Pancreatitis crónica

PorMichael Bartel, MD, PhD, Fox Chase Cancer Center, Temple University
Revisado/Modificado mar. 2022 | Modificado sep. 2022
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Datos clave

La pancreatitis crónica es la inflamación del páncreas de larga evolución que resulta en un deterioro irreversible de la estructura y la función pancreática.

  • El consumo de alcohol y el hábito de fumar son dos causas principales de la pancreatitis crónica.

  • El dolor abdominal puede ser persistente o intermitente.

  • El diagnóstico se basa en los síntomas, antecedentes de pancreatitis aguda recurrente y uso de alcohol, pruebas de diagnóstico por la imagen y pruebas de función pancreática.

  • El tratamiento incluye evitar el consumo de alcohol y cigarrillos, modificando la dieta y tomando suplementos enzimáticos pancreáticos y medidas para aliviar el dolor.

(Véase también Introducción a la pancreatitis.)

El páncreas es un órgano situado en la parte superior del abdomen que produce la hormona insulina y secreta el líquido pancreático a través del conducto pancreático en la primera parte del intestino delgado (duodeno). Este líquido pancreático contiene enzimas digestivas que ayudan a digerir los alimentos.

En la pancreatitis aguda, la inflamación se desarrolla rápidamente y desaparece al cabo de entre unos días y algunas semanas.

En la pancreatitis crónica, la inflamación es progresiva y de larga duración, lo que provoca daño permanente y cicatrización (fibrosis) del páncreas. Esta fibrosis es la marca distintiva de la pancreatitis crónica. A medida que la pancreatitis crónica progresa, las células que secretan las enzimas digestivas en el líquido pancreático se destruyen lentamente con el tiempo.

Localización del páncreas

Causas de la pancreatitis crónica

En Estados Unidos, aproximadamente la mitad de los casos de pancreatitis crónica se deben al consumo intensivo de alcohol. Las personas con el hábito de fumar también presentan un riesgo mayor de desarrollar pancreatitis crónica.

Entre las causas menos frecuentes de pancreatitis crónica se encuentran los trastornos genéticos, como la fibrosis quística, la pancreatitis hereditaria o la pancreatitis autoinmunitaria. En raras ocasiones, un episodio grave de pancreatitis aguda provoca una cicatrización permanente (fibrosis) del páncreas que conduce a una pancreatitis crónica. En algunas personas, la pancreatitis crónica se desarrolla cuando el conducto pancreático es bloqueado (obstruido) por cálculos o un tumor.

Algunos casos de pancreatitis crónica no tienen una causa definida (son idiopáticos). En los países tropicales (por ejemplo, India, Indonesia y Nigeria) se produce una pancreatitis crónica de origen desconocido en niños y adultos jóvenes (llamada pancreatitis tropical).

Síntomas de la pancreatitis crónica

El dolor abdominal es un síntoma principal de la pancreatitis crónica. El dolor abdominal en la zona superior puede variar en intensidad, y los brotes (ataques) pueden durar entre muchas horas y varios días. Cuando la enfermedad está más avanzada, el dolor tiende a ser constante. El dolor suele ser peor después de las comidas y puede reducirse sentándose o inclinándose hacia adelante.

A medida que la pancreatitis crónica progresa y las células que secretan las enzimas digestivas son destruidas, el dolor abdominal puede cesar.

La insuficiencia pancreática es el otro síntoma principal de la pancreatitis crónica. La insuficiencia pancreática es una disminución en la cantidad de enzimas digestivas en el líquido pancreático. A medida que el número de enzimas digestivas disminuye, la comida se digiere inadecuadamente y por ello no se absorbe bien (malabsorción), y la persona elimina heces voluminosas, excepcionalmente malolientes y grasosas (esteatorrea). Las heces son de coloración clara e incluso pueden contener gotitas de aceite. También pueden encontrarse en las heces fibras musculares sin digerir. La absorción inadecuada de los alimentos también conduce a desnutrición, carencias vitamínicas y a una pérdida de peso.

Complicaciones de la pancreatitis crónica

Se puede producir una acumulación de líquido denominada seudoquiste pancreático. Los seudoquistes pueden sangrar o romperse, y los que se expanden pueden causar dolor o bloquear el duodeno o las vías biliares.

Las células del páncreas que secretan insulina pueden acabar destruyéndose, lo que conduce gradualmente a la aparición de diabetes.

Los pacientes con pancreatitis tienen un riesgo mayor de sufrir cáncer pancreático.

Diagnóstico de la pancreatitis crónica

  • Pruebas de diagnóstico por la imagen

  • Pruebas de función pancreática

  • A veces, análisis de sangre

El médico sospecha que se trata de una pancreatitis crónica por los síntomas y los antecedentes de brotes de pancreatitis aguda o de uso de alcohol. Los médicos utilizan los resultados de las pruebas de imagen y las pruebas de función pancreática para establecer el diagnóstico.

¿Sabías que...?

  • Cualquier persona con pancreatitis crónica debe evitar el alcohol y fumar.

Pruebas de diagnóstico por la imagen

Se pueden hacer radiografías abdominales para buscar depósitos de calcio en el páncreas, que están presentes en algunas personas con pancreatitis crónica.

Puede realizarse una tomografía computarizada (TC) del abdomen para mostrar los cambios de la pancreatitis crónica y detectar posibles complicaciones, como un seudoquiste.

Actualmente muchos médicos realizan una prueba de imagen por resonancia magnética nuclear (RMN) denominada colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM). La CPRM muestra los conductos biliares y pancreáticos con más claridad que la TC.

La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) permite a los médicos visualizar las vías biliares y el conducto pancreático. Esta exploración no suele utilizarse para diagnosticar la pancreatitis crónica, pero puede realizarse si se necesita un cierto tratamiento para el conducto pancreático, como colocar un tubo (stent) a través de un bloqueo o extraer una piedra del conducto.

La ecografía endoscópica (paso de un tubo de visión flexible con una sonda de ultrasonido unida a ella a través de la boca hacia el estómago y el primer segmento del intestino delgado) es otra prueba que ayuda a detectar anomalías en el páncreas y el conducto pancreático.

Las personas con pancreatitis tienen un riesgo mayor de sufrir cáncer pancreático, por tanto, cualquier empeoramiento de los síntomas o el estrechamiento del conducto pancreático hacen que el médico sospeche la existencia de un cáncer. En estos casos es probable que el médico solicite análisis de sangre, una resonancia magnética nuclear (RMN), una tomografía computarizada (TC) y/o una ecografía endoscópica.

Qué es la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica

En la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), se introduce un contraste radiopaco mediante un endoscopio (un tubo de visualización flexible) que se inserta por la boca y se hace llegar a través del estómago hasta el duodeno (el primer segmento del intestino delgado). El contraste radiopaco se inyecta en la vía biliar nada más pasar el esfínter de Oddi. A continuación, el colorante fluye hacia arriba por las vías biliares y a menudo muestra los conductos pancreáticos.

También se pueden utilizar instrumentos quirúrgicos con el endoscopio, lo que permite al médico extraer un cálculo de la vía biliar o insertar un tubo (stent o endoprótesis vascular) para sortear una obstrucción de la vía biliar producida por fibrosis o por cáncer.

Pruebas de función pancreática

En caso de pancreatitis crónica, el médico también puede efectuar pruebas en el páncreas para valorar su funcionamiento. Dichas pruebas ayudan a determinar si existe una insuficiencia pancreática que puede provocar malabsorción. Pueden analizarse las heces para determinar sus niveles de grasa o la presencia de una enzima digestiva como la elastasa. Una concentración baja de elastasa indica insuficiencia pancreática.

Análisis de sangre

Los análisis de sangre son menos útiles para diagnosticar la pancreatitis crónica que para diagnosticar la pancreatitis aguda, pero pueden mostrar valores aumentados de amilasa y lipasa (dos enzimas producidas por el páncreas). También pueden utilizarse los análisis de sangre para determinar la concentración de azúcar (glucosa) en sangre, que puede ser alta.

Tratamiento de la pancreatitis crónica

  • Control del dolor

  • Suplementos enzimáticos pancreáticos

  • Gestión de la diabetes

El pronóstico para la pancreatitis crónica es variable.

Incluso cuando el alcohol no sea la causa, las personas afectadas por pancreatitis deben evitar su consumo y dejar de fumar.

Control del dolor

El control del dolor es la parte más difícil de gestionar de la pancreatitis crónica, y los tratamientos se centran en reducir el dolor y frenar la progresión de la enfermedad. La realización de cuatro o cinco comidas diarias con alimentos bajos en grasas puede reducir la secreción de enzimas pancreáticas y disminuir el dolor.

A veces, se necesitan analgésicos opiáceos para aliviar el dolor. Muy a menudo las medidas de alivio del dolor no alivian el dolor y se requieren cantidades crecientes de opiáceos, lo que aumenta el riesgo de adicción. Los médicos pueden recomendar medicamentos adicionales para el dolor, como los antidepresivos tricíclicos, la gabapentina, la pregabalina y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y prescribirlos ya sea solos o en combinación con opiáceos para controlar el dolor crónico; sin embargo, los resultados varían. El tratamiento farmacológico del dolor en la pancreatitis crónica es, con frecuencia, poco satisfactorio.

Los médicos pueden administrar corticoesteroides para tratar la pancreatitis autoinmunitaria.

En ocasiones, los médicos pueden usar un endoscopio (un tubo de observación flexible) para llevar a cabo el tratamiento. El tratamiento endoscópico con colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) se puede utilizar para drenar un conducto que está bloqueado por cicatrices (estenosis), cálculos o ambos. Este procedimiento puede aliviar el dolor.

La litotricia (un procedimiento que implica el uso de ondas de choque para romper las piedras) puede utilizarse para tratar piedras grandes o atascadas en el conducto pancreático.

Se considera el tratamiento quirúrgico si los conductos pancreáticos están dilatados o hay una masa inflamatoria en una región del páncreas. Por ejemplo, cuando el conducto pancreático está dilatado, la realización de una derivación desde el páncreas hasta el intestino delgado alivia el dolor en cerca del 70 al 80% de las personas. Cuando el conducto no está dilatado, puede tener que extirparse parte del páncreas. La extirpación parcial del páncreas implica, así mismo, la extirpación de las células que producen insulina, lo que puede conducir al desarrollo de diabetes. Los médicos reservan el tratamiento quirúrgico para aquellas personas que han abandonado la toma de alcohol y que pueden controlar cualquier diabetes que se desarrolle.

En ocasiones, un pseudoquiste pancreático puede causar dolor a medida que crece y puede ser necesario drenarlo (descomprimirlo) de forma endoscópica o a través de la piel que lo recubre.

Suplementos enzimáticos pancreáticos

La suplementación con enzimas pancreáticas puede reducir el dolor crónico al reducir la secreción de enzimas pancreáticas. Aunque la terapia enzimática suele intentarse, porque es segura y tiene pocos efectos secundarios, es posible que no proporcione un alivio sustancial del dolor.

En las personas con insuficiencia pancreática, la toma de comprimidos o cápsulas de extractos de enzimas pancreáticas con las comidas puede hacer que las heces sean menos grasientas y que mejore la absorción de los alimentos, aunque estos problemas rara vez se eliminan. Los suplementos deben tomarse con las comidas. Los médicos a veces recomiendan que las personas tomen un antihistamínico (H2) o un inhibidor de la bomba de protones (fármacos que reducen o previenen la producción de ácido del estómago) junto con las enzimas pancreáticas. Con el tratamiento de enzimas pancreáticas, el paciente gana algo de peso, realiza menos evacuaciones al día, desaparecen las gotitas de aceite de las heces y, en general, se siente mejor. Si con estas medidas no se obtienen resultados eficaces, se puede probar a disminuir aún más la ingestión de grasa. Así mismo, puede ser necesario tomar suplementos de vitaminas liposolubles (A, D, E y K).

Gestión de la diabetes

(Véase también tratamiento de la diabetes.)

La diabetes causada por pancreatitis crónica raramente puede tratarse con fármacos hipoglucémicos administrados por vía oral. En general es necesario recurrir a la insulina, pero esto puede causar un problema, porque las personas afectadas también tienen disminuidos los niveles de glucagón, que es la hormona que compensa los efectos de la insulina. Un exceso de insulina en el torrente sanguíneo causa niveles bajos de glucosa (azúcar) en sangre, que pueden conducir a un coma hipoglucémico (véase síntomas de la hipoglucemia).

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