(Véase también Evaluación del paciente con hepatopatía y Generalidades sobre la hepatitis viral aguda).
En ocasiones, el virus de la hepatitis B es responsable de hepatitis fulminante y hasta el 50% de los casos de hepatitis B fulminante se debe a una coinfección por el virus de hepatitis D. La hepatitis fulminante por el virus de la hepatitis A es inusual, pero podría ser más probable en individuos con hepatopatía preexistente. Ocasionalmente, el virus de la hepatitis E causa hepatitis fulminante. El papel del virus de la hepatitis C sigue siendo controvertido.
Los fármacos (especialmente paracetamol) son la causa más común de hepatitis fulminante en los Estados Unidos.
Signos y síntomas
Los síntomas de hepatitis fulminante se desarrollan y se agravan muy rápidamente. Los pacientes se deterioran con rapidez porque desarrollan encefalopatía portosistémica, que progresa a coma y edema cerebral luego de un período de varios días a semanas. La coagulopatía en general resulta de la insuficiencia hepática o la coagulación intravascular diseminada, y también puede desarrollarse insuficiencia renal funcional (síndrome hepatorrenal).
La prolongación continua del tiempo de protrombina (TP) o el IIN (índice internacional normalizado), la encefalopatía portosistémica y, en particular, la insuficiencia renal son signos ominosos.
Diagnóstico
Se debe sospechar hepatitis fulminante si
Las pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico de hepatitis fulminante incluyen pruebas hepáticas (p. ej., transaminasas, bilirrubina) y otras pruebas para evaluar la función hepática (tiempo de protrombina/índice internacional normalizado [TP/IIN], albúmina).
Las pruebas de laboratorio para la hepatitis aguda por los virus A, B y C, así como algunos otros virus (p. ej., citomegalovirus, virus de Epstein-Barr, virus del herpes simplex), se realizan para determinar si un virus es la causa.
El nivel de paracetamol en suero debe medirse en todos los pacientes si se sospecha toxicidad por paracetamol.
Tratamiento
La atención médica cuidadosa, en general en la unidad de cuidados intensivos y el tratamiento agresivo de las complicaciones mejoran la evolución de los pacientes con hepatitis fulminante.
Si una hepatitis fulminante resulta de una hepatitis B, el tratamiento con análogos de nucleósidos o análogos de nucleótidos orales pueden aumentar la probabilidad de supervivencia.
La N-acetilcisteína es el antídoto para la intoxicación por paracetamol. Este fármaco es más eficaz si se administra dentro de las 8 h de la ingestión del paracetamol pero aún puede tener un rol en la intoxicación crónica por paracetamol.
No obstante, el trasplante de hígado urgente es la medida más eficaz para la supervivencia del paciente. En los adultos, la supervivencia es infrecuente si no se realiza trasplante, pero los niños tienden a evolucionar mejor.
Los pacientes que sobreviven suelen recuperarse por completo.