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La infección se adquiere al ingerir alimentos contaminados con tierra que contenga huevos de gusano o por ingestión de huevos después del contacto con tierra contaminada.
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Aunque la persona infectada puede no presentar síntomas, es posible que aparezcan dolor abdominal, pérdida de apetito, diarrea, hemorragia intestinal o anemia, en función de la gravedad de la infección.
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Los médicos suelen diagnosticar la infección mediante la identificación de los huevos en una muestra de heces.
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Un saneamiento adecuado y una buena higiene personal ayudan a evitar la propagación de la infección.
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Se utiliza un fármaco antiparasitario, como el albendazol, para tratar la infección.
(Véase también Introducción a las infecciones parasitarias.)
La tricuriasis es una infección frecuente, que ocurre principalmente en las regiones subtropicales y tropicales, donde las deficientes condiciones sanitarias y un clima cálido y húmedo establecen las condiciones necesarias para que los huevos de Trichuris se incuben en el suelo. También se produce en el sur de Estados Unidos. En todo el mundo están infectadas cerca de 604 a 795 millones de personas, la mayoría niños.
Transmisión de la infección por tricocéfalos
Las personas se infectan con el parásito
Los niños pueden ingerir tierra contaminada.
Las larvas maduran en el intestino delgado, migran al intestino grueso y entierran la cabeza en el revestimiento intestinal. Cada larva produce un gusano de cerca de 11 cm; se estima que cada gusano vive entre 1 y 2 años, aunque algunos pueden sobrevivir más tiempo. Las hembras de tricocéfalos producen huevos, que se excretan en las heces.
Síntomas
Las infecciones por tricocéfalo leves no suelen producir síntomas.
Cuando el número de gusanos en el colon es muy abundante, aparecen dolor abdominal, pérdida de apetito y diarrea. Se puede producir pérdida de peso, sangrado intestinal y anemia, especialmente en niños con infecciones graves. Algunas veces la infección masiva provoca prolapso rectal.
Diagnóstico
El médico basa el diagnóstico de tricuriasis en la visualización de huevos característicos del gusano con forma de limón en muestras de materia fecal examinadas al microscopio o, a veces, por medio de la observación de gusanos adultos durante una colonoscopia o una proctoscopia (exploración del recto con una sonda de visualización).
Se realiza un hemograma completo para comprobar si hay anemia.
Prevención
La prevención de la infección por tricocéfalo depende de
Hay que lavarse las manos antes de manipular los alimentos y abstenerse de comer fruta y verdura sin lavar.
Algunas veces se administra una sola dosis grande de albendazol o mebendazol a grupos de personas, en particular niños, que corren el riesgo de infectarse por tricocéfalos (y otros gusanos diseminados a través de suelos contaminados, como anquilostomas y ascaris). Este tratamiento ayuda a prevenir complicaciones de estas infecciones.
Tratamiento
Para tratar la infección por tricocéfalo se usan mebendazol, albendazol o ivermectina por vía oral. En caso de infecciones graves, es preferible tomar mebendazol dos veces al día durante 3 días.
La toma diaria de albendazol o de ivermectina durante 3 días es una alternativa.
Por regla general no se administra ninguno de estos fármacos a mujeres embarazadas, ya que dichos fármacos pueden causar daño al feto.
Si la persona ha estado en zonas de África donde se transmite el Loa loa, los médicos descartan la presencia de loiasis antes de administrarles ivermectina, ya que puede causar inflamación cerebral grave (encefalitis) en personas con loiasis.