El efecto del embarazo sobre el asma varía. Es ligeramente más frecuente el empeoramiento de la enfermedad que la mejoría, pero la mayoría de las mujeres embarazadas no sufren crisis de asma graves.
(Véase también Asma.)
El efecto del asma sobre el embarazo también varía, pero si el asma es grave y está mal controlado, aumenta el riesgo de sufrir lo siguiente:
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Un parto pretérmino (prematuro)
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Preeclampsia (un tipo de hipertensión arterial que ocurre durante el embarazo)
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Un feto que puede que no crezca tanto como cabe esperar (pequeño para la edad gestacional)
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Parto por cesárea
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Complicaciones en mujeres embarazadas, incluida la muerte
Tratamiento
Dado que el asma puede cambiar durante el embarazo, los médicos suelen pedir a las mujeres asmáticas que utilicen un medidor de flujo respiratorio máximo para controlar su respiración con mayor frecuencia. Las mujeres embarazadas que sufren de asma deben visitar a su médico a menudo para que el tratamiento pueda ajustarse a sus necesidades. Es de suma importancia mantener un control estricto de esta enfermedad, ya que un tratamiento insuficiente puede ocasionar graves problemas.
Los broncodilatadores (como el salbutamol) y los corticoesteroides inhalados (como la budesonida) se pueden usar durante el embarazo. Cuando se inhalan, los fármacos llegan principalmente a los pulmones y es menos probable que afecten al resto del organismo y al feto que cuando se toman por vía oral. La teofilina (tomada por vía oral) no suele utilizarse durante el embarazo.
Los corticoesteroides por vía oral se administran solo cuando los demás tratamientos son ineficaces. A las mujeres cuyo asma empeora repentinamente se les administra un corticoesteroide por vía intravenosa durante 24 a 48 horas; pasado este período, se administra por vía oral.
La vacuna contra el virus de la gripe durante la temporada de gripe es particularmente importante en las mujeres asmáticas embarazadas.