Dolor neuropático

PorMeredith Barad, MD, Stanford Health Care;
Anuj Aggarwal, MD, Stanford University School of Medicine
Reviewed ByMichael C. Levin, MD, College of Medicine, University of Saskatchewan
Revisado/Modificado abr 2025 | Modificado ago 2025
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Vista para pacientes

El dolor neuropático es el resultado del daño o la disfunción del sistema nervioso periférico o central, en lugar de la estimulación de los receptores para el dolor. El diagnóstico es sugerido por el dolor desproporcionado respecto de la lesión tisular, disestesias (p. ej., ardor, hormigueos) y signos de lesión del nervio detectados durante el examen neurológico. El tratamiento suele realizarse con fármacos adyuvantes en lugar de analgésicos (p. ej., antidepresivos, antiepilépticos, baclofeno, fármacos tópicos) o con tratamientos no farmacológicos (p. ej., fisioterapia, neuromodulación).

(Véase también Generalidades sobre el dolor).

El dolor puede desarrollarse después de la lesión producida a cualquier nivel del sistema nervioso, periférico o central; el sistema nervioso simpático puede estar involucrado (y producir un dolor mantenido por vías simpáticas). Los síndromes específicos incluyen

Etiología del dolor neuropático

El dolor neuropático podría ser el resultado de la actividad eferente (dolor mantenido por vía simpática) o de la interrupción de la actividad aferente (dolor por desaferentación).

La lesión o la disfunción de los nervios periféricos puede originar un dolor neuropático. Algunos ejemplos son

  • Mononeuropatías (involucran un solo nervio [p. ej., síndrome del túnel carpiano, radiculopatía por hernia de disco intervertebral])

  • Plexopatías (involucran múltiples nervios dentro de un plexo nervioso en particular; típicamente causados por traumatismos, inflamación o compresión nerviosa, como por un tumor)

  • Polineuropatías (involucran múltiples nervios, a menudo en todo el cuerpo; típicamente causadas por diversos trastornos metabólicos, paraproteinemias, exposiciones tóxicas [p. ej., alcohol, quimioterapia]), predisposición hereditaria o, rara vez, mecanismos inmunomediados — véase tablas Causas de trastornos del sistema nervioso periférico)

Los mecanismos del dolor neuropático son complejos e implican cambios

  • A nivel del nociceptor periférico y a nivel nervioso

  • En el ganglio de la raíz dorsal

  • En el sistema nervioso central (SNC), vías nociceptivas y estructuras terminales

A nivel del nervio periférico y el nociceptor, la lesión provoca inflamación, activación y sobreexpresión de los canales catiónicos, en particular los canales de sodio. Estos cambios reducen el umbral de activación y aumentan la respuesta a estímulos nocivos. En los estados crónicos, el nervio periférico desencadena en forma continua señales ectópicas nociceptivas al SNC. Este bombardeo continuo de señales nociceptivas periféricas conduce a cambios en los nociceptores receptivos (sensibilización central); estos están cebados, interpretan estímulos menores (incluyendo estímulos no dolorosos [alodinia]) como dolor sustancial, e interpretan que el dolor proviene de un área más amplia de lo que es. Estos cambios pueden revertirse, al menos durante un tiempo, si la estimulación nociceptiva periférica puede interrumpirse.

Los síndromes de dolor neuropático central—consecuencia de la disfunción de las vías somatosensitivas del sistema nervioso central— pueden surgir de varias lesiones del sistema nervioso central, más comúnmente después de un accidente cerebrovascular, una lesión de la médula espinal o la desmielinización relacionada con la esclerosis múltiple. Para ser clasificado como dolor neuropático central, el dolor debe ocurrir dentro del área afectada por la lesión del sistema nervioso central, aunque no necesariamente compromete toda la región afectada.

Una característica clave del dolor neuropático central es la disfunción del tracto espinotalámico, que transmite dolor, temperatura y tacto grueso. Aunque el daño del tracto espinotalámico está fuertemente asociado con el dolor neuropático central, otros mecanismos también pueden contribuir. Si la sensación de pinchazo y temperatura permanece intacta en el área dolorosa, los médicos deben considerar fuentes alternativas de dolor. En los pacientes con deterioro neurológico, el dolor musculoesquelético es a menudo una explicación más común (p. ej. dolor de hombro por hemiparesia después de un accidente cerebrovascular o síndromes por uso excesivo de los miembros superiores en usuarios de silla de ruedas con lesión de la médula espinal).

El dolor por desaferentización se debe a la interrupción parcial o completa de la actividad nerviosa aferente periférica o central. Algunos ejemplos son

Los mecanismos son desconocidos, pero pueden involucrar la sensibilización de las neuronas centrales con umbrales de activación y un aumento de tamaño de los campos receptores.

Los síndromes de dolor neuropático a veces se asocian con hiperactividad del sistema nervioso simpático. La hiperactividad simpática no causa dolor neuropático, pero puede contribuir a sus características clínicas y su gravedad. El dolor resultante se denomina dolor mantenido por el sistema simpático, que depende de la actividad simpática eferente. El síndrome de dolor regional complejo a veces involucra el dolor mantenido por vía simpática. Otros tipos de dolor neuropático pueden tener un componente mantenido por vías simpáticas. Se desconoce lo que desencadena la hiperactividad simpática en algunos estados de dolor neuropático y no en otros. Los mecanismos probablemente involucran conexiones nerviosas simpático-somáticas (efapsis), cambios inflamatorios locales y en la médula espinal.

Síntomas y signos de dolor neuropático

Las disestesias (el dolor ardiente espontáneo o evocado, muchas veces con un componente lancinante sobreagregado) son típicas, pero el dolor también puede ser profundo y continuo. Otras sensaciones, por ejemplo hiperestesia, hiperalgesia, alodinia (dolor ante estímulos que no sean nocivos) e hiperpatía (respuesta dolorosa exagerada, particularmente desagradable) también pueden ocurrir.

Los pacientes pueden ser reacios a mover la parte dolorosa de su cuerpo, lo que resulta en atrofia muscular, anquilosis articular, pérdida de masa ósea y movimiento limitado.

Los síntomas son duraderos, con una persistencia típica una vez resuelta la causa primaria (si estaba presente una), porque el sistema nervioso central ha sido sensibilizado y remodelado.

Diagnóstico del dolor neuropático

  • Anamnesis y examen físico

El dolor neuropático es sugerido por sus síntomas típicos cuando la lesión nerviosa se conoce o se sospecha. La causa (p. ej., amputación, diabetes, compresión) puede ser fácilmente evidente. Si no es así, el diagnóstico a menudo se asume sobre la base de la descripción de los síntomas; sin embargo, esas cualidades (p. ej., ardor) no son sensibles ni específicos para el dolor neuropático. Por lo tanto, la evaluación adicional, incluyendo el examen neurológico y estudios electrofisiológicos, son útiles para confirmar el diagnóstico e identificar el nervio lesionado. El dolor que mejora con un bloqueo nervioso simpático es un dolor mantenido por vía simpática.

Tratamiento del dolor neuropático

  • Terapia multimodal (p. ej., métodos físicos, antidepresivos, anticonvulsivantes, métodos psicoterapéuticos, neuromodulación, a veces cirugía)

El manejo exitoso del dolor neuropático comienza con la confirmación del diagnóstico correcto y el manejo de las causas tratables (p. ej., hernia de disco, síndrome del túnel carpiano). Además de fármacos, se requiere movilización y fisioterapia para desensibilizar las áreas con alodinia y para evitar los cambios tróficos, la atrofia por desuso y la anquilosis articular. Los factores psicológicos deben ser considerados desde el inicio del tratamiento. La ansiedad y la depresión deben tratarse en forma apropiada. Si el dolor persiste, el bloqueo nervioso puede ayudar. Cuando la disfunción no responde a los tratamientos de primera línea, los pacientes pueden beneficiarse con el enfoque integral proporcionado por una clínica del dolor.

La neuromodulación (estimulación de la médula espinal o de los nervios periféricos) es particularmente eficaz para el dolor neuropático.

Varias clases de fármacos son eficaces (véase tabla Medicamentos para el dolor neuropático), pero el alivio completo es poco probable, y es importante establecer expectativas realistas. El objetivo del tratamiento farmacológico es disminuir el dolor neuropático para que sea menos debilitante.

Según las recomendaciones basadas en una revisión sistemática y un metanálisis de un grupo internacional con experiencia en dolor neuropático (1), lo ideal es introducir los medicamentos para el dolor neuropático de manera escalonada, con tratamiento individualizado según la respuesta del paciente y los efectos adversos.

  • Medicamentos de primera línea: antidepresivos tricíclicos (ATC), antiepilépticos, e inhibidores de la recaptación de serotoninanoradrenalina (IRSN)

  • Opciones de tratamiento de segunda línea: medicamentos tópicos, incluyendo lidocaína y capsaicina

  • Opción de tratamiento de tercera línea: analgésicos opioides, aunque en general son menos eficaces para el dolor neuropático que para el dolor nociceptivo y están asociados con riesgo de dependencia y otros efectos adversos

Tabla
Tabla

Se considera que el mecanismo principal de acción de los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, nortriptilina, desipramina) proviene del bloqueo de la recaptación de norepinefrina y serotonina, aunque no se ha encontrado que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) sean eficaces para el tratamiento del dolor neuropático. Las dosis analgésicas suelen ser menores que las utilizadas para tratar la depresión o la ansiedad. Los efectos adversos anticolinérgicos y adrenérgicos a menudo limitan la dosificación efectiva. Los antidepresivos tricíclicos de tipo aminas secundarias (nortriptilina y desipramina) tienen un perfil de efectos adversos más favorable que los antidepresivos tricíclicos de tipo aminas terciarias (amitriptilina).

Los medicamentos anticonvulsivos más utilizados para el dolor neuropático son gabapentina y pregabalina, que es similar en cuanto a mecanismo de acción a la gabapentina pero tiene una farmacocinética más estable y una mayor afinidad por la subunidad del canal de calcio que se considera responsable de su mecanismo de acción. Algunos pacientes que no responden bien o no toleran la gabapentina responden o toleran la pregabalina y viceversa. Gabapentina y pregabalina se unen con alta afinidad a la subunidad alfa-2-delta de los canales de calcio dependientes de voltaje en las neuronas presinápticas. Esto reduce la entrada de calcio durante la despolarización, con disminución de la liberación de neurotransmisores excitatorios como glutamato, sustancia P, y noradrenalina. El efecto neto es la reducción de la transmisión sináptica en las vías del dolor y la modulación de la señalización nociceptiva.

La duloxetina es un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina, que ha demostrado ser eficaz para el dolor neuropático diabético, la fibromialgia, el dolor musculoesquelético crónico (que incluye dolor lumbar) y la neuropatía inducida por la quimioterapia.

Los efectos y el mecanismo de acción de la venlafaxina son similares a los de la duloxetina, y los estudios han demostrado su eficacia para el dolor neuropático.

Los medicamentos tópicos y los parches que contienen lidocaína pueden ser eficaces para los síndromes de dolor periférico. La capsaicina ejerce su efecto analgésico al unirse a los receptores TRPV1 en las terminales de las fibras C nociceptivas, lo que causa una sensación inicial de ardor seguida de desensibilización y deterioro funcional de estas fibras, en parte mediante la depleción de la sustancia P y otros neuropéptidos. Las cremas tópicas en baja dosis (0,025 a 0,075%) requieren múltiples aplicaciones diarias y proporcionan un pequeño alivio a corto plazo, pero están limitadas por el escaso cumplimiento y la irritación local. En cambio, la capsaicina al 8% de alta dosis induce una desfuncionalización más profunda y duradera de los nociceptores después de una sola aplicación supervisada, con alivio del dolor de hasta 3 meses en condiciones de dolor neuropático focal como la neuralgia posherpética y la neuropatía diabética.

Otros tratamientos potencialmente eficaces incluyen

  • Estimulación de la médula dorsal (electrodo colocado epiduralmente) para ciertos tipos de dolor neuropático (p. ej. neuropatía diabética, síndrome de dolor regional complejo)

  • Electrodos implantados a lo largo de los nervios y los ganglios periféricos para ciertas neuralgias crónicas (estimulación de los nervios periféricos, estimulación del ganglio de la raíz dorsal)

  • Bloqueo simpático, que se considera eficaz en pacientes que muestran síntomas mediados por el sistema simpático como los encontrados en el síndrome de dolor regional complejo

  • Bloqueo o ablación neural (ablación por radiofrecuencia, crioablación, quimioneurólisis)

  • Estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS)

Referencia del tratamiento

  1. 1. Soliman N, Moisset X, Ferraro MC, et al. Pharmacotherapy and non-invasive neuromodulation for neuropathic pain: a systematic review and meta-analysis. Lancet Neurol. 2025;24(5):413-428. doi:10.1016/S1474-4422(25)00068-7

Conceptos clave

  • El dolor neuropático podría ser el resultado de la actividad eferente (dolor mantenido por vía simpática) o de la interrupción de la actividad aferente (dolor por desaferentación).

  • Considere el dolor neuropático si los pacientes tienen disestesia o si el dolor es desproporcionado a la lesión tisular y se sospecha la lesión del nervio.

  • Tratar a los pacientes con múltiples modalidades (p. ej., antidepresivos o fármacos anticonvulsivos, analgésicos, métodos psicoterapéuticos, fisioterapia y terapia ocupacional, neuromodulación, cirugía).

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