La esquistosomiasis es una infección por duelas de la sangre del género Schistosoma, que se contagian por vía transcutánea al nadar o caminar en agua dulce contaminada. Los microorganismos infectan los vasos del aparato digestivo o urogenital. Los síntomas agudos consisten en dermatitis, seguida varias semanas más tarde por fiebre, escalofríos, náuseas, dolor abdominal, diarrea, malestar general y mialgias. Los síntomas crónicos varían según la especie, pero incluyen diarrea sanguinolenta (p. ej., por S. mansoni, S. mekongi, S. intercalatum y S. japonicum) o hematuria (p. ej., por S. haematobium). El diagnóstico requiere la identificación de huevos en las heces, la orina o una pieza de biopsia. Las pruebas serológicas pueden ser sensibles y específicas, pero no proporcionan información sobre la carga de helmintos ni sobre el estado clínico. El tratamiento se realiza con praziquantel.
Las duelas son gusanos planos parasitarios que infectan varias partes del organismo (p. ej., los vasos sanguíneos, el tubo digestivo, los pulmones, el hígado) dependiendo de la especie.
Etiología de la esquistosomiasis
La esquistosomiasis es, por mucho, la infección por trematodos más importante. El Schistosoma es el único trematodo que invade la piel; todos los demás sólo infectan el cuerpo por vía oral. Más de 200 millones de personas están infectadas en todo el mundo (1). La esquistosomiasis representa un importante desafío de salud pública global, con una estimación por parte de la Organización Mundial de la Salud de al menos 251,4 millones de personas que requirieron tratamiento preventivo en 2021, de las cuales más de 75,3 millones fueron tratadas (2). La mortalidad por esquistosomiasis se estima en 11.792 personas en todo el mundo al año, aunque esta cifra probablemente esté subestimada (2).
Siete especies de esquistosomas infectan a los seres humanos y todas tienen ciclos vitales similares relacionados con el caracol de agua dulce. Las 3 formas clínicas más significativas son S. mansoni, S. haematobium y S. japonicum. S. mekongi, S. malayensis, S. intercalatum y S. guineensis están implicados con menor frecuencia en enfermedades humanas. El S. haematobium causa infección urinaria, y otras especies de Schistosoma producen enfermedad intestinal.
La distribución geográfica de los esquistosomas que infectan a los humanos difiere según la especie:
S. haematobium: ampliamente distribuido en todo el continente africano, con focos menores en Medio Oriente, Turquía e India
S. mansoni: ampliamente distribuido en África, con focos en Medio Oriente y la única especie presente en el hemisferio occidental en zonas de Sudamérica y algunas islas del Caribe
S. japonicum: Asia, sobre todo en China, Filipinas, Tailandia e Indonesia
S. mekongi y S. malayensis: Sudeste de Asia
S. intercalatum y S. guineensis: África Central y Occidental
Los seres humanos son el principal huésped definitivo de la infección. Perros, gatos, roedores, cerdos, caballos y cabras son reservorios de S. japonicum; los perros son reservorios de S. mekongi. La transmisión de estas especies no se produce dentro de los Estados Unidos (incluido Puerto Rico) y Canadá, pero la enfermedad puede estar presente en personas que han visitado o vivido en áreas endémicas.
Las infecciones tienden a ocurrir en áreas rurales donde están presentes caracoles de agua dulce. Los huéspedes intermediarios son caracoles de los géneros Biomphalaria (S. mansoni), Oncomelania (S. japonicum), Bulinus (S. haematobium, S. intercalatum, S. guineensis). Los caracoles Robertsiella han sido identificados como huéspedes intermediarios para S. malayensis. El único huésped intermediario conocido para S. mekongi es Neotricula aperta. Se ha observado coinfección por más de una especie en algunas regiones (3).
Se han descrito infecciones por híbridos de S. haematobium × S. bovis y S. haematobium × S. mattheei, pero su relevancia en enfermedades humanas aún se desconoce (4).
Referencias de la etiología
1. Centers for Disease Control and Prevention: Schistosomiasis: Clinical Overview of Schistosomiasis. March 11, 2024. Accessed July 2, 2025.
2. World Health Organization: Schistosomiasis. February 1, 2023. Accessed July 2, 2025.
3. Meurs L, Mbow M, Vereecken K, Menten J, Mboup S, Polman K: Epidemiology of mixed Schistosoma mansoni and Schistosoma haematobium infections in northern Senegal. Int J Parasitol 2012;42(3):305-311. doi:10.1016/j.ijpara.2012.02.002
4. Straily A, Secor WE: Schistosomiasis. In CDC Yellow Book: Health Information for International Travel. April 23, 2025. Accessed July 2, 2025.
Fisiopatología de la esquistosomiasis
Los gusanos Schistosoma adultos viven y copulan dentro de las vénulas de la vejiga (habitualmente S. haematobium) o del mesenterio (las otras especies). Algunos huevos penetran en la mucosa intestinal o vesical y son eliminados por las heces o la orina, mientras que otros permanecen dentro de los órganos del huésped o se movilizan a través del sistema porta hasta el hígado y en ocasiones a otros sitios (p. ej., pulmones, sistema nervioso central, médula espinal). Los huevos excretados eclosionan en agua dulce y liberan miracidios (primer estadio larvario), que luego ingresan en los caracoles. Después de la multiplicación dentro de los caracoles, se liberan miles de cercarias de cola en horquilla que nadan libremente.
Las cercarias penetran en la piel humana unos minutos después de la exposición. Cuando penetran la piel, pierden su cola en horquilla y se transforman en esquistosómulas, que viajan a través del torrente sanguíneo hasta el hígado, donde maduran hasta convertirse en adultos. Los adultos luego migran a su hogar definitivo en las venas intestinales o en el plexo venoso del tracto genitourinario, dependiendo de la especie que causa la infección.
Los huevos aparecen en las heces o la orina entre 1 y 3 meses después de la penetración de las cercarias.
Se estima que la vida media del helminto adulto oscila entre 3 y 7 años. Las hembras miden en promedio entre 7 y 20 mm, y los machos son un poco más pequeños.
Image from the Centers for Disease Control and Prevention, Global Health, Division of Parasitic Diseases and Malaria.
Signos y síntomas de la esquistosomiasis
Dermatitis aguda por esquistosoma
La mayoría de las infecciones son asintomáticas. Puede desarrollarse un exantema urticariforme o papuloso pruriginoso (dermatitis por cercarias) en el sitio donde las cercarias penetran en la piel. La dermatitis localizada también puede ocurrir en personas que nadan en agua dulce (también llamada prurito del nadador).
Esquistosomiasis aguda
La esquistosomiasis aguda (a veces llamada fiebre de Katayama) es una reacción de hipersensibilidad sistémica que puede ocurrir con el inicio de la puesta de huevos, 14 a 84 días después de una exposición intensa (1). Los síntomas incluyen fiebre, escalofríos, tos, náuseas, dolor abdominal, malestar general, mialgias, exantemas en forma de urticarias y eosinofilia significativa, similar a la de la enfermedad del suero. Las manifestaciones son más frecuentes y suelen ser más graves en visitantes que en residentes de áreas endémicas, y su duración habitual es de varias semanas.
Esquistosomiasis crónica
La infección crónica se debe con mayor frecuencia a la exposición repetida en áreas endémicas, pero también puede darse después de una exposición breve, como la de los viajeros. La esquistosomiasis crónica no se debe a los trematodos en sí, sino principalmente a las respuestas granulomatosas del huésped a los huevos depositados en los tejidos. Los pacientes infectados por esquistosomiasis a menudo exhiben un perfil hematológico distintivo, que incluye anemia, eosinofilia, trombocitopenia y coagulopatía.
Esquistosomiasis intestinal: al principio, las úlceras en la mucosa intestinal causadas por el S. mansoni, el S. japonicum, el S. mekongi, o el S. intercalatum pueden sangrar y producir una diarrea sanguinolenta. A medida que las lesiones avanzan, pueden producirse fibrosis localizadas, estenosis, fístulas y proliferaciones papilomatosas en el intestino. La pérdida de sangre del tracto gastrointestinal puede provocar anemia ferropénica.
Esquistosomiasis hepatoesplénica: las reacciones granulomatosas a huevos de S. mansoni, S. japonicum, S. mekongi, y S. intercalatum en el hígado por lo general no comprometen la función hepática, pero pueden causar fibrosis y cirrosis, que puede generar hipertensión portal con esplenomegalia consecuente, y várices esofágicas. Las várices esofágicas pueden sangrar y causar hematemesis.
Esquistosomiasis pulmonar: los huevos presentes en los pulmones pueden producir inflamación granulomatosa y arteritis obliterativa localizada, que finalmente generan hipertensión pulmonar y cardiopatía pulmonar.
Esquistosomiasis urinaria: el compromiso de la vejiga por S. haematobium produce ulceraciones en la pared de la vejiga que pueden causar disuria, hematuria y polaquiuria. Con el paso del tiempo aparece una cistitis crónica. Las estenosis pueden provocar hidrouréter e hidronefrosis. Las masas papilomatosas en la vejiga son frecuentes y puede generar un carcinoma de vejiga epidermoide. La pérdida de sangre del tracto genitourinario puede provocar anemia ferropénica. La infección bacteriana secundaria del tracto genitourinario es frecuente en presencia de Salmonella, y puede haber infección persistente o recurrente.
Esquistosomiasis genital: en niñas pequeñas y mujeres, la esquistosomiasis genital puede afectar la vulva, la vagina y el cuello uterino, así como las trompas de Falopio. La esquistosomiasis genital puede provocar sangrado vaginal durante la relación sexual y los exámenes ginecológicos, dispareunia, infertilidad, embarazo ectópico, aborto y mayor riesgo de adquirir la infección por VIH (2). La afectación genital masculina del epidídimo, los testículos, el cordón espermático o la próstata puede producir dolor pélvico, durante el coito o la eyaculación, hematospermia, edema anormal de los órganos genitales e infertilidad.
Neuroesquistosomiasis: la neuroesquistosomiasis es la infección invasora (con desarrollo subsiguiente de focos inflamatorios granulomatosos) que ocurre en el sistema nervioso central como resultado de la presencia de huevos de esquistosoma. Las complicaciones neurológicas pueden ocurrir incluso en las infecciones leves por Schistosoma. Los huevos o los gusanos adultos alojados en la médula espinal pueden causar mielitis transversa y el compromiso cerebral puede producir lesiones focales (deterioro sensitivo o motor), lesiones cerebelosas y convulsiones. La neuroesquistosomiasis se considera una emergencia médica y justifica evaluación y tratamiento inmediatos.
Referencias de los signos y síntomas
1. Ross AG, Vickers D, Olds GR, Shah SM, McManus DP: Katayama syndrome. Lancet Infect Dis 2007;7(3):218-224. doi:10.1016/S1473-3099(07)70053-1
2. Orish VN, Morhe EKS, Azanu W, et al: The parasitology of female genital schistosomiasis. Curr Res Parasitol Vector Borne Dis 2:100093, 2022. Published 2022 May 27. doi:10.1016/j.crpvbd.2022.100093
Diagnóstico de la esquistosomiasis
Examen microscópico de orina (S. haematobium) o heces (otras especies) para huevos
Pruebas basadas en ADN o antígenos
Pruebas serológicas
Rara vez, biopsia de los órganos afectados (incluyendo inmunohistoquímica)
Las pruebas de diagnóstico están indicadas en pacientes con síntomas de esquistosomiasis y exposición epidemiológica relevante. La evaluación de personas asintomáticas (como turistas procedentes de áreas no endémicas) puede justificarse para aquellos expuestos a agua dulce en áreas endémicas.
El diagnóstico de esquistosomiasis implica el examen microscópico de heces u orina en busca de huevos, dependiendo de la especie sospechada. S. haematobium se diagnostica en muestras de orina, mientras que otras especies como S. mansoni se diagnostican en heces. Pueden ser necesarios varios exámenes con técnicas de concentración. La ubicación geográfica es un factor determinante de la especie, de manera que la ubicación de la exposición debe informarse al laboratorio.
En casos donde la presentación clínica sugiere esquistosomiasis, pero los exámenes parasitológicos repetidos en orina o heces son negativos para huevos, se puede realizar una biopsia diagnóstica de la mucosa intestinal o vesical. La evaluación histopatológica de la muestra de biopsia permitirá entonces la identificación de reacciones granulomatosas características que rodean los huevos de esquistosoma.
Las pruebas para antígenos de esquistosomas o ADN (metodologías basadas en la reacción en cadena de la polimerasa [PCR por sus siglas en inglés]) en muestras de sangre, orina o heces son particularmente útiles para programas de erradicación de esquistosomas (para evidencia de prueba de curación) y en viajeros que regresan con sospecha de infección. La mayoría de las pruebas de detección de antígenos son cuantitativas, y los niveles de antígeno pueden correlacionarse con la carga parasitaria. Algunas pruebas basadas en antígenos, como la tira reactiva de orina disponible en el mercado para S. mansoni, son cualitativas. Las pruebas basadas en PCR se caracterizan por una sensibilidad razonable y una especificidad muy alta (1).
Las pruebas serológicas (de anticuerpos) son sensibles y específicas para detectar la infección, pero no aportan información sobre la carga de parásitos, el estado clínico o el pronóstico; además, no distinguen entre una infección activa y una infección resuelta. Por lo tanto, las pruebas de anticuerpos son más útiles para detectar infecciones en viajeros que regresan y no son útiles en pacientes que residen en áreas endémicas. En los viajeros que regresan, deben realizarse pruebas serológicas ≥ 6 a 12 semanas después de la última exposición a agua dulce para dar tiempo a la maduración de los esquistosomas que se convierten en adultos y para el desarrollo de anticuerpos.
La esquistosomiasis hepatoesplénica puede diagnosticarse mediante el hallazgo de huevos en heces, tejido intestinal o muestras de hígado tomadas para biopsia. La biopsia tiene sensibilidad variable porque la eliminación de los huevos puede ser intermitente en pacientes con esquistosomiasis hepatoesplénica. La inmunohistoquímica puede realizarse en muestras de tejido obtenidas mediante biopsia para demostrar la presencia de antígenos de esquistosoma. Por lo general, los análisis de sangre del hígado son normales. La ecografía puede mostrar fibrosis periportal y esplenomegalia.
La neuroesquistosomiasis se diagnostica si hay infección en un sitio extraneural junto con evidencia clínica y radiológica de compromiso neurológico. El hallazgo de esquistosomas en las lesiones biopsiadas del sistema nervioso central, una prueba de anticuerpos positiva, o una PCR positiva en el líquido cefalorraquídeo también son diagnósticos.
En los Estados Unidos, los CDC ofrecen la detección de anticuerpos contra esquistosomiasis que incluye un proceso de 2 pasos: probar muestras de suero con ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) usando antígenos de S. mansoni, seguido de inmunotransferencias para la confirmación de otras especies (que dependen de la ubicación según el antecedente de viajes del paciente) (2). La presencia de anticuerpos indica infección pasada y no se correlaciona con el estado clínico, la carga de gusanos, la producción de huevos o el pronóstico. Los profesionales de la salud pueden obtener asistencia diagnóstica y pruebas confirmatorias del laboratorio DPDx de la División de enfermedades parasitarias y paludismo de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) (dpdx@cdc.gov), y de la Línea directa para enfermedades parasitarias para profesionales de la salud (parasites@cdc.gov).
Referencias del diagnóstico
1. World Health Organization: Diagnostic tools for detection of Schistosoma in snails and the environment to verify elimination of transmission. WHO guideline on control and elimination of human schistosomiasis. Geneva: World Health Organization; 2022. Accessed July 2, 2025.
2. Centers for Disease Control and Prevention: DPDx–Laboratory Identification of Parasites of Public Health Concern: Schistosomiasis: Laboratory Diagnosis. June 7, 2024. Accessed July 2, 2025.
Tratamiento de la esquistosomiasis
Para la esquistosomiasis aguda, glucocorticoides seguidos de praziquantel
Para la esquistosomiasis crónica, praziquantel
El tratamiento de la esquistosomiasis aguda (fiebre de Katayama) se basa en datos limitados. Los glucocorticoides sistémicos (orales) pueden mejorar los síntomas graves; el tratamiento con dosis bajas de prednisona diariamente durante 5 días en adultos suele ser eficaz. Una vez que los síntomas han desaparecido, el tratamiento con praciquantel se administra como para la esquistosomiasis crónica y se repite 4 a 6 semanas más tarde una vez que los parásitos han alcanzado la edad adulta.
El tratamiento recomendado de la esquistosomiasis crónica consiste en 1 día de tratamiento con praziquantel (2 dosis para S. haematobium, S. mansoni y S. intercalatum; 3 dosis para S. japonicum y S. mekongi). El praziquantel es eficaz contra esquistosomas adultos, pero no contra esquistosómulas en desarrollo o huevos, que están presentes al principio de la infección. Por lo tanto, para los viajeros que no tienen síntomas, pero se han expuesto a agua dulce potencialmente contaminada, el tratamiento se retrasa durante 6 a 8 semanas después de la última exposición. Los efectos adversos del praziquantel suelen ser leves y consisten en dolor abdominal, diarrea, cefalea y vértigo. Se informaron algunos fracasos terapéuticos, pero es difícil decidir si se debieron a reinfecciones, a la resistencia relativa de esquistosomas inmaduros o a esquistosomas adultos resistentes a praziquantel.
Los pacientes con huevos en las heces o en la orina en el momento del diagnóstico de la esquistosomiasis aguda o crónica deben ser examinados en busca de huevos vivos 1 a 2 meses después del tratamiento para confirmar la curación (el tratamiento puede repetirse si todavía están presentes). Un microscopista experimentado puede distinguir los huevos viables de las cáscaras vacías sobre la base de la presencia de miracidios vivos. Debe indicarse un nuevo tratamiento si existen huevos viables.
Prevención de la esquistosomiasis
La prevención minuciosa del contacto con agua dulce sospechosa de contaminación evita la esquistosomiasis.
La esquistosomiasis no se transmite por ingestión de agua contaminada; sin embargo, el contacto de la boca y los labios con agua contaminada puede causar infección a través de la piel.
El agua dulce usada para el baño debe hervirse al menos 1 min y luego enfriarse antes de usarse. El tratamiento con 1 mg de cloro por litro de agua durante 30 minutos antes de bañarse también es eficaz (1).
El agua que se ha almacenado en un tanque durante al menos 1 o 2 días debería ser segura aun sin hervir porque, sin un huésped, las cercarias agotarán sus reservas de energía y morirán.
Las personas que se exponen accidentalmente a agua posiblemente contaminada (p. ej., al caer en un río) deben secarse vigorosamente con una toalla para eliminar los parásitos antes de que penetren en la piel.
En comunidades donde la prevalencia de las especies de Schistosoma es > 10%, la OMS recomienda quimioprofilaxis anual con una dosis única de praziquantel, apuntando a una cobertura de tratamiento de al menos 75% en todos los grupos de edad mayores de 2 años, incluyendo adultos, mujeres embarazadas después del primer trimestre y mujeres que amamantan (2). En niños ≤ 2 años, existen datos limitados, por lo que se requiere juicio clínico. El tratamiento escolar con praziquantel, los programas educativos y la administración de molusquicidas para reducir las poblaciones de caracoles se usan para controlar la esquistosomiasis en áreas endémicas.
Una dosis única de praziquantel suele ser suficiente para reducir la carga de gusanos en viajeros y expatriados de áreas endémicas.
La eliminación sanitaria de la orina y las heces también puede disminuir la transmisión de este parásito.
Los adultos que residen en áreas endémicas son más resistentes a la reinfección que los niños, lo que sugiere la posibilidad de que pueda adquirise inmunidad.
En la actualidad se evalúa la producción de una vacuna.
Referencias de la prevención
1. Braun L, Sylivester YD, Zerefa MD, et al: Chlorination of Schistosoma mansoni cercariae. PLoS Negl Trop Dis 2020;14(8):e0008665. Published 2020 Aug 21. doi:10.1371/journal.pntd.0008665
2. World Health Organization: WHO guideline on control and elimination of human schistosomiasis. Geneva: World Health Organization; 2022. Accessed July 2, 2025.
Conceptos clave
El Schistosoma es el único trematodo que invade la piel; más de 250 millones de personas están infectadas en el mundo.
Cuando las cercarias penetran en la piel, pierden su cola bifurcada y se convierten en esquistosómulas, que viajan a través del torrente sanguíneo hacia el hígado, donde maduran; como adultos, migran a su destino final en las venas intestinales o al plexo venoso del tracto genitourinario.
Los huevos en el hígado desencadenan una reacción granulomatosa que puede conducir a fibrosis e hipertensión portal, lo que produce esplenomegalia, várices esofágicas y hematemesis.
Los parásitos en el intestino pueden causar diarrea con sangre, y los que están en la vejiga pueden causar hematuria y cistitis crónica.
El tratamiento se realiza con praziquantel.
Para prevenir la infección, algunas medidas útiles incluyen evitar el contacto con agua corriente en áreas endémicas, agregar cloro, o dejar el agua reposar durante al menos 1 día antes de bañarse o consumirla.
Dermatitis Causada por esquistosomas de las aves y otros animales
La dermatitis por cercarias, una enfermedad de la piel que también puede llamarse prurito del buscador de almejas o prurito del nadador, se produce cuando varias especies de Schistosoma que no pueden penetran en el cuerpo humano ingresan en la piel durante el contacto con aguas dulces o saladas contaminadas.
Las cercarias de las especies de Schistosoma que infectan principalmente a aves y mamíferos también pueden penetrar la piel humana. Aunque los seres humanos no son huéspedes definitivos adecuados, pueden sensibilizarse y desarrollar lesiones cutáneas maculopapulares o vesiculares pruriginosas en el sitio de penetración de las cercarias en la piel. Las lesiones cutáneas pueden asociarse con una respuesta sistémica febril, que aparece durante 5 a 7 días y resuelve espontáneamente.
La dermatitis por cercarias se identifica en todo el mundo. En Norteamérica, la dermatitis por esquistosomas del océano (prurito de los buscadores de almejas) se encuentra en las costas de todo el Atlántico, el Golfo, el Pacífico y Hawaii. Es frecuente en las planicies llenas de lodo de Cape Cod. La dermatitis por esquistosomas de aguas dulces (prurito de los nadadores) es frecuente en la región de los Grandes Lagos.
El diagnóstico de dermatitis por cercarias se basa en los hallazgos clínicos. La mayoría de los pacientes no requieren atención médica.
El tratamiento de la dermatitis por cercarias es sintomático y consiste en la aplicación de compresas frías, bicarbonato de sodio o lociones antipruriginosas. También pueden indicarse corticosteroides tópicos.



