Hay varias técnicas disponibles para reducir una luxación cerrada del hombro. Ninguna técnica es universalmente exitosa, por lo que los operadores deben estar familiarizados con varias.
(Véase también Generalidades sobre las luxaciones y Luxaciones de hombro.)
Entre las técnicas para la reducción de una luxación anterior del hombro se encuentran
Rotación externa (p. ej., técnica de Hennepin) con abducción (p. ej., técnica de Milch) si es necesario
Las técnicas de reducción de las luxaciones anteriores suelen utilizar tracción axial y/o rotación externa. No existe una sola técnica perfecta o preferida. Lo más importante es que los operadores deben estar familiarizados con varias técnicas y utilizar las apropiadas para la luxación del paciente y el estado clínico (véase Luxaciones anteriores del hombro: tratamiento).
Algunas técnicas se asocian con alto riesgo de lesión y no deben realizarse. La técnica hipocrática original (talón del operador en la axila afectada para crear contratracción) y la técnica de Kocher (que apalanca con fuerza el húmero) comportan un riesgo elevado de lesiones y complicaciones y no deben realizarse (1).
Los intentos de reducción, en particular los realizados sin sedación, tienen más probabilidades de tener éxito si el paciente está relajado y coopera. La analgesia y la sedación pueden ayudar a aliviar los espasmos musculares, al igual que las distracciones mentales como la conversación.
A los pacientes se les debe ofrecer analgesia tan pronto como sea posible. Para disminuir el tiempo hasta la reducción y el alivio del dolor resultante, se le puede ofrecer al paciente un intento de reducción sin analgesia con un método de reducción suave (p. ej., Davos, manipulación escapular, Hennepin, FARES). Puede administrarse analgesia intravenosa y/o una inyección intraarticular de anestésico durante la evaluación inicial para aliviar el dolor durante las radiografías y otras preparaciones previas al procedimiento. El procedimiento de sedación y analgesia se puede utilizar en los pacientes que tienen mucha ansiedad y muchos espasmos musculares y para los métodos de reducción que requieren más fuerza (p. ej., tracción-contratracción y Stimson).
La reducción de una luxación posterior o una luxación inferior (luxación erecta) por lo general implica una técnica de tracción-contratracción. Cuando sea posible, se debe consultar a un cirujano ortopédico antes de reducir estas luxaciones.
La lesión neurovascular (p. ej., lesión del nervio o arteria axilar) puede ser el resultado de la luxación (la mayoría de las veces por una luxación anterior) o del procedimiento de reducción. Los déficits por lesión del nervio axilar usualmente se resuelven en unos pocos meses, pero el pronóstico depende del mecanismo y la gravedad de la lesión nerviosa (2). Las articulaciones deben reducirse tan pronto como sea posible porque los retrasos aumentan el riesgo de complicaciones neurovasculares. Las reducciones deben realizarse suave y gradualmente a fin de evitar el aumento de los espasmos musculares y deben probarse métodos de reducción que usan menos fuerza antes que los que usan mayor fuerza. La elección de un método delicado es particularmente importante si se sospecha una lesión del plexo braquial.
Las evaluaciones neurovasculares se realizan antes del procedimiento y después de cada intento de reducción. El examen incluye la evaluación de los pulsos distales y el tiempo de llenado capilar digital (arteria axilar), la sensibilidad al tacto de la parte lateral del brazo (nervio axilar) y la función de los nervios radial, mediano y cubital (plexo braquial).
Se debe consultar con un cirujano ortopédico antes de la reducción si el paciente tiene una lesión complicada del hombro, como:
Fractura de la tuberosidad mayor con desplazamiento > 1 cm
Deformidad significativa de Hill-Sachs (≥ 20% de deformidad de la cabeza humeral debido a la impactación contra el borde glenoideo)
Fractura del cuello quirúrgico (debajo de las tuberosidades mayor y menor)
Fractura de Bankart (borde glenoideo anteroinferior) que involucra un fragmento óseo de más del 20% con inestabilidad glenohumeral
Fractura proximal del húmero en 2 o más partes
Otras razones para consultar con un cirujano ortopédico antes de la reducción incluyen:
La articulación está expuesta (es decir, una fractura abierta o dislocación donde el hueso o segmentos de fractura penetran la piel)
El paciente es un niño, porque a menudo se presenta una fractura de la placa de crecimiento
La luxación tiene una antigüedad de más de 7 a 10 días, debido a un mayor riesgo de dañar la arteria axilar durante la reducción, especialmente en pacientes mayores
Se debe consultar con un cirujano ortopédico después de 2 o 3 intentos fallidos de reducción cerrada o después de una reducción exitosa si:
Se sospecha una lesión complicada del hombro (p. ej., luxación más fractura, lesión del nervio axilar o rotura del manguito de los rotadores)
El paciente tiene una luxación por primera vez
Sin embargo, en todos los pacientes, si hay un déficit neurovascular, la reducción debe hacerse de inmediato. Si un cirujano ortopédico no está disponible, se puede intentar una reducción cerrada, idealmente con una fuerza mínima; si la reducción no es exitosa, puede ser necesario realizarla en el quirófano bajo anestesia general.
Por lo general, deben obtenerse radiografías posteriores a la reducción para documentar una reducción exitosa y para volver a comprobar si hay fracturas. Sin embargo, las radiografías pueden no ser necesarias en pacientes con luxaciones anteriores recurrentes mínimamente traumáticas del hombro.
Referencias
1. Dala-Ali B, Penna M, McConnell J, et al. Management of acute anterior shoulder dislocation. Br J Sports Med. 2014;48(16):1209-1215. doi:10.1136/bjsports-2012-091300
2. Perlmutter GS, Apruzzese W. Axillary nerve injuries in contact sports: recommendations for treatment and rehabilitation. Sports Med. 1998;26(5):351-361. doi:10.2165/00007256-199826050-00005

