Las infecciones parasitarias están causadas por parásitos. Los parásitos son microorganismos que viven sobre otro organismo (el huésped) o en su interior y que dependen de dicho huésped para obtener nutrientes y sobrevivir.
Las infecciones parasitarias son más frecuentes en zonas con acceso limitado a agua limpia y sistemas de saneamiento insuficientes.
En zonas con sistemas de saneamiento adecuados, estas infecciones pueden afectar a personas que han viajado desde zonas que carecen de sistemas de saneamiento adecuados o a personas con un sistema inmunitario debilitado.
Los parásitos suelen penetrar en el organismo por la boca o la piel.
Las infecciones parasitarias pueden afectar diversos sistemas del cuerpo y causar una variedad de síntomas, desde molestias leves hasta enfermedades graves, dependiendo del tipo de parásito, los sistemas orgánicos específicos afectados y la inmunidad del huésped.
Los médicos diagnostican la infección examinando muestras de sangre, heces, orina, esputos u otros tejidos infectados, o bien enviándolas al laboratorio para su análisis.
Se dispone de medicamentos para el tratamiento de la mayoría de las infecciones por parásitos.
A quienes viajan a zonas donde alimentos, bebidas y agua pueden estar contaminados se les recomienda cocinarlos, hervirlos, pelarlos o no consumirlos.
Existen 3 tipos de parásitos humanos:
Los protozoos, que son microscópicos, constan de una sola célula y viven dentro del huésped
Los gusanos (helmintos), que son de mayor tamaño, se componen de muchas células, poseen órganos internos y viven dentro del hospedador
Los parásitos externos (ectoparásitos), que son organismos pequeños, tienen órganos internos y viven en o sobre la piel del huésped
Los protozoos se reproducen por división celular (las células se dividen y crean más células) y se multiplican en el interior de los seres humanos. Los protozoos comprenden una amplia gama de microorganismos unicelulares como Giardia y Entamoeba histolytica, que infectan el intestino, y Plasmodium, que viaja por el torrente sanguíneo y causa malaria.
La mayoría de los gusanos, en cambio, producen huevos o larvas que se desarrollan en el entorno antes de ser capaces de infectar y vivir dentro de los seres humanos. Este desarrollo en el entorno puede implicar a un animal (un huésped intermediario). Entre los gusanos se encuentran los lombrices intestinales (nemátodos), como los anquilostomas, y los platihelmintos (gusanos planos), como las tenias y los trematodos (fasciolas).
Los ectoparásitos también producen huevos, pero los depositan sobre o dentro de la piel del huésped. Entre los ectoparásitos se incluyen los piojos, las garrapatas (que pueden causar la enfermedad de Lyme y la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas), los ácaros (que pueden causar sarna), las chinches de cama y las pulgas (que pueden causar la enfermedad por arañazo de gato y la peste).
Las infecciones parasitarias son más frecuentes en las zonas tropicales y subtropicales, y los parásitos intestinales que infectan los intestinos, como algunos protozoos y gusanos, suelen estar vinculados a zonas con condiciones sanitarias insuficientes. Es posible que una persona que visite estas áreas adquiera una infección parasitaria de modo inadvertido y, a su regreso, el médico no diagnostique correctamente la infección.
En Estados Unidos y otros países ricos en recursos, las infecciones parasitarias tienden a afectar principalmente a inmigrantes, viajeros internacionales y personas con el sistema inmunitario debilitado (como las que sufren infección por VIH o toman fármacos que suprimen el sistema inmunitario). Las infecciones parasitarias también pueden surgir en lugares con condiciones sanitarias deficientes y prácticas no higiénicas.
Algunos parásitos son frecuentes en Estados Unidos y otros países con muchos recursos. Algunos ejemplos son los oxiuros, los protozoos que causan tricomoniasis (una infección de transmisión sexual) y toxoplasmosis, e infecciones intestinales como giardiasis y criptosporidiosis.
Transmisión de parásitos
Los parásitos suelen penetrar en el organismo a través de la:
Boca
Piel
Los que entran por la boca son deglutidos y pueden permanecer en el intestino o penetrar por la pared intestinal invadiendo otros órganos, y A menudo, los parásitos penetran en la boca a través de la transmisión fecal-oral.
Algunos parásitos penetran directamente a través de la piel. Otros se transmiten por las picaduras de insectos.
Raramente, los parásitos se propagan a través de transfusiones de sangre, en varios trasplantes incluyendo trasplantes de médula ósea y órganos, a través de inyecciones con una aguja previamente utilizada por una persona infectada, o de una persona embarazada al feto.
Transmisión fecal-oral de parásitos
La transmisión fecal-oral es una forma común de contraer un parásito. Fecal se refiere a las heces o materia fecal y oral se refiere a la boca, incluyendo las cosas que se introducen en la boca. La infección que se transmite a través de la vía fecal-oral se contrae cuando una persona, de alguna manera, ingiere algo contaminado con heces de una persona infectada o de un animal infectado, como un perro o un gato. Muchos parásitos invaden o viven en el tubo digestivo de una persona, por lo que los parásitos o sus huevos están a menudo presentes en las heces.
Las personas infectadas a menudo contagian su infección cuando no se lavan las manos adecuadamente después de usar el baño. Debido a que sus manos están contaminadas, todo lo que tocan después puede estar contaminado con parásitos. Si la persona toca alimentos con las manos contaminadas (por ejemplo en restaurantes, tiendas de alimentación o en su propio hogar), estos se pueden contaminar. Y cualquier persona que se coma esos alimentos puede contraer la infección.
La ingestión no implica solo alimentos. Por ejemplo, si una persona con manos contaminadas toca un objeto, como una puerta del baño, la puerta se puede contaminar. Otra persona que toca la puerta contaminada y luego se toca la boca con los dedos se puede infectar a través de la vía fecal-oral.
Otras formas en que la infección se puede transmitir a través de la vía fecal-oral incluyen las siguientes:
Beber agua contaminada con aguas residuales sin tratar (en zonas con malas condiciones sanitarias)
Comer mariscos crudos (como ostras y almejas) que han sido cultivados en agua contaminada
Comer frutas crudas o verduras lavadas con agua contaminada o cultivadas en suelo contaminado
Comer carne poco cocinada y contaminada
Participar en actividad sexual que implique contacto entre la boca y el ano
Nadar en piscinas que no han sido adecuadamente desinfectadas o en lagos o zonas marítimas que están contaminadas con aguas residuales
Transmisión de parásitos a través de la piel
Algunos parásitos viven dentro del cuerpo y entran a través de la piel. Es posible que:
Perforar (excavar) directamente a través de la piel
Se hayan introducido a través de la picadura de un insecto infectado
Algunos parásitos, como los anquilostomas, penetran la piel de las plantas de los pies cuando una persona camina descalza sobre suelo contaminado. Otros, como los esquistosomas, que son trematodos (fasciolas), penetran a través de la piel cuando el individuo camina descalzo o se baña en agua contaminada con parásitos.
Los insectos que transportan y transmiten microorganismos que causan enfermedades se denominan vectores. Por ejemplo, los mosquitos hembra infectados son vectores que transmiten los parásitos que causan la malaria, y las moscas negras hembra infectadas son vectores que transmiten los parásitos que causan la oncocercosis.
Los ectoparásitos se transmiten al tener contacto físico cercano con una persona infectada o a veces con sus pertenencias.
Diagnóstico de las infecciones parasitarias
Análisis de laboratorio de muestras de sangre, heces, orina, esputo (flema) u otros líquidos corporales o de muestras de piel
Los médicos sospechan una infección parasitaria en personas que presenten los síntomas característicos y que vivan en un área (o hayan viajado a ella) donde la sanidad sea deficiente o donde se sepa que existe dicha infección.
Se requieren analíticas de los especímenes, incluyendo pruebas específicas para identificar proteínas liberadas por el parásito (pruebas de antígeno) o material genético procedente del parásito (ADN). Se pueden utilizar muestras de sangre, heces, orina, piel, fluidos o esputo, dependiendo del parásito que los médicos estén buscando.
Los médicos pueden analizar muestras de sangre para detectar anticuerpos contra el parásito. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario para ayudar a defender al cuerpo de un ataque concreto, incluyendo los ataques de parásitos.
El médico también toma una muestra de tejido que pueda contener el parásito. Por ejemplo, puede realizarse una biopsia para obtener una muestra de tejido intestinal u otro tejido infectado. También se toma en algunos casos una muestra de piel. Para encontrar el parásito, suelen ser necesarias varias muestras y múltiples análisis.
Identificación de parásitos en el tubo digestivo
Si los parásitos residen en el tubo digestivo, el parásito o sus huevos o quistes (una forma inactiva y resistente del parásito) pueden detectarse en la observación al microscopio de una muestra de heces Los parásitos también pueden identificarse analizando las heces en busca de proteínas excretadas por el parásito o materiales genéticos liberados por este.
No deben tomarse antibióticos, laxantes ni antiácidos hasta que la muestra de heces haya sido recogida, ya que Estos medicamentos pueden dificultar que el médico observe huevos o parásitos en una muestra de heces.
Tratamiento de las infecciones parasitarias
A veces los fármacos antiparasitarios
Algunas infecciones parasitarias no precisan tratamiento porque remiten por sí solas.
Los fármacos antiparasitarios están diseñados para eliminar parásitos o, en el caso de algunas infecciones por gusanos, reducir el número de los mismos para que los síntomas desaparezcan. Además, ciertos antibióticos y fármacos antifúngicos son eficaces contra algunas infecciones parasitarias.
No existe un único fármaco eficaz contra todos los parásitos. Para algunas infecciones parasitarias, ningún fármaco es eficaz.
Prevención de las infecciones parasitarias
La malaria es la única infección parasitaria humana que cuenta con vacunas (véase World Health Organization: Malaria vaccines (RTS,S and R21). Actualmente se están realizando importantes esfuerzos de investigación para determinar si las vacunas son eficaces contra otras infecciones parasitarias, como la leishmaniasis, la esquistosomiasis y las infecciones por anquilostomas.
Los inmigrantes que regresan a sus países de origen tienen un mayor riesgo de contraer infecciones endémicas. Esto se debe a que su inmunidad ha disminuido, es menos probable que busquen medidas preventivas de salud antes de viajar y suelen visitar áreas con mayor transmisión de enfermedades en comparación con los turistas en centros turísticos.
De lo contrario, la prevención generalmente se centra en medidas de protección. En general, estas medidas implican lo siguiente:
Una buena higiene personal
Eliminación sanitaria de heces y desechos animales
Evitar las picaduras de insectos
Evitar el contacto con alimentos, agua o suelo contaminados
Muchas medidas preventivas son razonables en todas partes, pero algunas son más importantes en áreas específicas. Los centros para la prevención y el control de enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, Travelers' Health page) proporcionan información acerca de las precauciones necesarias en cada zona concreta.
Prevención de parásitos adquiridos por vía oral
Se debe ser especialmente cuidadoso cuando se viaja a zonas donde los métodos de saneamiento son cuestionables. Además, es importante pensar qué es lo que se está comiendo o bebiendo antes de consumirlo y asegurarse de que el alimento está cocinado de forma adecuada y de que el agua no está contaminada. Por ejemplo, se debe evitar beber de los lagos y arroyos, así como tragar agua cuando se utilizan piscinas o parques acuáticos. Incluso el agua que se ve fresca y limpia puede contener parásitos, por lo que no se debe usar la apariencia del agua para juzgar su inocuidad para beber.
A quienes viajan a zonas donde alimentos, bebidas y agua pueden estar contaminados por parásitos, pueden serles muy útiles los consejos siguientes
Evitar el consumo de agua del grifo
"Cocinar, hervir, pelar u olvidarse"
Esta recomendación significa que los viajeros deben evitar lo siguiente: comer carne, pescado, mariscos y huevos que no estén completamente cocidos; comer frutas o verduras crudas; y comer o beber productos lácteos o jugos de frutas no pasteurizados. Una excepción a esta recomendación es que las frutas o verduras con cáscara gruesa (por ejemplo, los plátanos) generalmente se consideran seguras para comer crudas si la cáscara se lava antes de retirarla.
Debido a que algunos parásitos sobreviven a la congelación, los cubitos de hielo a veces pueden transmitir la enfermedad, a menos que estén hechos con agua purificada.
El lavado de manos exhaustivo utilizando agua y jabón es muy importante. Las personas que preparan alimentos para otros (por ejemplo, los trabajadores de un restaurante) deben tener especial cuidado al lavarse las manos, ya que pueden transmitir la infección a muchas personas. Lavarse las manos es importante en las siguientes situaciones:
Después de usar el inodoro
Después de cambiar los pañales de un bebé o de limpiar a un niño que ha utilizado el inodoro
Antes, durante y después de cocinar o manipular los alimentos
Antes de comer alimentos
Antes y después de atender a una persona que está enferma
Antes y después de tratar un corte o una herida
Después de tocar un animal o sus residuos
Prevención de la adquisición de parásitos a través de la piel
Para conocer las precauciones que deben tomarse en cada país en concreto, se debe consultar la página web Travelers' Health page (página sobre la salud del viajero) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Las medidas que contribuyen a la protección frente a las picaduras de insectos consisten en
Usar insecticidas (permetrina o piretrina) en aerosol, tanto en sus hogares como en las zonas contiguas
Colocar mosquiteras en puertas y ventanas y utilizar el aire acondicionado
Colocar mosquiteras con permetrina o con piretrina sobre las camas
Aplicar repelentes de insectos que contengan DEET (dietiltoluamida) en la piel expuesta
Se deben usar pantalones largos y camisas de manga larga, en particular entre el anochecer y el alba, para protegerse de las picaduras de insectos, y aplicar permetrina a la ropa
Tomar medicamentos antipalúdicos antes de viajar a regiones donde se transmite la malaria
Más información
Los siguientes recursos en inglés de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el Manual no se hace responsable del contenido de estos recursos.
