La prevención de la enfermedad es el tratamiento destinado a prevenir la aparición o el agravamiento de una enfermedad. Las medidas de prevención de la enfermedad benefician a las personas mayores independientes con enfermedad crónica mínima o nula y a las personas mayores con varias enfermedades no curables pero tratables.
Prevención primaria y secundaria
La prevención primaria intenta detener la enfermedad antes de que se establezca, a través de la reducción o la eliminación de los factores de riesgo. La prevención primaria puede incluir inmunoprofilaxis y modificación del estilo de vida para prevenir enfermedades crónicas comunes.
Las vacunas que se recomiendan para la mayoría de los adultos mayores incluyen las siguientes (1):
Las modificaciones en el estilo de vida que generalmente se recomiendan para adultos mayores para prevenir enfermedades crónicas incluyen:
Dieta saludable
Pruebas de rutina de salud
Participación social
La prevención secundaria intenta detectar y tratar la enfermedad o sus complicaciones en un estadio temprano, antes de que aparezcan síntomas o pérdidas funcionales, lo que disminuye la morbimortalidad.
El cribado puede ser una medida preventiva primaria o secundaria. El cribado puede usarse para detectar factores de riesgo, que pueden alterarse para prevenir enfermedades o detectar anomalías en personas asintomáticas, que luego pueden recibir tratamiento temprano.
Múltiples organizaciones (p. ej., United States Preventive Services Task Force (USPSTF) publican screening guidelines, que a veces difieren entre sí. Independientemente de lo que recomiende una pauta, también se deben considerar las características y preferencias individuales del paciente.
El cribado del cáncer debe considerarse cuidadosamente, así como los riesgos individuales comparados con los beneficios, especialmente en pacientes con expectativa de vida ≤ 10 años. Las siguientes pruebas de tamizaje para el cáncer suelen recomendarse en los adultos mayores:
Además, ciertas pruebas de tamizaje seleccionadas para condiciones que pueden afectar a adultos mayores incluyen:
Trastorno por consumo de alcohol/consumo no saludable de alcohol
Compromiso cognitivo (p. ej., demencia, delirio)
Disfunción tiroidea (hipotiroidismo o hipertiroidismo)
Trastornos visuales
Deficiencia de vitamina D
Referencia de prevención primaria y secundaria
1. U.S. Centers for Disease Control and Prevention. Recommended Vaccinations for Adults. Accessed June 12, 2025.
Prevención terciaria
La prevención terciaria se aplica a un paciente con una enfermedad sintomática preexistente, en general crónica, que es adecuadamente tratado para evitar una pérdida funcional adicional. El tratamiento de la enfermedad mejora si se emplean guías y protocolos específicos para la enfermedad. Se han desarrollado numerosos programas para el manejo de las distintas enfermedades:
Cuidado específico para la enfermedad: un enfermero con entrenamiento especial trabaja junto con un médico de atención primaria o un geriatra para coordinar la atención bajo la guía de un protocolo, organizan los servicios de apoyo y educan a los pacientes.
Clínicas de tratamientos crónicos: los pacientes con la misma enfermedad crónica pueden formar grupos de aprendizaje, guiados por un profesional de la salud; este abordaje puede ayudar a los pacientes con diabetes a lograr un mejor control de la glucemia.
Especialistas: los pacientes con enfermedad crónica difícil de estabilizar pueden ser derivados a un especialista. Esta práctica ofrece más beneficios cuando el especialista y el médico de atención primaria trabajan de manera cooperativa.
Los pacientes con los siguientes trastornos crónicos, que son frecuentes en los ancianos, pueden beneficiarse con la prevención terciaria.
Artritis
Las inflamaciones articulares (sobre todo la artrosis; con mucha menor frecuencia, la artritis reumatoide) afectan a alrededor del 50% de las personas ≥ 65 años (1). Estas entidades comprometen la movilidad y aumentan el riesgo de osteoporosis, desacondicionamiento aeróbico y muscular, caídas y úlceras por presión. El ejercicio y medicamentos apropiados pueden ayudar en la prevención terciaria (2).
Osteoporosis
Las pruebas para medir la densidad ósea pueden detectar osteoporosis antes de que provoque una fractura. Una dieta saludable, suplementos de calcio y posiblemente vitamina D, ejercicio y dejar de fumar pueden ayudar a prevenir la progresión de la osteoporosis, y el tratamiento puede evitar nuevas fracturas.
Diabetes
La hiperglucemia, en particular cuando la concentración de hemoglobina glucosilada (HbA1C) está elevada, aumenta el riesgo de retinopatía, neuropatía, nefropatía y enfermedad coronaria (3). Los objetivos del tratamiento glucémico deben ajustarse según las preferencias del paciente, la duración de la diabetes, las enfermedades concomitantes, las complicaciones vasculares, los riesgos relacionados con la hipoglucemia, los medicamentos que el paciente consume y la expectativa de vida. Para la mayoría de los adultos, es apropiado un objetivo de HbA1C < 7% sin hipoglucemia significativa. Sin embargo, los niveles de HbA1C que se consideran un objetivo apropiado para pacientes mayores pueden cambiar en función de factores adicionales (4):
< 7,5% en los pacientes diabéticos mayores sanos con una esperanza de vida de > 10 años
< 8,0% para los pacientes con comorbilidades y una esperanza de vida reducida
< 8,5% en los pacientes frágiles con una esperanza de vida marcadamente reducida
El control de la hipertensión y la dislipidemia en pacientes diabéticos es particularmente importante.
La educación del paciente y los exámenes de los pies en cada consulta pueden ayudar a prevenir las úlceras en esta región del cuerpo.
Trastornos vasculares
Los ancianos con antecedentes de enfermedad coronaria, cerebrovascular o vascular periférica presentan un riesgo elevado de experimentar trastornos discapacitantes. El riesgo puede reducirse mediante el manejo agresivo de los factores de riesgo vasculares (p. ej., hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, obesidad, fibrilación auricular, dislipidemia).
Insuficiencia cardíaca
Las complicaciones de la insuficiencia cardíaca son significativas en los ancianos, y la tasa de mortalidad es mayor que en muchos cánceres. El tratamiento agresivo y apropiado, en especial de la disfunción sistólica, disminuye el deterioro funcional, la tasa de hospitalización y la de mortalidad.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
El paciente que deja de fumar, usa medicamentos apropiados por vía inhalatoria y otros y aprende técnicas conductuales para conservar la energía, puede presentar un menor número de exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica responsables de hospitalización y episodios menos graves.
Referencias sobre la prevención terciaria
1. Hawker GA, King LK. The Burden of Osteoarthritis in Older Adults. Clin Geriatr Med. 2022;38(2):181-192. doi:10.1016/j.cger.2021.11.005
2. Esbensen BA, Kennedy N, Brodin N. Prevention and adherence in Rheumatic and Musculoskeletal disease. Best Pract Res Clin Rheumatol. 2020;34(2):101525. doi:10.1016/j.berh.2020.101525
3. Sacks DB, Arnold M, Bakris GL, et al. Guidelines and Recommendations for Laboratory Analysis in the Diagnosis and Management of Diabetes Mellitus. Diabetes Care. 2023;46(10):e151-e199. doi:10.2337/dci23-0036
4. Strain WD, Down S, Brown P, Puttanna A, Sinclair A. Diabetes and Frailty: An Expert Consensus Statement on the Management of Older Adults with Type 2 Diabetes. Diabetes Ther. 2021;12(5):1227-1247. doi:10.1007/s13300-021-01035-9
Más información
Los siguientes recursos en inglés pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable del contenido de estos recursos.
U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF). Recomendaciones. The U.S. Preventive Services Task Force publishes recommendations for screening and preventive strategies for specific conditions, based on a systematic review of the evidence.
Spalding MC, Sebesta SC. Geriatric screening and preventive care. Am Fam Physician. 2008;78(2):206-215
