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Los trastornos de los riñones y de las vías urinarias pueden afectar a uno o a ambos riñones, a uno o a ambos uréteres, a la vejiga o la uretra, y en los varones a la próstata, a uno o ambos testículos o al epidídimo. Los problemas del sistema reproductor masculino se manifiestan a menudo en forma de dolor escrotal, hinchazón escrotal, sangre en el semen o erección persistente.
El análisis de orina, la prueba de orina, puede ser necesario en la evaluación de trastornos renales y de las vías urinarias y también puede contribuir a evaluar trastornos sistémicos como la diabetes o los problemas hepáticos. Se recoge una muestra de orina, normalmente usando el método de micción espontánea u otro método estéril. Por ejemplo, un método para obtener una muestra de orina no contaminada consiste en introducir un catéter a través de la uretra y hacerlo llegar hasta la vejiga.
Para el buen funcionamiento de los riñones, el flujo de sangre que llega hasta ellos debe estar intacto. Una interrupción o una reducción del aporte sanguíneo pueden causar lesión o disfunción renal y, si la situación se prolonga, un aumento de la presión sanguínea ( hipertensión). Cuando el flujo sanguíneo en las arterias que irrigan los riñones está completamente bloqueado, todo el riñón o la parte de él irrigada por dicha arteria muere (infarto renal). El infarto renal puede impedir que los riñones sean capaces de procesar y excretar los residuos metabólicos del organismo ( insuficiencia renal).
La mayoría de los cánceres de vejiga son de un tipo denominado de células transicionales, porque afectan al mismo tipo de células (células transicionales) que son, por lo general, las células cancerosas responsables de los cánceres de pelvis renal y de uréter.
La diálisis es el proceso artificial mediante el cual se extraen los productos de desecho y el exceso de agua del organismo. Este proceso es necesario cuando los riñones no funcionan correctamente.
Los riñones filtran y limpian la sangre; también mantienen el equilibrio corporal de agua, electrólitos (como sodio, potasio, bicarbonato y cloro) y nutrientes en la sangre.
Los riñones producen orina constantemente, y esta fluye por dos largos conductos (los uréteres) hacia la vejiga, donde se almacena (véase la figura: Las vías urinarias). La parte inferior de la vejiga (el cuello vesical), está rodeada por un músculo (esfínter urinario) que permanece contraído, de modo que cierra el conducto por el que fluye la orina hacia el exterior del cuerpo (la uretra); gracias a la acción de este mecanismo muscular, la orina se mantiene en la vejiga hasta que esta está llena.
Cada riñón contiene alrededor de 1 millón de unidades de filtración (glomérulos). Los glomérulos se componen de conjuntos microscópicos de diminutos vasos sanguíneos (capilares) con pequeños poros. Estos vasos sanguíneos están diseñados para que los líquidos pasen desde el torrente sanguíneo a un sistema de túbulos diminutos, que secretan y reabsorben los productos químicos y sustancias de los líquidos corporales para que se conviertan en orina. La orina, posteriormente, drena desde los túbulos a unos tubos cada vez mayores hasta que sale del riñón. Por lo general este sistema de filtrado permite que los líquidos y las moléculas pequeñas se filtren hacia el interior de los túbulos (pero casi ninguna proteína ni glóbulo sanguíneo, Síndrome de proteinuria y hematuria asintomáticas). Las enfermedades que afectan a los riñones se pueden dividir en tres categorías basadas en la forma en que se afectan las diferentes partes de los riñones:
La obstrucción de las vías urinarias es un bloqueo que inhibe el flujo de orina por su ruta normal (las vías urinarias) que incluye los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
Las piedras (cálculos) son masas duras que se forman en las vías urinarias y que pueden causar dolor, hemorragia o una infección, o bien bloquear el flujo de orina.
En las personas sanas, la orina de la vejiga es estéril, no hay en ella bacterias ni otros microorganismos infecciosos. El conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo (uretra) no contiene bacterias o contiene muy pocas, por lo que no es posible que causen infección. Sin embargo, cualquier segmento de las vías urinarias puede infectarse; la infección en cualquier punto a lo largo de las vías urinarias se denomina infección urinaria (lU).