Enfermedad de Kawasaki

(Enfermedad de Kawasaki)

PorChristopher P. Raab, MD, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Reviewed ByMichael SD Agus, MD, Harvard Medical School
Revisado/Modificado feb 2023 | Modificado jun 2025
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Vista para pacientes

La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis que a veces compromete las arterias coronarias y tiende a afectar a lactantes y niños de 1 a 8 años de edad. Se caracteriza por fiebre prolongada, exantema, conjuntivitis, inflamación de las mucosas y linfadenopatías. Pueden formarse aneurismas en las arterias coronarias, y pueden romperse o causar un infarto de miocardio debido a trombosis. El diagnóstico se basa en criterios clínicos; una vez diagnosticada la enfermedad, se realiza un ecocardiograma. El tratamiento consiste en aspirina e inmunoglobulina IV. La trombosis coronaria puede requerir fibrinólisis o intervenciones percutáneas.

La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis de las arterias de mediano calibre, en especial de las arterias coronarias, que son afectadas en alrededor del 20% de los pacientes no tratados.

La enfermedad de Kawasaki es la causa principal de cardiopatía adquirida en niños. Las primeras manifestaciones son miocarditis aguda con insuficiencia cardíaca, arritmias, endocarditis y pericarditis. Luego, pueden formarse aneurismas en las arterias coronarias. Los aneurismas gigantes de las arterias coronarias (> 8 mm de diámetro interno en la ecocardiografía), aunque raros, tienen el máximo riesgo de causar taponamiento cardíaco, trombosis o infarto.

También puede haber inflamación de tejido extravascular, como las vías respiratorias superiores, el páncreas, la vía biliar, los riñones, las mucosas, y los ganglios linfáticos.

Etiología de la enfermedad de Kawasaki

Se desconoce la etiología de la enfermedad de Kawasaki, pero la epidemiología y la presentación clínica sugieren una infección o, más probablemente, una respuesta inmunitaria anormal a una infección en niños genéticamente predispuestos. También es posible una etiología autoinmunitaria.

Los niños de ascendencia japonesa tienen una incidencia particularmente alta, aunque la enfermedad de Kawasaki se observa en todo el mundo. En los Estados Unidos, hay de 3.000 a 5.000 casos anuales (1). La relación varones:mujeres es de alrededor de 1,5:1. El 80% de los pacientes son < 5 años (pico: 18-24 meses). Los casos en adolescentes, adultos y lactantes < 4 meses son raros.

Los casos aparecen durante todo el año, pero con mayor frecuencia en primavera o invierno. Se han informado brotes en comunidades sin una clara evidencia de transmisión interpersonal. Alrededor del 2% de los pacientes presentan recurrencias, en general de meses a años más tarde. No se conoce ninguna medida preventiva.

Referencia de la etiología

  1. 1. Committee on Infectious Diseases, American Academy of Pediatrics, Kimberlin DW, Barnett ED, Lynfield R, Sawyer MH: Red Book: 2021–2024 Report of the Committee on Infectious Diseases, ed. 32, 2021. doi: 10.1542/9781610025782

Síntomas y signos de la enfermedad de Kawasaki

La enfermedad tiende a progresar en 3 fases: aguda, subaguda y de convalecencia.

La fase aguda comienza con fiebre que dura al menos 5 días, por lo general > 39 °C (alrededor de 102,2 °F) y no remite si no se trata con antipiréticos. La fiebre se asocia con irritabilidad, letargo ocasional, o dolor abdominal cólico intermitente. Por lo general, dentro de 1 o 2 días del comienzo de la fiebre, se observa inyección de la conjuntiva bulbar bilateral sin exudado.

Dentro de los 5 días, aparece un exantema eritematomaculoso polimorfo, sobre todo en el tronco, a menudo con acentuación en la región perineal. El exantema puede ser urticariano, morbiliforme, eritema multiforme o escarlatiniforme. Se acompaña de congestión faríngea, labios enrojecidos, secos, agrietados y lengua de fresa.

Enfermedad de Kawasaki (exantema)
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Esta fotografía muestra un exantema maculoso, polimorfo, eritematoso, sobre el tronco inferior con acentuación en la región perineal.

© Springer Science+Business Media
Fengua de fresa (Niño)
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Esta lengua está eritematosa con papilas prominentes.

SCIENCE PHOTO LIBRARY

Durante la primera semana puede haber palidez de la parte proximal de las uñas de los dedos de las manos o los pies (leuconiquia parcial). Por lo general, aparece eritema o anomalia de coloración rojo-violácea y edema variable de las palmas y plantas alrededor del tercero al quinto día. Si bien el edema puede ser leve, a menudo es tenso, duro y no deja fóvea. La fase aguda termina con la resolución de la fiebre.

La fase subaguda dura desde que desaparece la fiebre hasta alrededor del día 25. Aproximadamente el décimo día comienza la descamación periungueal, palmar, plantar, y perineal. En ocasiones, la capa superficial de la piel se desprende en grandes moldes, lo que revela piel nueva normal. Puede haber artritis, artralgia y trombocitosis. Alrededor del 33% de los pacientes tienen artritis o artralgias (principalmente, de grandes articulaciones).

Por lo general, las manifestaciones cardíacas comienzan en la fase subaguda del síndrome alrededor de 1 a 4 semanas después del comienzo, cuando el exantema, la fiebre y otros síntomas clínicos agudos comienzan a desaparecer.

Alrededor del 50% de los pacientes presentan linfadenopatías cervicales no supuradas, dolorosas a la palpación ( 1 ganglio 1,5 cm de diámetro) durante toda la evolución de la enfermedad. La enfermedad puede durar de 2 a 12 semanas o más tiempo. Puede haber casos incompletos o atípicos, sobre todo en lactantes pequeños, que tienen un riesgo más alto de presentar arteriopatía coronaria. Estos hallazgos se manifiestan en alrededor del 90% de los pacientes.

Otros hallazgos menos específicos indican compromiso de numerosos aparatos y sistemas.

Otras manifestaciones clínicas pueden incluri uretritis, meningitis aséptica, hepatitis, otitis, vómitos, diarrea, hidropesía vesicular, síntomas de vías respiratorias superiores, y uveítis anterior.

La fase de convalecencia comienza cuando desaparecen los signos clínicos y continúa hasta alrededor de 6 a 8 semanas después del inicio de la fase aguda.

Diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki

  • Criterios clínicos (fiebre 5 días y hallazgos característicos en el examen físico)

  • ECG y ecocardiografía seriados

  • Pruebas para descartar otros trastornos: hemograma, eritrosedimentación, proteína C reactiva, anticuerpos antinucleares, factor reumatoide, albúmina, enzimas hepáticas, cultivos de garganta y de sangre, análisis de orina, radiografía de tórax

El diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki se realiza por criterios clínicos (véase tabla Criterios diagnósticos de la enfermedad de Kawasaki).

La escarlatina, los síndromes exfoliativos estafilocócicos, el sarampión, las reacciones medicamentosas y la artritis juvenil idiopática pueden causar síntomas similares. Otras enfermedades similares menos comunes son la leptospirosis y la fiebre manchada de las Montañas Rocosas.

Se ha observado un síndrome inflamatorio posinfeccioso denominado síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C, por sus siglas en inglés) como una complicación muy poco frecuente de la infección por SARS-CoV-2. Los síntomas del MIS-C son similares a los de la enfermedad de Kawasaki. Las similitudes incluyen shock, exantema eritematoso, conjuntivitis, compromiso de las membranas mucosas, adenopatía y cambios cardíacos. Sin embargo, los niños con MIS-C deben tener evidencia serológica de infección por COVID-19 y tienden a presentar más síntomas gastrointestinales (diarrea y vómitos) y neurológicos (cefalea) que los niños con enfermedad de Kawasaki. Además, los niños con enfermedad de Kawasaki tienden a tener conjuntivitis con preservación límbica y son más pequeños (típicamente menores de 5 años) (1, 2).

Tabla

Sin embargo, algunos niños que presentan fiebre y menos de 4 de los 5 criterios diagnósticos, desarrollan complicaciones de vasculitis, incluyendo aneurismas de las arterias coronarias. En estos niños se considera enfermedad de Kawasaki atípica (o incompleta). Se debe considerar enfermedad de Kawasaki atípica, y realizar los estudios si el niño ha presentado fiebre > 39° C durante más de 5 días, y ≥ 2 de los 5 criterios de la enfermedad de Kawasaki.

Las pruebas de laboratorio no son diagnósticas, pero pueden realizarse para descartar otros trastornos. Por lo general, se solicitan hemograma completo, anticuerpo antinuclear, factor reumatoideo, eritrosedimentación y cultivos de fauces y hemocultivos.

La leucocitosis, a menudo con un marcado aumento de células inmaduras, es frecuente en el estadio agudo. Otros hallazgos hematológicos son anemia normocítica leve, trombocitosis ( 450.000/mcL [≥ 450 × 109/L]) en la segunda y tercera semanas de enfermedad y elevación de la velocidad de eritrosedimentación o la proteína C reactiva. El anticuerpo antinuclear, el factor reumatoideo y los cultivos son negativos.

Otras anormalidades, según el aparato y sistema comprometido, son piuria estéril, aumento de las enzimas hepáticas, proteinuria, hipoalbuminemia y pleocitosis del líquido cefalorraquídeo.

Es importante la consulta con un cardiólogo infantil. Al momento del diagnóstico, se realiza ECG y ecocardiograma. El ECG puede mostrar arritmias, menor voltaje o hipertrofia ventricular izquierda. La ecocardiografía detectará aneurismas de las arterias coronarias, regurgitación valvular, pericarditis o miocarditis. Si el ecocardiograma entre 1 y 2 semanas después del diagnóstico es normal, no se necesitan más ecocardiografías; si el ecocardiograma es anormal, las pruebas se repiten a las 6 a 8 semanas, y quizá a los 6 a 12 meses. Las pruebas con esfuerzo, preferiblemente ecocardiografía de esfuerzo, se recomiendan para niños con aneurismas grandes de las arterias coronarias (3). En ocasiones, la arteriografía coronaria es útil en pacientes con aneurismas y resultados anormales de la prueba de esfuerzo.

Referencias del diagnóstico

  1. 1. Burney JA, Roberts SC, DeHaan LL, et al: Epidemiological and clinical features of Kawasaki disease during the COVID-19 pandemic in the United States. JAMA Netw Open 5(6):e2217436, 2022. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2022.17436

  2. 2. Darby JB, Jackson JM: Kawasaki disease and multisystem inflammatory syndrome in children: An overview and comparison. Am Fam Physician 104(3):244-252, 2021.

  3. 3. Jone PN, Tremoulet A, Choueiter N, et al: Update on Diagnosis and Management of Kawasaki Disease: A Scientific Statement From the American Heart Association [published correction appears in Circulation 2025 Feb 25;151(8):e677-e679. doi: 10.1161/CIR.0000000000001313] [published correction appears in Circulation 2025 Apr;151(13):e863. doi: 10.1161/CIR.0000000000001324]. Circulation 2024;150(23):e481-e500. doi:10.1161/CIR.0000000000001295

Tratamiento de la enfermedad de Kawasaki

  • Inmunoglobulina IV (IGIV) en alta dosis

  • Aspirina en dosis baja

Los niños deben ser tratados por un cardiólogo infantil experimentado, un infectólogo infantil, o un reumatólogo pediátrico.

Dado que los lactantes con enfermedad de Kawasaki atípica tienen alto riesgo de aneurismas de las arterias coronarias, el tratamiento no debe retrasarse. La terapia se inicia tan pronto como sea posible, idealmente dentro de los primeros 10 días de la enfermedad, con una combinación de IGIV en dosis elevadas y aspirina (ácido acetilsalicílico) oral en dosis bajas (1). Se desconoce la eficacia del tratamiento con IVIG/aspirina cuando se inicia > 10 días después del comienzo de la enfermedad, pero aun así debe considerarse el tratamiento.

Los niños con aneurismas coronarios gigantes pueden requerir terapia anticoagulante adicional (p. ej., warfarina o anticoagulantes de acción directa más agentes antiplaquetarios).

La mayoría de los pacientes tienen una respuesta rápida durante las primeras 24 horas de tratamiento. Un pequeño porcentaje de pacientes continúa con fiebre durante varios días y requiere dosis repetidas con inmunoglobulina intravenosa (u otra inmunomodulación, como con corticoesteroide y/o infliximab). El tratamiento de la enfermedad refractaria debe basarse en el asesoramiento de un cardiólogo y un reumatólogo.

Después de que los síntomas del niño han cesado durante 4 a 5 días, se continúa la aspirina. Si no se observan aneurismas en las arterias coronarias en el ecocardiograma de seguimiento y en ausencia de signos de inflamación (se muestra por la normalización de la proteína C reactiva y las plaquetas), la aspirina (ácido acetilsalicílico) puede suspenderse. Dado su efecto antitrombótico, se continúa con aspirina en forma indefinida en los niños con alteraciones de las arterias coronarias. La VSG no debe usarse como marcador de actividad de la enfermedad ya que la administración de IGIV puede causar elevaciones falsas de la VSG.

Prevención de complicaciones del tratamiento

Los niños que reciben tratamiento con IVIG pueden tener una tasa de respuesta más baja a las vacunas de virus vivos atenuados. Por consiguiente, en general debe posponerse la vacuna antisarampionosa-antiparotidítica-antirrubeólica durante 11 meses después del tratamiento con IVIG y la vacuna antivaricelosa, durante 11 meses. Si el riesgo de exposición a sarampión es alto, debe procederse a la vacunación, pero es necesario indicar revacunación (o investigación serológica) 11 meses después.

Existe un pequeño riesgo de síndrome de Reye en niños que reciben tratamiento con aspirina a largo plazo durante brotes de gripe o de varicela; por lo tanto, la vacunación antigripal anual es importante en especial en niños ( 6 meses) que reciben tratamiento con aspirina a largo plazo. Además, debe advertirse a los padres de niños tratados con aspirina que se comuniquen rápidamente con el médico del niño si éste estuvo expuesto a gripe o varicela o presenta síntomas de estas enfermedades. Puede considerarse la interrupción transitoria de la aspirina (que es reemplazada por dipiridamol en niños con aneurismas demostrados).

Referencia del tratamiento

  1. 1. Jone PN, Tremoulet A, Choueiter N, et al: Update on Diagnosis and Management of Kawasaki Disease: A Scientific Statement From the American Heart Association [published correction appears in Circulation 2025 Feb 25;151(8):e677-e679. doi: 10.1161/CIR.0000000000001313] [published correction appears in Circulation 2025 Apr;151(13):e863. doi: 10.1161/CIR.0000000000001324]. Circulation 2024;150(23):e481-e500. doi:10.1161/CIR.0000000000001295

Pronóstico de la enfermedad de Kawasaki

Con tratamiento adecuado, la tasa de mortalidad es del 0,17% en los Estados Unidos. La duración prolongada de la fiebre aumenta el riesgo cardíaco.

La mayoría de las veces, las muertes se deben a complicaciones cardíacas y pueden ser súbitas e impredecibles: > 50% se produce dentro del mes del comienzo, el 75%, dentro de los 2 meses y el 95% dentro de los 6 meses, aunque puede producirse hasta 10 años después. El tratamiento eficaz reduce los síntomas agudos y, más importante aun, la incidencia de aneurismas de las arterias coronarias del 20% a < 5%.

En ausencia de arteriopatía coronaria, el pronóstico de recuperación completa es excelente. Alrededor de dos tercios de los aneurismas coronarios muestran regresión en el término de 1 año, aunque se desconoce si persiste estenosis coronaria residual. Es menos probable la regresión de los aneurismas coronarios gigantes, que requieren seguimiento y tratamiento más intensivos.

Conceptos clave

  • La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica infantil de etiología desconocida; es la principal causa de cardiopatía adquirida en niños.

  • Las complicaciones más graves afectan al corazón e incluyen miocarditis aguda con insuficiencia cardíaca, arritmias, y aneurismas de las arterias coronarias.

  • Los niños tienen fiebre, erupción cutánea (que más tarde se descama), inflamación oral y conjuntival, y linfadenopatía; pueden ocurrir casos atípicos con menos de estos criterios clásicos.

  • El diagnóstico se realiza sobre la base de criterios clínicos (fiebre 5 días y hallazgos característicos en el examen físico); se deben solicitar ECG y ecocardiografía seriados en los niños que cumplen los criterios y se debe consultar a un especialista.

  • El uso temprano de aspirina en dosis bajas e inmunoglobulina IV alivia los síntomas y ayuda a prevenir complicaciones cardíacas.

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