Generalidades sobre los trastornos trombóticos

PorMichael B. Streiff, MD, Johns Hopkins University School of Medicine
Reviewed ByJerry L. Spivak, MD; MACP, , Johns Hopkins University School of Medicine
Revisado/Modificado Modificado jul 2025
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Vista para pacientes

En las personas sanas hay un equilibrio homeostático entre las fuerzas procoagulantes (coagulación) y las fuerzas anticoagulantes y fibrinolíticas. Numerosos factores genéticos, adquiridos y ambientales pueden inclinar el equilibrio en favor de la coagulación, lo que causa la formación patológica de trombos en venas (p. ej., trombosis venosa profunda), arterias (p. ej., infarto de miocardio, accidente cerebrovascular isquémico) o cavidades cardíacas. Los trombos pueden obstruir el flujo sanguíneo en el lugar de formación o desprenderse y formar émbolos que obstruyen un vaso sanguíneo alejado (p. ej., embolia pulmonar, accidente cerebrovascular embólico).

Etiología de los trastornos trombóticos

Los factores genéticos que aumentan la propensión a la tromboembolia venosa son:

La proteína Z, una proteína dependiente de la vitamina K, ayuda a inactivar al factor Xa de coagulación. La deficiencia o la disfunción de la proteína Z predispone a la trombosis venosa (principalmente en pacientes que también tienen otras anomalías de la coagulación). La asociación de la proteína Z y la trombosis es un área de investigación activa. Un análisis poblacional reciente en el UK Biobank notó una asociación entre variantes de pérdida de función de la proteína Z y el accidente cerebrovascular (1). Sin embargo, la medición de su actividad no está disponible en la mayoría de los laboratorios.

También hay defectos adquiridos que predisponen a la trombosis arterial y venosa (véase tabla Causas adquiridas de tromboembolia).

Otros trastornos y factores ambientales pueden aumentar el riesgo de trombosis, en especial si también existe una anomalía genética.

Tabla
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Referencia general

  1. 1. Haj AK, Ryu J, Jurgens SJ, et al. Loss of function in protein Z (PROZ) is associated with increased risk of ischemic stroke in the UK Biobank. J Thromb Haemost. 2025;23(1):171-180. doi:10.1016/j.jtha.2024.09.016

Signos y síntomas de los trastornos trombóticos

Las manifestaciones más frecuentes de un trastorno trombótico incluyen trombosis venosa profunda (TVP) o embolia pulmonar (EP) inexplicables. También puede desarrollarse tromboflebitis superficial. Otras consecuencias pueden incluir trombosis arterial (p. ej., que produce un accidente cerebrovascular o una isquemia mesentérica). Los síntomas dependen de la localización del coágulo, como en los siguientes ejemplos:

  • Dolor torácico y disnea: posible embolia pulmonar o infarto de miocardio

  • Dolor, calor, eritema e hinchazón en las piernas: trombosis venosa profunda

  • Debilidad/entumecimiento de un lado del cuerpo, problemas para hablar, y problemas con el equilibrio y la marcha: posible accidente cerebrovascular isquémico

  • Dolor abdominal: posible trombosis de las arterias o las venas esplácnicas

La mayoría de los trastornos hereditarios no comienzan a causar un mayor riesgo de coagulación hasta la edad adulta, aunque se pueden formar coágulos a cualquier edad. Las mujeres pueden tener antecedentes de múltiples abortos espontáneos.

Diagnóstico de los trastornos trombóticos

Las evaluaciones diagnósticas de eventos trombóticos que llevan a trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, y accidente cerebrovascular isquémico se analizan por separado. Los pacientes que experimentan un evento tromboembólico sin una causa clínica evidente pueden tener una de las entidades predisponentes, genéticas o adquiridas, que se describen a continuación. A menudo es valioso contar con el aporte de un hematólogo para reducir las posibilidades de diagnóstico.

Factores predisponentes

Siempre deben considerarse los factores predisponentes. En algunos casos, el trastorno es clínicamente evidente (p. ej., cirugía o traumatismo reciente, inmovilización prolongada, cáncer, infección, enfermedad médica, aterosclerosis generalizada). Si no hay ningún factor predisponente evidente, debe considerarse una evaluación más exhaustiva en pacientes con:

  • Antecedentes familiares de trombosis venosa (familiar en primer grado con tromboembolia venosa antes de los 50 años)

  • Más de un episodio de trombosis venosa

  • Trombosis venosa o arterial antes de los 50 años de edad

  • Localizaciones inusuales de trombosis venosa (p. ej., seno cavernoso, venas esplácnicas)

Hasta la mitad de los pacientes con trombosis venosa profunda espontánea tienen una predisposición genética. Sin embargo, en muchos de estos casos, la identificación de un estado trombofílico hereditario no influye en la terapia. Por lo tanto, las directrices de la sociedad sugieren pruebas dirigidas en pacientes con alto riesgo de trombofilia hereditaria en los que los resultados de las pruebas pueden influir en la terapia (1, 2).

Los estudios complementarios para investigar factores predisponentes congénitos y adquiridos consisten en análisis específicos que miden el grado o la actividad de moléculas anticoagulantes naturales en plasma y pruebas de cribado para defectos genéticos específicos, como los siguientes:

  • Ensayo de coagulación para anticoagulante lúpico

  • Ensayo de coagulación para resistencia a la proteína C activada

  • Prueba genética para el factor V de Leiden

  • Prueba genética para la mutación del gen de la protrombina (G20210A)

  • Actividad de los factores VIII, IX y XI

  • Ensayo funcional de la antitrombina

  • Ensayo funcional de la proteína C

  • Ensayo funcional de la proteína S

  • Análisis antigénicos de proteína S total y libre

  • Medición de las concentraciones de homocisteína en plasma

  • Inmunoensayos para anticuerpos antifosfolípidos

Referencias del diagnóstico

  1. 1. Venous thromboembolic diseases: diagnosis, management and thrombophilia testing. London: National Institute for Health and Care Excellence (NICE); August 2, 2023.

  2. 2. Middeldorp S, Nieuwlaat R, Baumann Kreuziger L, et al. American Society of Hematology 2023 guidelines for management of venous thromboembolism: thrombophilia testing. Blood Adv. 2023;7(22):7101-7138. doi:10.1182/bloodadvances.2023010177

Tratamiento de los trastornos trombóticos

El tratamiento de eventos trombóticos que llevan a trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, y accidente cerebrovascular isquémico se discuten en detalle en secciones separadas.

A menudo se requiere anticoagulación. Para los pacientes que requieren hospitalización, la anticoagulación generalmente se inicia con heparina no fraccionada o heparina de bajo peso molecular (1, 2). En los pacientes que pueden ser tratados en forma ambulatoria se usan anticoagulantes orales directos (DOAC) o warfarina (1, 2, 3).

Los anticoagulantes orales de acción directa incluyen inhibidores del factor Xa (rivaroxaban, apixaban, edoxaban) y el inhibidor directo de la trombina (dabigatrán). A diferencia de la warfarina, los anticoagulantes orales directos no requieren control de laboratorio regular, y algunos de estos medicamentos (apixaban, rivaroxabán) pueden utilizarse en el tratamiento agudo sin anticoagulación parenteral inicial. A diferencia de la warfarina, los anticoagulantes de acción directa se caracterizan por menos interacciones entre fármacos y su eficacia no es afectada por la dieta.

En caso de hemorragia potencialmente letal, los agentes de reversión de los anticoagulantes orales directos incluyen antídotos específicos (es decir, idarucizumab para el dabigatrán; andexanet alfa para los inhibidores del factor Xa), así como agentes prohemostáticos inespecíficos como concentrados de complejos de protrombina que contienen factores VII, IX, X y protrombina (1, 4, 5). La warfarina se revierte con vitamina K y concentrados de complejos de protrombina.

Referencias del tratamiento

  1. 1. Stevens SM, Woller SC, Kreuziger LB, et al. Antithrombotic Therapy for VTE Disease: Second Update of the CHEST Guideline and Expert Panel Report [published correction appears in Chest. 2022 Jul;162(1):269]. Chest 2021;160(6):e545-e608. doi:10.1016/j.chest.2021.07.055

  2. 2. Ortel TL, Neumann I, Ageno W, et al. American Society of Hematology 2020 guidelines for management of venous thromboembolism: treatment of deep vein thrombosis and pulmonary embolism. Blood Adv. 2020;4(19):4693-4738. doi:10.1182/bloodadvances.2020001830

  3. 3. Venous thromboembolic diseases: diagnosis, management and thrombophilia testing. London: National Institute for Health and Care Excellence (NICE); August 2, 2023.

  4. 4. Cuker A, Burnett A, Triller D, et al. Reversal of direct oral anticoagulants: Guidance from the Anticoagulation Forum. Am J Hematol. 94:697–709, 2019. doi:10.1002/ajh.25475

  5. 5. Frontera JA, Lewin JJ 3rd, Rabinstein AA, et al. Guideline for Reversal of Antithrombotics in Intracranial Hemorrhage: A Statement for Healthcare Professionals from the Neurocritical Care Society and Society of Critical Care Medicine. Neurocrit Care. 2016;24(1):6-46. doi:10.1007/s12028-015-0222-x

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