Una lesión debida al Sol (véase también Introducción a la radiación solar y las lesiones de la piel.) puede resecar y endurecer los labios, especialmente el inferior. Las personas mayores de 45 años y las personas con tez clara que han tenido una amplia exposición al sol son las más susceptibles a sufrir lesiones debidas al sol.
La exposición al Sol puede causar a largo plazo crecimientos precancerosos llamados queratosis actínica.
Los labios dañados por el sol a veces están secos y escamosos y se sienten como papel de lija. Estos cambios se consideran precancerosos, especialmente si la superficie del labio se afina, se enrojece y desarrolla llagas (úlceras). Los labios dañados por el sol con este tipo de alteraciones deben ser examinados por un médico o un dentista.
Los queratoacantomas son crecimientos cutáneos (de la piel) que algunos expertos consideran un tipo de cáncer de piel. Ocurren con mayor frecuencia en la piel expuesta al sol.
El daño solar en los labios se puede minimizar cubriéndolos con un protector labial que contenga protector solar y usando un sombrero de ala ancha para proteger la cara de los rayos nocivos del sol.