Prevención del cáncer

PorRobert Peter Gale, MD, PhD, DSC(hc), Imperial College London
Revisado/Modificado jul 2024
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Existen muchos tipos diferentes de cáncer, con diferentes causas y factores de riesgo. Los médicos estiman que alrededor del 40% de los cánceres se pueden prevenir. Además, cada persona presenta un riesgo diferente de padecer distintos tipos de cáncer. Por lo tanto, no existen estrategias de prevención que sean eficaces para todos los tipos de cáncer o para todas las personas. No obstante, algunas estrategias generales reducen el riesgo de cáncer o de complicaciones del cáncer en muchas ocasiones. Estas estrategias generales se dividen en 3 categorías:

  • Prevención primaria: medidas que las personas pueden tomar para reducir sus probabilidades de desarrollar ciertos tipos de cáncer

  • Prevención secundaria: dirigida a personas que ya pueden sufrir algún tipo de cáncer pero no han desarrollado síntomas

  • Prevención terciaria: medidas destinadas a ralentizar los efectos de un cáncer para prevenir complicaciones

El cribado forma parte de la prevención secundaria de ciertos tipos de cáncer. Consiste en el uso de la información disponible sobre una persona, especialmente sus factores de riesgo de cáncer y de los resultados de su exploración clínica para determinar cuáles son las pruebas necesarias para detectar un cáncer no diagnosticado. La detección precoz de crecimientos malignos o premalignos salva vidas. Por tanto, es importante someterse a las pruebas de cribado del cáncer recomendadas. Por ejemplo, las pruebas de Papanicolaou (Pap), las pruebas para detectar el virus del papiloma humano (VPH) o ambas son formas de detectar el cáncer de cuello uterino mediante la detección de cambios precancerosos en las células del cuello uterino. La colonoscopia es una de las pruebas de cribado para el cáncer colorrectal. La extirpación precancerosa de los pólipos en el colon encontrados durante el cribado puede disminuir la posibilidad de desarrollar cáncer colorrectal.

Factores de estilo de vida

Los factores relacionados con el estilo de vida son los principales factores de riesgo reducibles. Los principales factores son la exposición al tabaco, el consumo de alcohol, la obesidad y las infecciones que se pueden prevenir o evitar (hepatitis B, hepatitis C y virus del papiloma humano).

Modificar la alimentación y el estilo de vida contribuyen a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer. El modo en que se puede lograr esta reducción del riesgo depende de cada cáncer.

Los cambios en la alimentación reducen el riesgo de algunos tipos de cáncer.

  • Ingerir menos alcohol disminuye el riesgo de cáncer de cabeza y cuello, de hígado y de esófago.

  • La reducción de la ingesta de grasa parece reducir el riesgo de cáncer de mama y de colon.

  • Limitar la ingesta de carne procesada y aumentar la ingesta de cereales integrales y frutas y verduras puede disminuir el riesgo de algunos tipos de cáncer.

El modo en que se cocina la carne también puede aumentar el riesgo de cáncer. Asar a la parrilla o freír las carnes crea ciertos productos químicos que se han relacionado con el cáncer de colon. El uso de otros métodos de cocción reduce la formación de estos productos químicos y puede reducir el riesgo de cáncer de colon.

El tabaquismo está directamente relacionado con una tercera parte de los tumores malignos. No fumar y evitar la exposición al humo del tabaco reduce en gran medida el riesgo de cáncer de pulmón, de riñón, de vejiga, de cabeza y cuello, además de otros varios tipos de cáncer. Las personas que dejan de fumar también pueden reducir su riesgo de cáncer y los riesgos disminuyen con el tiempo. Evitar el consumo de tabaco sin humo (inhalado o masticado) disminuye el riesgo de cáncer de boca y de lengua. Los fumadores actuales y las personas que han fumado en los últimos 15 años son candidatos para el cribado del cáncer de pulmón.

Tener sobrepeso u obesidad son factores de riesgo de cáncer, especialmente cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de endometrio, cáncer de esófago, cáncer de riñón y cáncer de páncreas. Las personas deben tratar de mantener un peso saludable a través de la dieta y el ejercicio. La actividad física en sí puede reducir el riesgo de cáncer de mama, endometrio y próstata.

Factores ambientales

Los carcinógenos son sustancias que aumentan el riesgo de sufrir cáncer. Algunos carcinógenos, como el amianto, el benceno y escapes de motores diésel, pueden estar presentes en el lugar de trabajo y los trabajadores en industrias que usan carcinógenos conocidos deben tomar las precauciones adecuadas para evitar o minimizar la exposición. Otros carcinógenos se producen en el hogar o el medio ambiente. Por ejemplo, los elementos radiactivos que se producen de forma natural en el planeta se desintegran en gas radón radiactivo, que puede acumularse dentro de las casas de personas que viven en ciertas áreas. La exposición al radón aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente en las personas que fuman.

Evitar la exposición al sol (sobre todo, al mediodía) disminuye el riesgo de cáncer de piel. Cubrir la piel expuesta y aplicar productos con filtros solares con un factor de protección solar (FPS) superior a 30 contra la luz ultravioleta de los tipos A y B también reduce el riesgo de cáncer de piel.

Vacunas contra el cáncer

Las vacunas previenen ciertos tipos de cáncer causados por virus. Por ejemplo, ciertas cepas del virus del papiloma humano (VPH) transmitidas sexualmente causan cáncer de cuello uterino, cáncer anal y algunas formas de cáncer de cabeza y cuello. La vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) evita en gran medida muchos casos de estos tipos de cánceres.

Otro ejemplo es la infección por el virus de la hepatitis B, que aumenta el riesgo de cáncer de hígado. La vacunación contra este virus contribuye a prevenir el cáncer hepático.

Otros factores

El uso de aspirina (ácido acetilsalicílico) puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal o dar lugar a un diagnóstico más temprano del mismo tras una hemorragia.

En las mujeres con síntomas de la menopausia, la toma de terapia hormonal (por ejemplo, estrógenos y progesterona) puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Las mujeres que presentan síntomas de menopausia deben considerar cuidadosamente los riesgos y beneficios del uso de la terapia hormonal y consultar a su profesional de la salud (véase también Terapia hormonal para la menopausia).

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. American Cancer Society: (Sociedad estadounidense contra el cáncer): información para ayudar a las personas a reducir el riesgo de cáncer

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