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El término geriatría designa a la atención médica de los ancianos, un grupo etario que no es sencillo definir con precisión. La gerontología es el estudio del envejecimiento, e incluye sus cambios biológicos, sociológicos y psicológicos. Se prefiere "adulto mayor" a "anciano", pero ambos términos son igual de imprecisos. Es importante evitar términos y actitudes que sugieran un sesgo contra las personas mayores (ageísmo). Aunque no hay una edad establecida para definir la edad avanzada, a menudo se usa > 65 años porque esta es la edad que determina la elegibilidad para el seguro de Medicare en los Estados Unidos. Sin embargo, algunas personas con afecciones médicas requieren atención geriátrica a una edad más temprana. Por ejemplo, el Program of All-Inclusive Care for the Elderly (PACE) establece la edad de 55 años para ser elegible si se reúnen las condiciones necesarias para recibir atención de enfermería domiciliaria.
La calidad de vida es el grado en que una persona está sana, cómoda y es capaz de participar o disfrutar de los acontecimientos de la vida. Es fundamental que los profesionales de la salud tengan en cuenta la calidad de vida al establecer los objetivos de la atención de cada paciente y utilizarla como guía para todas las decisiones relacionadas con la atención.
La prevalencia del uso de fármacos adquiridos bajo receta médica en adultos mayores aumenta significativamente con la edad. Los datos de la encuesta de 2010–2011 indican que casi el 90% de los adultos mayores toman regularmente al menos 1 medicamento recetado, casi el 80% toma regularmente al menos 2 medicamentos recetados y el 36% toma al menos 5 medicamentos recetados ( 1). Cuando se incluyen suplementos dietéticos y de venta libre, estas tasas de prevalencia aumentan sustancialmente. Las mujeres usan más fármacos, en particular psicotrópicos y medicamentos para la artritis. El uso de fármacos es máximo en el adulto mayor frágil, en pacientes hospitalizados y residentes de asilos; un residente típico de un asilo toma entre 7 y 8 fármacos en forma regular.
Una caída se define cuando una persona aparece en el suelo o en un nivel inferior; en ocasiones, una parte del cuerpo golpea contra un objeto que interrumpe la caída. Típicamente, un evento causado por un trastorno agudo (p. ej., un accidente cerebrovascular o una convulsión) o riesgos ambientales desmedidos (p. ej., golpe contra un objeto en movimiento) no se considera una caída.
Los trastornos de la marcha incluyen varios aspectos, como la reducción de la velocidad de la marcha y la pérdida de la regularidad, la simetría o la sincronía de los movimientos corporales.
Para muchos adultos mayores, conducir un automóvil es su opción preferida para el transporte comunitario. Los trastornos médicos que deterioran la conducción en los adultos mayores pueden tener dos resultados adversos graves: lesiones o muerte como resultado de un accidente automovilístico o prohibición de la conducción.
En los adultos mayores, la prevención se enfoca sobre todo en prevenir enfermedades, la fragilidad, los accidentes (es decir, lesiones no intencionales), las complicaciones iatrogénicas y los problemas psicosociales y el mantenimiento de la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria. No todos los ancianos se benefician con todas las medidas preventivas. La selección de estas medidas depende de si el estado general del paciente es
Cada 4 años, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) actualiza su plan estratégico y define su misión y objetivos. El plan estratégico del HHS para 2022-2026 incluye los siguientes 5 objetivos ( 1):
Los aspectos sociales influyen sobre los riesgos a los que se enfrenta el anciano y la forma en que lleva la enfermedad, y también sobre la capacidad del profesional sanitario de proporcionar la atención oportuna y apropiada.