Calambres musculares

PorMichael C. Levin, MD, College of Medicine, University of Saskatchewan
Revisado/Modificado ago. 2021
Vista para pacientes

Un calambre muscular es una contracción brusca, breve, involuntaria y dolorosa de un músculo o un grupo de músculos. Los calambres comúnmente ocurren en personas sanas (de mediana edad y mayores), a veces durante el reposo, pero en especial durante y después de realizar ejercicios o por la noche (incluido durante el sueño). Los calambres nocturnos en las piernas habitualmente aparecen en la pantorrilla y causan la flexión plantar del pie y de los dedos del pie.

Otras enfermedades pueden simular calambres:

  • Las distonías pueden causar espasmo muscular, pero los síntomas son generalmente más sostenidos y recurrentes e involucran músculos distintos de los afectados por los calambres típicos en las piernas (p. ej., el cuello, la mano, la cara, los músculos de todo el cuerpo).

  • El tétanos puede causar espasmo muscular, pero que suele ser más sostenido (a menudo con contracciones musculares breves repetitivas); por lo general es bilateral y difuso, pero puede ocurrir un espasmo carpopedio aislado.

  • La isquemia muscular durante el esfuerzo en pacientes con enfermedad arterial periférica (claudicación) puede causar dolor en la pantorrilla, pero en este caso se debe a un flujo sanguíneo insuficiente en los músculos y no a una contracción del músculo como ocurre en un calambre.

  • Los calambres ilusorios son la sensación de calambre en ausencia de contracción muscular o de isquemia.

Etiología de los calambres musculares

Los tipos más frecuentes de calambres en las piernas son

  • Calambres benignos idiopáticos de las piernas (calambres en las piernas en ausencia de un trastorno causal, por lo general en la noche)

  • Calambres musculares asociados al ejercicio (calambres durante el ejercicio o inmediatamente después de él)

Aunque casi todo el mundo tiene calambres musculares en algún momento, ciertos factores aumentan el riesgo y la intensidad de los calambres. Incluyen las siguientes:

  • Músculos de la pantorrilla tensos (p. ej., por falta de estiramiento, inactividad o, a veces, por edema crónico en la parte inferior de las piernas)

  • Deshidratación

  • Alteraciones electrolíticas (p. ej., niveles bajos de potasio o magnesio en el cuerpo)

  • Trastornos neurológicos o metabólicos

  • Extracción de un gran volumen de líquido durante la diálisis en pacientes con enfermedad renal terminal

  • Fármacos

Además, ciertas toxinas pueden causar calambres musculares.

Tabla

Evaluación de los calambres musculares

La evaluación de los calambres musculares se enfoca en el reconocimiento de lo que es tratable. En muchos casos, un trastorno que contribuye a los calambres ya ha sido diagnosticado o causa otros síntomas que son más problemáticos que los calambres.

Los calambres deben diferenciarse de la claudicación y las distonías; la evaluación clínica suele ser suficiente.

Anamnesis

Los antecedentes de la enfermedad actual deben suministrar una descripción de los calambres, incluidos su duración, frecuencia, localización, desencadenantes aparentes y cualquier síntoma asociado. Los síntomas que pueden estar relacionados con trastornos neurológicos o musculares pueden incluir rigidez muscular, debilidad, dolor y pérdida de la sensibilidad. Se registran los factores que pueden contribuir a la deshidratación o a desequilibrios de electrolitos o de líquidos corporales (p. ej., vómitos, diarrea, ejercicio y sudoración excesivos, diálisis reciente, uso de diuréticos, embarazo).

La revisión por aparatos y sistemas debe buscar síntomas que sugieran posibles causas e incluye lo siguiente:

Los antecedentes médicos deben incluir cualquier trastorno que pueda causar calambres. Se obtiene una anamnesis completa del uso de drogas, que incluye el consumo de alcohol.

Examen físico

El examen general debe incluir la piel en busca de los estigmas del alcoholismo, edema sin fóvea o pérdida del pelo de las cejas (lo que sugiere hipotiroidismo) y cambios en la humedad o la turgencia cutánea. Se realiza un examen neurológico, que incluye los reflejos osteotendinosos.

Deben palparse los pulsos y medirse la presión arterial en todos los miembros. Un pulso débil o un bajo cociente de presión arterial tobillo:brazo en un miembro afectado puede indicar isquemia.

Signos de alarma

Los siguientes hallazgos son de particular importancia:

  • Afectación del miembro superior o el tronco

  • Hiperreflexia o hiporreflexia

  • Debilidad muscular

  • Fasciculaciones

  • Signos de alcoholismo

  • Hipovolemia

  • Dolor o pérdida de la sensibilidad en la distribución de un nervio periférico, un plexo o una raíz

Interpretación de los hallazgos

Los calambres focales sugieren calambres benignos idiopáticos de las piernas, calambres musculares asociados con el ejercicio, alteraciones musculoesqueléticas, causas del sistema nervioso periférico, o un trastorno degenerativo incipiente que puede ser asimétrico, como un trastorno de la neurona motora.

La hiporreflexia focal sugiere neuropatía periférica, plexopatía o radiculopatía.

En los pacientes con calambres difusos (en particular aquellos que están temblorosos), la hiperreflexia sugiere una causa sistémica (p. ej., disminución del calcio ionizado; a veces alcoholismo, una enfermedad de la motoneurona, o un fármaco, aunque los efectos sobre los reflejos tendinosos profundos pueden variar según el fármaco). La hiporreflexia generalizada puede sugerir hipotiroidismo y a veces alcoholismo o ser un hallazgo normal, particularmente en los adultos mayores.

Un examen normal y una historia compatible sugieren calambres idiopáticos benignos de las piernas o calambres musculares asociados con el ejercicio.

Estudios complementarios

Se realizan los estudios complementarios cuando estén indicados según los hallazgos clínicos anormales. No se realizan pruebas en forma sistemática.

Debe medirse glucosa en sangre, pruebas de función renal y las concentraciones de electrolitos, incluidos calcio y magnesio, si los pacientes tienen calambres difusos de causa desconocida sobre todo cuando se presenta hiperreflexia.

Se determina el calcio ionizado y los gases en sangre arterial (para confirmar la alcalosis respiratoria) si los pacientes tienen tétanos.

Si los músculos acalambrados son débiles se realiza una electromiografía.

Se realiza una RM del cerebro y a menudo de la médula espinal si la debilidad muscular o los signos neurológicos son focales.

Tratamiento de los calambres musculares

  • Estiramientos

Siempre que se identifiquen, se tratan los trastornos de base.

El estiramiento de los músculos afectados suele aliviar el calambre. Por ejemplo, para aliviar un calambre de la pantorrilla, la persona puede llevar con su mano los dedos del pie y el pie hacia arriba (dorsiflexión).

La aplicación de calor (p. ej., el uso de una toalla caliente o una almohadilla térmica, tomar un baño o una ducha caliente) o frío (p. ej., masajear el músculo afectado con hielo) puede ayudar a aliviar el dolor.

Prevención de los calambres musculares

Las medidas para prevenir calambres incluyen las siguientes:

  • No hacer ejercicios inmediatamente después de comer

  • Hacer estiramientos suaves de los músculos antes del ejercicio o antes de acostarse

  • Tomar abundantes líquidos (en especial bebidas que contienen potasio) después del ejercicio

  • No consumir estimulantes (p. ej., cafeína, nicotina, efedrina, seudoefedrina)

  • No fumar

El estiramiento del corredor es muy útil. La persona se para con una pierna hacia adelante y la rodilla flexionada y la otra pierna hacia atrás con la rodilla estirada―posición de estocada. Pueden colocarse las manos sobre la pared para mantener el equilibrio. Ambos talones se apoyan en el suelo. La rodilla de la pierna de adelante se flexiona hasta sentir un estiramiento en la cara posterior de la otra pierna. Cuanto mayor sea la distancia entre los dos pies y más flexionada esté la rodilla del frente, mayor será el estiramiento. Se mantiene el estiramiento durante 30 s y se repite 5 veces. Se repite la serie de estiramientos del otro lado.

La mayoría de los fármacos a menudo prescritos para prevenir calambres (p. ej., suplementos de calcio, quinina, magnesio, benzodiazepinas) no se recomiendan. La mayoría no han demostrado eficacia. La quinina ha sido eficaz en algunos ensayos, pero ya no se recomienda debido a los efectos adversos graves ocasionales (p. ej., arritmias, trombocitopenia, púrpura trombocitopénica trombótica y el síndrome urémico hemolítico, reacciones alérgicas graves). La mexiletina a veces puede ser útil, pero no está claro si sus beneficios superan al riesgo de sus efectos adversos. Estos efectos incluye náuseas, vómitos, pirosis, mareos y temblores.

Algunos entrenadores de atletismo y médicos recomiendan el zumo de pepinillos para los calambres musculares, pero los datos sobre su eficacia son insuficientes.

Conceptos clave

  • Son frecuentes los calambres en las piernas.

  • Las causas más frecuentas son los calambres benignos idiopáticos de las piernas y los calambres musculares asociados con el ejercicio.

  • Los calambres deben diferenciarse de la claudicación y las distonías; la evaluación clínica suele ser suficiente.

  • El estiramiento puede ayudar a aliviar y prevenir los calambres.

  • Por lo general no se recomienda el tratamiento farmacológico.

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