Desmayos

PorAndrea D. Thompson, MD, PhD, University of Michigan;
Michael J. Shea, MD, Michigan Medicine at the University of Michigan
Revisado/Modificado ago. 2022 | Modificado sep. 2022
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El mareo (presíncope) es la sensación de estar a punto de desmayarse.

El desmayo (síncope) es una pérdida súbita y breve de la consciencia durante el cual la persona se cae al suelo o se desploma en una silla seguido de un retorno a la consciencia. La persona está inmóvil y sin fuerzas y puede tener las piernas y brazos fríos, pulso débil y respiración superficial.

Algunas personas sienten mareo o malestar antes de desmayarse. Otras pueden tener náuseas, sudoración, visión borrosa o en túnel, hormigueo en los labios o las yemas de los dedos, dolor torácico o palpitaciones. Con menos frecuencia, el sujeto se desmaya de repente, sin síntomas de advertencia.

Las convulsiones, que son una alteración de la actividad eléctrica del cerebro, y el paro cardíaco, en el que el corazón deja de latir por completo, pueden causar pérdida de consciencia pero no se consideran desmayos. Sin embargo, en algunas personas que se desmayan, los músculos sufren una torsión involuntaria, con lo que a simple vista parece que estén sufriendo convulsiones.

El desmayo puede ocurrir en personas de cualquier edad, pero las causas peligrosas de desmayos son más comunes entre las personas mayores.

Causas del desmayo

Una persona no pierde el conocimiento a menos que se alteren las funciones cerebrales. Este trastorno ocurre usualmente cuando se reduce el flujo sanguíneo cerebral global. A veces, sin embargo, el flujo sanguíneo es adecuado pero la sangre no contiene la cantidad suficiente de oxígeno o glucosa (azúcar en sangre) que el cerebro necesita para funcionar.

El flujo de sangre al cerebro se puede reducir por varias causas. Lo más frecuente es alguna alteración que interfiera en el retorno sanguíneo normal al corazón, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo que sale del corazón. Con menos frecuencia, la causa es un trastorno que interfiere con el bombeo de la sangre (por lo general un trastorno cardíaco). Aunque en los infartos cerebrales se reduce el flujo de sangre al encéfalo, esto solo se produce en una parte de él. Por lo tanto, los infartos cerebrales rara vez causan desmayos a excepción de los pocos que afectan a la parte del cerebro que mantiene la consciencia.

Las causas más frecuentes de desmayo son

  • Las emociones fuertes (como el miedo, el dolor o la visión de la sangre)

  • La tos o el esfuerzo para evacuar heces u orina

  • La permanencia prolongada en posición de pie

  • Levantarse de forma brusca

  • Embarazo

  • Uso de ciertos fármacos

  • Idiopática (significa que la causa no puede determinarse)

Estas causas comunes casi siempre provocan desmayos solo cuando la persona está de pie. Cuando se cae, aumenta el flujo de sangre al cerebro, restaurando rápidamente la consciencia, aunque es posible que la persona afectada no se sienta completamente normal durante unos minutos o hasta al cabo de unas pocas horas. Algunas personas se sienten cansadas o agotadas durante varias horas. Estas causas no suelen ser graves, a menos que el individuo se lesione al caer.

La mayoría de estas causas disminuyen el retorno de sangre al corazón. Las emociones fuertes (en especial las desencadenadas por la visión de la sangre) o el dolor pueden activar el nervio vago. La activación del nervio vago dilata los vasos sanguíneos, reduciendo el retorno de la sangre al corazón, y ralentiza la frecuencia cardíaca. Ambos factores pueden provocar mareos y a veces desmayos (lo que se denomina síncope vasovagal o síncope neurocardiogénico).

El esfuerzo durante las evacuaciones, la micción o la tos aumenta la presión en el interior del tórax. El aumento de la presión en el tórax puede activar el nervio vago y también reducir el retorno de la sangre al corazón, ambos factores pueden causar desmayos.

Individuos sanos pueden desmayarse cuando han estado de pie durante mucho tiempo (más frecuente en soldados, fenómeno denominado síncope de plaza de armas). Ello se debe a que es necesaria la contracción de los músculos de las piernas para ayudar a que la sangre regrese al corazón.

El hecho de sentarse o ponerse de pie rápidamente puede producir un síncope, dado que el cambio de posición hace que la sangre se acumule en las piernas, de modo que se produce un descenso de la presión arterial. Normalmente, el organismo aumenta rápidamente la frecuencia cardíaca y contrae los vasos sanguíneos para mantener la presión arterial. Si esto no compensa la presión arterial es frecuente que se produzca la sensación de mareo y ocasionalmente puede producirse el desmayo. Ciertos trastornos del cerebro y la médula espinal, el reposo prolongado en cama y ciertos fármacos (especialmente los utilizados para tratar la hipertensión arterial) pueden alterar este sistema de compensación y provocar desmayos al ponerse el sujeto de pie.

Los cambios hormonales al inicio del embarazo a veces causan desmayos.

El bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia) inicialmente causa confusión, mareo, temblores y otros síntomas, pero si la hipoglucemia es grave o prolongada, la persona afectada puede perder el conocimiento. Debido a que estos otros síntomas generalmente se presentan antes de desmayarse, cuando se produce una hipoglucemia el individuo por lo general tiene algún tipo de aviso antes de desmayarse. Por lo general, la causa de la hipoglucemia es el uso de medicamentos para la diabetes, en particular insulina. En raras ocasiones, el paciente tiene un tumor que secreta insulina.

Las causas menos comunes pero más graves incluyen

  • Trastornos de las válvulas del corazón (con más frecuencia de la válvula aórtica)

  • Una frecuencia cardíaca que es demasiado rápida o demasiado lenta

  • Obstrucción de las arterias de los pulmones por coágulos de sangre (embolia pulmonar)

  • Infarto de miocardio u otros problemas del músculo cardíaco

Los trastornos valvulares pueden bloquear la salida de sangre del corazón. Un ritmo cardíaco muy rápido puede hacer que el corazón no tenga tiempo suficiente para llenarse de sangre, por lo que bombea un menor volumen. Una frecuencia cardíaca muy lenta puede no bombear suficiente sangre. Los coágulos de sangre en los pulmones pueden impedir que el corazón bombee suficiente sangre. Las personas con un ataque al corazón raramente presentan desmayos cuando se produce éste (más común en personas de edad avanzada). Otras enfermedades menos frecuentes que afectan al músculo cardíaco, llamadas miocardiopatías, pueden causar desmayos, sobre todo durante el ejercicio, por lo general debido a un ritmo cardíaco anormal.

Aunque la mayoría de los accidentes cerebrovasculares no causan desmayos, un accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio (AIT), que afecta a ciertos vasos sanguíneos en la base del cerebro (accidente cerebrovascular de la circulación posterior) pueden provocar desmayos. Del mismo modo, una migraña que afecte a estos vasos sanguíneos a veces provoca desmayos.

Evaluación del desmayo

Si es posible, algún testigo del desmayo debe proporcionar al médico una descripción del evento debido a que el sujeto puede que no lo recuerde.

Signos de alarma

En las personas que se han desmayado, ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Desmayos durante el ejercicio

  • Varios episodios dentro de un corto periodo de tiempo

  • Desmayo súbito sin síntomas de advertencia o ningún desencadenante aparente

  • Desmayo precedido o seguido de posibles síntomas cardíacos, como dolor torácico, palpitaciones, dificultad respiratoria

  • Edad avanzada

  • Lesión importante como consecuencia del desmayo

  • Antecedentes familiares de muerte súbita inesperada, pérdida de conocimiento mientras se hace ejercicio, o cuando no se ha encontrado una causa de episodios repetidos de desmayos o convulsiones

Cuándo acudir al médico

Aunque la mayoría de las causas de los desmayos no son graves, es necesaria la evaluación de un médico para distinguir las causas graves de las relativamente inofensivas. Las personas que se desmayaron deben acudir al médico de inmediato, especialmente si tienen signos de alarma.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa del desmayo y las pruebas que pueden ser necesarias.

El médico pregunta sobre los acontecimientos que condujeron al episodio de desmayo. Se pregunta al paciente si estaba haciendo ejercicio, discutiendo, o en una situación potencialmente emocional; si la persona estaba tumbada o de pie, y, si estaba de pie, durante cuánto tiempo. También se pregunta acerca de los síntomas que se produjeron inmediatamente antes o después del evento, incluyendo sensación de mareo o vértigo o náuseas, sudoración, visión borrosa o en túnel, hormigueo en los labios o en las yemas de los dedos, dolor torácico o palpitaciones.

Además, se pide a los testigos que describan el episodio. Un desmayo repentino sin síntomas de advertencia o desencadenante aparente sugiere un trastorno cardíaco. Si el desmayo está precedido por un breve periodo de síntomas de aviso como mareos, náuseas, bostezos, visión borrosa o sudoración y ocurre durante una situación dolorosa o desagradable, es probable que su origen sea vasovagal, y que no sea peligroso.

Se interroga sobre episodios previos de mareos o desmayos y sobre otras enfermedades, fármacos, o síntomas que puedan estar relacionados con el desmayo. También se buscan posibles lesiones resultantes del episodio de desmayo.

A continuación, el médico mide las constantes vitales del paciente. Se mide la frecuencia cardíaca y la presión arterial con el afectado acostado y después de que haya permanecido de pie durante 1-3 minutos. Se ausculta el corazón para detectar signos de lesión de una válvula cardíaca o de un flujo anormal de sangre. Además, se realiza un examen neurológico para detectar signos de derrame cerebral.

Tabla

Pruebas complementarias

Normalmente se hacen pruebas a menos que el paciente presente un desencadenante emocional evidente, inofensivo y no presente otros síntomas. En función de la supuesta causa, el médico solicita las pruebas siguientes

  • Electrocardiografía (ECG)

  • ECG ambulatorio continuo (monitor Holter o monitor de eventos)

  • Medición de oxígeno en sangre (pulsioximetría)

  • Determinación del azúcar en sangre por punción en el dedo

  • A veces ecografía cardíaca (ecocardiografía)

  • A veces prueba de la mesa basculante

  • A veces, análisis de sangre

  • En raras ocasiones, pruebas de diagnóstico por la imagen del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal)

En general, si el desmayo ha ocasionado una lesión o ha ocurrido en varias ocasiones (sobre todo en un breve plazo), es necesario realizar una evaluación más amplia. Las imágenes del corazón y el cerebro no se obtienen de manera rutinaria a menos que el médico sospeche un problema cardíaco o cerebral.

Por regla general, los sujetos en los que se sospecha un trastorno cardíaco, incluyendo ataque al corazón, arritmias o anomalías de las válvulas cardíacas ingresan en el hospital para su estudio.

Se realiza un ECG. El ECG puede mostrar una alteración del ritmo cardíaco (arritmia) u otro problema del corazón, pero a veces es normal si la arritmia ha cedido. A veces se ingresa al paciente para monitorizar la actividad del corazón durante 24 horas. Con menos frecuencia, se le coloca al paciente un pequeño dispositivo que registra la actividad eléctrica del corazón, para que lo lleve mientras está en su domicilio (denominado ECG ambulatorio continuo o Holter). O bien, en raras ocasiones, los médicos pueden implantar un dispositivo de registro bajo la piel.

Se miden los niveles de oxígeno en sangre. La pulsioximetría se realiza durante o inmediatamente después de un episodio para determinar si los niveles de oxígeno en sangre están reducidos (lo que podría indicar la existencia de un coágulo). Si la concentración de oxígeno en sangre es baja, los médicos solicitan una angiografía por tomografía computarizada (TC) (mediante contraste intravenoso) o una gammagrafía pulmonar para detectar un coágulo de sangre.

Se realizan pruebas de laboratorio si los hallazgos de la exploración física sugieren que son necesarias. En el caso de mujeres en edad fértil se realiza la prueba de embarazo.

Se puede practicar un ecocardiograma en los pacientes en los que el desmayo ha sido inducido por el ejercicio, si existen soplos cardíacos o si el desmayo se produce al sentarse o al estar de pie.

En ocasiones, si el desmayo se ha producido al ponerse el paciente de pie, se lleva a cabo la prueba de la mesa basculante. Esta prueba también se utiliza para valorar los desmayos causados por el ejercicio, si la ecocardiografía o la prueba de esfuerzo no ponen de manifiesto la causa.

Se realiza una prueba de esfuerzo cuando se sospecha una alteración del ritmo cardíaco inducida por el ejercicio. A menudo se realiza en pacientes con síntomas inducidos por el ejercicio.

Las pruebas electrofisiológicas incluyen pruebas que registran la actividad eléctrica y las vías de conducción eléctrica del corazón por medio de cables introducidos a través de los vasos sanguíneos del corazón. A veces, se realizan pruebas electrofisiológicas si otras pruebas no identifican una alteración del ritmo cardíaco en una persona con episodios de desmayos recurrentes inexplicables, personas con signos de alarma inexplicables y personas con antecedentes de insuficiencia cardiaca debida a un infarto de miocardio.

Se puede realizar un electroencefalograma si se sospecha una crisis convulsiva.

Si se sospecha una alteración del sistema nervioso central se puede obtener una TC o una resonancia magnética nuclear de la cabeza y del cerebro.

Tratamiento del desmayo

El tratamiento específico depende de la causa. Por ejemplo, un sujeto que ha sufrido un desmayo por un ritmo cardíaco anormal (arritmia) puede necesitar un marcapasos y/o un desfibrilador implantado.

Los testigos de un desmayo deben comprobar si la persona está respirando. Si el afectado no respira, los testigos deben llamar para solicitar asistencia médica urgente y comenzar la reanimación cardiorrespiratoria, que incluye la aplicación de un desfibrilador externo automático (DEA), si hay alguno disponible. Una vez que el sujeto llega al hospital, los médicos tratan la causa del desmayo con los fármacos o las medidas apropiadas, tales como la desfibrilación cardíaca para reiniciar el ritmo eléctrico del corazón o fármacos o cirugía para despejar las arterias obstruidas.

Si el paciente respira debe permanecer tumbado. Si se sienta con demasiada rapidez, puede volver a sufrir un desmayo.

Tras un desmayo se suele recomendar a la persona afectada que evite la conducción y el uso de maquinaria hasta que se pueda determinar y tratar la causa del desmayo porque si esta es una enfermedad cardíaca no diagnosticada, la próxima manifestación puede ser mortal.

Aspectos esenciales para las personas mayores

Las personas de edad avanzada son particularmente susceptibles a los desmayos porque el flujo cerebral disminuye con la edad. La causa más común de desmayos en los ancianos es la incapacidad para ajustar rápidamente la presión arterial cuando la persona se pone de pie. El flujo de sangre disminuye porque las arterias al ser más rígidas son incapaces de adaptarse con rapidez y porque la inactividad física reduce la actividad muscular que impulsa la sangre a través de las venas de regreso al corazón y las enfermedades del corazón disminuyen la efectividad de bombeo de la sangre.

En las personas mayores, el desmayo suele tener más de una causa. Por ejemplo, si el paciente está en tratamiento con varios medicamentos para los trastornos cardíacos o la hipertensión y permanece de pie en una iglesia caliente durante un servicio largo o emotivo se puede producir un desmayo, aunque ninguno de estos factores de forma aislada puede desencadenarlo.

Conceptos clave

  • El desmayo suele ser el resultado de un flujo insuficiente de sangre al cerebro.

  • La mayoría de las causas de los desmayos no son graves.

  • Algunas causas menos frecuentes son graves o potencialmente mortales.

  • Si el desmayo tiene un desencadenante aparente (como una emoción fuerte), es precedido por síntomas (como mareos, náuseas o sudoración), y tarda unos minutos en recuperarse, es probable que se trate de un síncope vasovagal, que no es grave.

  • Los desmayos debidos a alteraciones en el ritmo cardíaco se suelen producir abruptamente y se suelen recuperar de forma rápida.

  • Tras un desmayo se suele recomendar a la persona afectada que evite la conducción y el uso de maquinaria hasta que se pueda determinar y tratar la causa del desmayo porque si esta es una enfermedad cardíaca no diagnosticada, la próxima manifestación puede ser mortal.

  • Si el desmayo es provocado por una frecuencia cardíaca lenta, se puede necesitar un marcapasos.

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