Una embolia de líquido amniótico es un suceso muy raro. Por lo general ocurre al final del embarazo, pero puede ocurrir cuando se realiza un aborto durante el primer o el segundo trimestre.
El riesgo aumenta cuando
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La mujer es mayor.
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En el útero hay más de un feto (nacimientos múltiples).
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La placenta se separa muy pronto (desprendimiento de placenta) o su posición no es la normal (placenta previa).
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La mujer ha sufrido una lesión abdominal o un desgarro en el cuello uterino.
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El útero se rompe.
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Un exceso de líquido amniótico alrededor del feto (polihidramnios o hidramnios).
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El trabajo de parto se inicia artificialmente (parto inducido).
El líquido o los tejidos pueden provocar una reacción grave en la mujer. La reacción generalmente ocurre durante el parto o poco después de éste. La mujer puede presentar frecuencia cardíaca acelerada, ritmo cardíaco irregular, presión arterial baja y dificultad respiratoria. Puede dejar de respirar (insuficiencia respiratoria) o su corazón puede parase (paro cardíaco). Alrededor de 20% de las mujeres con embolia de líquido amniótico muere.
La coagulación intravascular diseminada es una complicación frecuente. En este trastorno se desarrollan pequeños coágulos de sangre a lo largo del torrente sanguíneo, dando lugar a una hemorragia generalizada con pérdida masiva de sangre. Se requiere atención de emergencia.
En la embolia de líquido amniótico es fundamental el diagnóstico y el tratamiento precoces. El médico diagnostica este problema basándose en los síntomas, en particular cuando la madre presenta los tres síntomas siguientes:
Estas mujeres suelen recibir una transfusión de sangre y hemoderivados. La inyección de un factor de coagulación (que permite coagular la sangre) puede salvarle la vida. Puede que la mujer precise asistencia respiratoria o fármacos que mejoren la contractilidad cardíaca.
El bebé puede ser extraído de inmediato con fórceps o con una ventosa, o puede realizarse un parto por cesárea. Este tipo de parto no parece mejorar o empeorar el pronóstico de la mujer. Sin embargo, puede salvarle la vida al feto si tiene la edad suficiente para sobrevivir fuera del útero.