El aparato reproductor femenino consta de los órganos genitales externos y los órganos genitales internos. En ocasiones, las mamas se consideran parte del aparato reproductor. Sin embargo, otros órganos del cuerpo también afectan al desarrollo y al funcionamiento del aparato reproductor. Se incluyen las siguientes:
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El hipotálamo (un área del cerebro)
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La hipófisis (una glándula situada en la base del cerebro, justo debajo del hipotálamo)
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Las glándulas suprarrenales (localizadas en la parte superior de los riñones)
El hipotálamo coordina las interacciones que se producen entre los órganos genitales, la hipófisis (glándula pituitaria) y las glándulas suprarrenales para regular el aparato reproductor femenino (véase la figura Glándulas endocrinas principales). Estas estructuras interaccionan mediante la liberación de hormonas, que son mensajeros químicos que controlan y coordinan las actividades del organismo. El hipotálamo segrega la hormona liberadora de gonadotropina, la cual estimula la hipófisis para que produzca las hormonas luteinizante (lutropina) y foliculoestimulante. Estas hormonas inducen en los ovarios la secreción de las hormonas sexuales femeninas, los estrógenos y la progesterona, así como la de algunas hormonas masculinas (andrógenos). Las hormonas sexuales masculinas tienen entre sus funciones estimular el crecimiento del vello púbico y axilar durante la pubertad, y mantener la masa muscular tanto en las niñas como en los niños. Después del parto, el hipotálamo emite señales a la hipófisis para que produzca prolactina, una hormona que estimula la producción de leche.
Las glándulas suprarrenales producen pequeñas cantidades de hormonas sexuales femeninas y masculinas.