Rabietas

PorStephen Brian Sulkes, MD, Golisano Children’s Hospital at Strong, University of Rochester School of Medicine and Dentistry
Revisado porAlicia R. Pekarsky, MD, State University of New York Upstate Medical University, Upstate Golisano Children's Hospital
Revisado/Modificado may 2025 | Modificado jul 2025
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Datos clave

Las rabietas son arrebatos emocionales violentos, por lo general en respuesta a la frustración.

  • La frustración, el cansancio y el hambre son las causas más comunes.

  • Durante estas, es posible que los niños griten, den golpes, se tiren por el suelo, tiren cosas y pataleen.

  • Si la rabieta no se interrumpe distrayendo al niño, hay que sacarle de esa situación.

Las rabietas son frecuentes en la infancia. Suelen aparecer hacia el final del primer año de vida, más a menudo entre los 2 (los "terribles 2 años") y los 4 años y suelen ser muy poco frecuentes después de los 5 años. Si las rabietas siguen siendo frecuentes después de los 5 años, es probable que persistan durante toda la infancia.

La frustración, el cansancio, el aburrimiento y el hambre son algunas de las causas de las rabietas. Los niños también tienen rabietas para llamar la atención o para manipular a los padres con el fin de conseguir algo, o para evitar hacer alguna cosa. A menudo los padres se sienten culpables (debido a un prejuicio de paternidad deficiente), pese a que la causa real suele ser una combinación de la personalidad del niño, las circunstancias del entorno y la conducta propia de su fase de desarrollo. En raras ocasiones, la causa puede ser un problema físico, mental o social subyacente, lo cual es más probable si la rabieta dura más de 15 minutos o si las rabietas ocurren varias veces al día.

El niño que tiene una rabieta grita, gime, llora, se agita, se tira al suelo, patalea y arroja objetos. Algunos de los comportamientos son similares a la ira y potencialmente nocivos. El niño enrojece y golpea o da patadas. Algunos niños pueden contener la respiración de forma voluntaria durante unos segundos y recuperar luego la respiración normal (a diferencia de los espasmos del llanto, que son involuntarios y también pueden aparecer después de las rabietas o de las crisis de llanto provocadas por frustración).

(Véase también Introducción a los problemas de comportamiento en niños.)

Tratamiento de las rabietas

  • Distracción

  • Alejamiento de la situación

Aunque muchos niños pueden calmarse y controlar su rabieta en unos pocos minutos si se les da un entorno seguro para hacerlo (por ejemplo, un tiempo muerto por apartamiento), otros niños tienen dificultad para detener las rabietas por su cuenta. En la mayoría de los casos, interesarse por la causa de la rabieta solo consigue prolongarla. Por lo tanto, es preferible distraer a los niños, proporcionándoles una actividad alternativa en la que puedan centrarse.

Puede ser beneficioso para el niño alejarle físicamente de la situación en la que se ha producido la rabieta.

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