todo en el tronco.
Durante la segunda semana de los síntomas, la fiebre se interrumpe y la persona comienza a recuperarse o bien se produce una disfunción de sus órganos (llamada insuficiencia orgánica). Del 25 al 90% de las personas infectadas mueren, dependiendo en gran medida del nivel de atención médica disponible. En comparación con la infección por el virus de Marburgo, la infección por el virus del Ébola tiene peor pronóstico. La recuperación lleva mucho tiempo.
Diagnóstico de infecciones por el virus del Ébola y el virus de Marburgo
Análisis de sangre y orina
La identificación del virus del Ébola en las personas que han sido infectadas recientemente (unos pocos días) es difícil porque los síntomas iniciales, como la fiebre, pueden estar causados por infecciones más frecuentes. Sin embargo, si las personas con estos síntomas viven o han viajado a zonas donde se está produciendo el Ébola, los médicos sospechan la enfermedad. Los Centros para el control y prevención de enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC, por sus siglas en inglés) disponen de protocolos destinados a los profesionales de la salud para permitirles evaluar a los viajeros procedentes de dichas zonas.
Si los médicos sospechan infección por el virus del Ébola o de Marburgo, toman muestras de sangre y orina de la persona afectada y los analizan para confirmar la infección.
Si se diagnostica una infección por el virus del Ébola o de Marburgo se informa a los funcionarios de salud pública.
Tratamiento de las infecciones por el virus del Ébola y el virus de Marburgo
Tratamiento sintomático
Medicamentos antivíricos
El tratamiento sintomático consiste en:
Administración de líquidos por vía intravenosa (IV) para mantener la presión arterial y el equilibrio de electrólitos (tales como sodio, potasio y calcio)
Transfusión de factores de coagulación para ayudar a retrasar o detener la hemorragia
Tratamiento de los síntomas, incluyendo la administración de calmantes para el dolor
Se dispone de dos tratamientos con anticuerpos monoclonales (denominados REGN-EB3 y mAb-114) para tratar la infección por el virus del Ébola causada por el virus del Ébola de Zaire. Ambos tratamientos se probaron durante el brote de Ébola que tuvo lugar entre 2018 y 2020 en la República Democrática del Congo y fueron efectivos, ya que curaron alrededor del 90% de las personas cuando el medicamento se administró durante los primeros días posteriores a la infección.
No existe un tratamiento eficaz para la infección por el virus de Marburgo.
Prevención de las infecciones por el virus del Ébola y el virus de Marburgo
Se han desarrollado diversas vacunas y fármacos antivíricos. Se dispone de una vacuna contra el Ébola de Zaire para personas de 18 años o más que puedan estar expuestas al virus (por ejemplo, ciertos profesionales de la salud y científicos). En la República Democrática del Congo (RDC) se emplean habitualmente dos vacunas contra el Ébola de Zaire. Estas vacunas son solo para el virus del Ébola de Zaire y no proporcionan protección cruzada contra la enfermedad por el virus del Ébola de Sudán. Se están desarrollando vacunas para la enfermedad de los virus del Ébola de Sudán.
Es necesario un aislamiento estricto para evitar una mayor propagación. El hecho de aislar a las personas con síntomas de una posible infección por virus del Ébola o de Marburgo en instalaciones utilizadas únicamente para tal fin puede ayudar a controlar la propagación. En estas instalaciones se pueden manejar con seguridad los fluidos corporales infectados. Las personas que han estado en contacto con personas infectadas deben ser vacunadas.
Los miembros del personal que atienden a personas con Ébola deben estar completamente cubiertos con ropa de protección, incluyendo cascos equipados con un respirador. A pesar de que no se cree que las infecciones se transmitan por el aire, se toman precauciones contra esa posibilidad. Otros miembros del personal deben estar disponibles para ayudar a quitarse la ropa de protección a sus compañeros.
Es esencial limpiar y desinfectar minuciosamente las superficies y equipamentos que puedan estar contaminados, así como asegurarse de que los fluidos corporales (como la sangre, el sudor, los vómitos, las heces y la orina) son manejados con seguridad.
A las personas que han viajado o están en una zona afectada por un brote de Ébola, se les recomienda lo siguiente:
El uso de una buena higiene, como lavarse las manos con agua y jabón o con un desinfectante de manos a base de alcohol, así como evitar el contacto con sangre y fluidos corporales de otras personas
No manipular objetos que puedan haber estado en contacto con sangre o fluidos corporales de una persona infectada (tales como ropa, ropa de cama, agujas y equipos médicos)
No participar en rituales funerarios que requieran la manipulación del cadáver de una persona que ha fallecido por el virus del Ébola
Evitar el contacto con murciélagos y primates (como simios y monos) y no coma carne cruda o poco cocinada procedente de estos animales.
Evitar el acceso a las instalaciones de África Occidental donde son tratados los pacientes con virus del Ébola
Después de regresar, controle la salud durante 21 días y busque atención médica de inmediato si aparecen síntomas que sugieren la aparición del virus del Ébola
Aunque no se tiene noticia de que se hayan transmitido infecciones durante el coito o la lactancia materna, el número de casos estudiado ha sido bajo. Por lo tanto, no existen pautas firmes sobre el periodo de tiempo durante el cual una persona debe abstenerse de mantener relaciones sexuales sin protección, amamantar o mantener un contacto personal estrecho. Sin embargo, por motivos de seguridad, los médicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan que los hombres se abstengan de mantener relaciones sexuales hasta que su semen haya sido analizado dos veces y se obtenga resultado negativo para el virus o bien se recomienda que se practique sexo seguro (incluyendo el uso de preservativos) durante 12 meses contados desde el inicio de los síntomas.
