Hay un total de doce pares de nervios, los llamados pares craneales, cuyo recorrido va directamente desde el encéfalo hasta diversos puntos de la cabeza, el cuello y el tronco. Algunos de estos nervios están relacionados con las funciones sensoriales, es decir, con los sentidos (como la vista, el oído y el gusto), mientras que otros de ellos tienen como función el control de los músculos de la cara o la regulación de cierta glándulas. Los pares de nervios craneales se designan mediante nombres y números (siguiendo su orden de localización, desde la zona frontal del encéfalo hacia la parte posterior del mismo).
Pares craneales
Se pueden producir trastornos del nervio craneal cuando están dañadas o no funcionan de forma correcta las siguientes estructuras:
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Las áreas del cerebro que controlan los nervios craneales (llamados centros o núcleos), como puede ocurrir cuando un accidente cerebrovascular lesiona el área que controla el nervio facial
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Las fibras nerviosas que conectan los centros de los nervios craneales dentro del cerebro, como ocurre en la oftalmoplejía internuclear
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Un único nervio craneal, como ocurre en la parálisis oculomotora (oftalmoplejia), la neuralgia del trigémino, la parálisis de Bell y el espasmo hemifacial.
Algunos trastornos de los pares craneales interfieren con el movimiento ocular. El movimiento ocular está controlado por 3 pares de músculos. Estos músculos son los que llevan a cabo el movimiento del ojo hacia arriba y hacia abajo, a la derecha y a la izquierda y en diagonal. Los músculos están controlados por los siguientes nervios craneales:
Si uno de estos nervios o el área del cerebro que los controla están dañados, los músculos pueden paralizarse en grados variables (lo que se denomina parálisis) y la persona afectada puede ser incapaz de mover los ojos normalmente. La forma en que se afecta el movimiento del ojo depende de cuál sea el nervio afectado. Las personas con una de estas parálisis pueden tener visión doble al mirar en ciertas direcciones.
Causas
Los trastornos de los nervios craneales tienen muchas causas, como las siguientes:
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Traumatismos craneales
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Tumores
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Infecciones, como la COVID-19, la enfermedad de Lyme y la culebrilla (herpes zóster)
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Un suministro inadecuado de sangre (como ocurre en la diabetes o en un accidente cerebrovascular)
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Presión sobre un nervio debida a anomalías en los vasos sanguíneos, como un bulto (aneurisma) en una arteria o una conexión anómala entre una arteria y una vena (malformación arteriovenosa)
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Trastornos que causan la degeneración de las neuronas, como ocurre en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o en la esclerosis múltiple
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Trastornos que causan inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis), como la arteritis de células gigantes
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Ciertos medicamentos, en particular antibióticos como los aminoglucósidos y la estreptomicina
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Algunas toxinas, como el mercurio
Síntomas
Los síntomas de trastornos de los pares craneales dependen de cuáles sean los órganos afectados, y del tipo de afectación que han sufrido. Los trastornos de los nervios craneales pueden afectar el olfato, el gusto, la vista, la sensibilidad facial, la expresión facial, la audición, el equilibrio, el habla, la deglución y los músculos del cuello.
Por ejemplo, la visión puede verse afectada de varias maneras:
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Si uno de los dos nervios del segundo par craneal (nervio óptico) está dañado, la visión del ojo afectado se puede perder de forma parcial o total.
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Si alguno de los tres nervios craneales que controlan el movimiento del ojo (tercero, cuarto o sexto nervio craneales) está dañado el sujeto no puede mover sus ojos con normalidad. Los síntomas incluyen visión doble al mirar en ciertas direcciones.
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Si se paraliza el tercer par craneal (nervio motor ocular común), la persona afectada no puede mover el párpado superior. Cae sobre el ojo e interfiere con la visión.
Si el octavo par craneal (nervio auditivo o nervio vestibulococlear) está dañado o no funciona correctamente, la persona afectada puede sufrir problemas auditivos y/o vértigo (la sensación de que la persona, su entorno o ambos están girando).
Los trastornos de los nervios craneales también pueden causar varios tipos de dolor facial o de cabeza.
Diagnóstico
Cuando los médicos consideran la posibilidad de que la persona esté afectada por un trastorno de un par craneal, le hacen preguntas detalladas sobre los síntomas. También evalúan la funcionalidad de los pares craneales pidiéndole a la persona afectada que efectúe tareas sencillas como, por ejemplo, seguir el desplazamiento de un objeto en movimiento con los ojos.
Suele ser necesario obtener imágenes del cerebro mediante resonancia magnética nuclear (RMN).
Exploración de los pares craneales
Número del par craneal |
Nombre |
Función |
Prueba |
1º |
Olfativo |
Olfato |
El sentido del olfato se examina pidiéndole a la persona que identifique sustancias con olores muy específicos (como jabón, café y un diente de ajo) colocados bajo la nariz. Cada fosa nasal se examina separadamente. |
2º |
Óptico |
Visión |
La capacidad para ver se examina pidiéndole a la persona que lea un panel visual. Para explorar la visión periférica (lateral), se le indica al paciente que mire hacia delante mientras el médico mueve gradualmente un dedo hacia el centro del campo visual de la persona desde arriba, abajo, la izquierda y la derecha. A continuación se le pide a la persona que diga cuándo ve por primera vez el dedo. |
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Detección de la luz |
La capacidad de detectar la luz se comprueba dirigiendo una luz intensa (como la de una linterna) al interior de cada pupila en una habitación oscura. |
3º |
Oculomotor |
Movimientos oculares hacia arriba, hacia abajo y hacia adentro |
La capacidad para mover cada ojo hacia arriba, hacia abajo y hacia dentro se explora pidiéndole a la persona que siga un objeto movido por el examinador. |
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Estrechamiento (constricción) o ensanchamiento (dilatación) de la pupila en respuesta a los cambios de la luz |
La respuesta de la pupila a la luz se comprueba dirigiendo una luz intensa (como de una linterna) al interior de cada pupila en una habitación oscura. |
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Levantamiento de los párpados |
Se comprueba que el párpado superior no esté caído (ptosis parpebral). |
4º |
Troclear o patético |
Movimientos oculares hacia abajo y hacia adentro |
La capacidad de mover cada ojo hacia abajo y hacia dentro se comprueba pidiendo a la persona examinada que siga el movimiento de un objeto manipulado por el examinador. |
5º |
Trigémino |
Sensibilidad facial |
La sensibilidad en las zonas de la cara se examina utilizando un alfiler y un pedazo de algodón. El reflejo de parpadeo se explora tocando la córnea del ojo con un pedazo de algodón. |
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Masticación |
La fuerza y el movimiento de los músculos que controlan la mandíbula se examinan solicitándole a la persona que apriete los dientes y abra la mandíbula contra resistencia. |
6º |
Abductor (motor ocular externo) |
Movimiento ocular hacia fuera |
Se evalúa la capacidad para mover cada ojo hacia afuera, de modo que tenga que sobrepasar la línea media, pidiendo a la persona que mire lateralmente. |
7º |
Facial |
La capacidad de mover los músculos de la cara (por ejemplo, en las expresiones faciales), el sentido del gusto en los dos tercios anteriores de la lengua, la producción de saliva y lágrimas y el control de un músculo que participa en la audición |
La capacidad para mover la cara se examina pidiéndole a la persona que sonría, que abra la boca y muestre los dientes y que cierre los ojos apretándolos. Para examinar y evaluar el sentido del gusto se utilizan sustancias dulces (azúcar), ácidas (zumo de limón), saladas (sal) y amargas (ácido acetilsalicílico, quinina o aloe). |
8º |
Auditivo (vestibulococlear) |
Audición |
La audición se explora haciendo sonar un diapasón o bien con ayuda de unos auriculares por los que se hacen llegar una serie de distintas frecuencias (tonos) y volúmenes (audiometría). |
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Equilibrio |
El equilibrio se examina pidiéndole a la persona que camine pisando sobre una línea recta. |
9º |
Glosofaríngeo |
Deglución, el reflejo del vómito y el habla |
Como los dos pares de nervios craneales, 9º y 10º, se ocupan del control de la deglución y del reflejo del vómito, se analizan de forma conjunta. Se le pide a la persona que trague. Se le pide que diga «a» prolongando el sonido para comprobar el movimiento del paladar (techo de la boca) y la úvula (la proyección pequeña, blanda que cuelga en la parte posterior de la garganta). Puede tocarse la parte posterior de la garganta con un depresor lingual, que desencadena el reflejo faríngeo en la mayoría de la gente. Se le pide a la persona que hable para comprobar si su voz es nasal (otra prueba del movimiento del paladar). |
10º |
Vago |
Deglución, el reflejo del vómito y el habla |
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Control de los músculos de algunos órganos internos y la frecuencia cardíaca |
Esta función no se evalúa como parte de la exploración de los pares craneales. |
11º |
Accesorio (o espinal) |
Girar el cuello y encoger los hombros |
Se le pide a la persona que gire la cabeza y encoja los hombros contra una resistencia ejercida por el examinador. |
12º |
Hipogloso |
Movimientos de la lengua |
Se le pide a la persona que saque la lengua, que se observa para detectar una desviación hacia un lado. |