Abordaje de las infecciones parasitarias

PorChelsea Marie, PhD, University of Virginia;
William A. Petri, Jr, MD, PhD, University of Virginia School of Medicine
Reviewed ByChristina A. Muzny, MD, MSPH, Division of Infectious Diseases, University of Alabama at Birmingham
Revisado/Modificado Modificado abr 2025
v1012867_es
Vista para pacientes

Los parásitos que afectan a los seres humanos son organismos que viven sobre o en una persona y obtienen los nutrientes de ella (su huésped).

Hay 3 tipos de parásitos:

  • Microorganismos unicelulares (protozoos y microsporidios)

  • Helmintos multicelulares (gusanos, incluidos nematodos, cestodos y trematodos)

  • Ectoparásitos (p. ej., sarna, piojos)

Las infecciones parasitarias debidas a protozoos y helmintos son responsables de una elevada tasa de morbimortalidad en todo el mundo (1). Las infecciones parasitarias son frecuentes en América Central y del Sur, África y Asia. Son mucho menos comunes en Australia, Canadá, Europa, Japón, Nueva Zelanda y los Estados Unidos. por mucho, el mayor impacto se observa en residentes de áreas tropicales con recursos limitados y saneamiento deficiente. Sin embargo, las infecciones parasitarias se desarrollan en países de altos recursos y con saneamiento adecuado a través de inmigrantes y viajeros que regresan de regiones endémicas y, en ocasiones, a través de residentes que no han viajado, particularmente aquellos con infección por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) u otras condiciones que causan inmunodeficiencia.

Algunos parásitos se han adaptado a vivir en la luz del intestino o de la vagina donde las condiciones son anaerobias; otros residen en la sangre o en tejidos de varios órganos donde las condiciones son aerobias.

Muchas infecciones parasitarias intestinales se propagan a través de la ruta fecal-oral (ingestión de alimentos o agua contaminados por heces). Sobre todo esto ocurre en áreas donde las condiciones higiénico-sanitarias no son adecuadas. Algunos parásitos, como los anquilostomas, pueden ingresar en la piel durante el contacto con material sucio contaminado o, en el caso de los esquistosomas, con agua dulce contaminada. Algunas infecciones parasitarias, como la malaria, se transmiten por vectores artrópodos, y otras, como la tricomoniasis, son de transmisión sexual. Rara vez los parásitos se transmiten por transfusiones de sangre o agujas compartidas o congénitamente de la madre embarazada al feto.

Algunos parásitos son endémicos en los Estados Unidos y otros países de altos recursos. Los ejemplos incluyen Trichomonas vaginalis, Toxoplasma gondii y parásitos entéricos como Giardia intestinalis (también conocido como G. duodenalis o G. lamblia), especies de Cryptosporidium y Enterobius vermicularis (oxiuro) (2).

Las características de las infecciones por protozoos, microsporidios, helmintos y ectoparásitos varían de manera importante.

Protozoos

Los protozoos son microorganismos unicelulares que se multiplican por división binaria simple (véase Generalidades sobre las amebas libres y Generalidades sobre las infecciones por protozoos intestinales y microsporidios). Los protozoos pueden multiplicarse en sus huéspedes humanos y el aumento de su carga provoca una infección incontenible.

Salvo raras excepciones, como las especies Isospora, las infecciones protozoarias no producen eosinofilia.

Microsporidia

Microsporidia son microorganismos intracelulares formadores de esporas que solían clasificarse como protozoos, pero el análisis genético indica que son hongos o están estrechamente relacionados con ellos. 

La enfermedad humana se limita principalmente a personas que tienen infección por HIV u otra condición inmunosupresora.

Las manifestaciones clínicas dependen de las especies infecciosas e incluyen gastroenteritis, afectación de los ojos o infección diseminada.

Helmintos

Los helmintos son multicelulares y tienen sistemas de órganos complejos.

A su vez, pueden dividirse en

A diferencia de los protozoos, los helmintos generalmente no se multiplican en los seres humanos, pero pueden desencadenar reacciones eosinofílicas cuando migran a través de los tejidos. La mayoría de los helmintos desarrollan ciclos vitales complejos con parte de su vida fuera del huésped humano. Unos pocos, entre ellos el Strongyloides stercoralis , la Capillaria philippinensis y el Hymenolepis nana , pueden aumentar su carga por autoinfección (los descendientes reinfectan al mismo huésped en lugar de contagiar a otro). En la estrongiloidiasis, la autoinfección puede provocar hiperinfecciones diseminadas peligrosas para la vida en individuos inmunodeficientes, en particular en los que toman corticoesteroides (porque matan los eosinófilos, que están directamente involucrados en las respuestas inmunitarias antihelmínticas) u otros inmunodepresores, o en receptores de trasplante de células madre hematopoyéticas.

La gravedad de las infecciones helmínticas suele correlacionarse con la carga de parásitos, pero hay excepciones, por ejemplo, cuando un solo gusano adulto Ascaris causa pancreatitis aguda que amenaza la vida al migrar hacia el conducto pancreático y obstruirlo. La carga de parásitos depende del grado de exposición ambiental, ciertos factores relacionados con el parásito y las respuestas inmunitarias del huésped. Si una persona infectada se aleja de un área endémica, el número de gusanos adultos disminuye con el tiempo debido a la falta de re-exposición frecuente. Algunos pocos helmintos (p. ej., Clonorchis sinensis) pueden sobrevivir varias décadas en los seres humanos, pero la mayoría tiene una vida media de unos pocos años o menos.

Los nematodos son helmintos cilíndricos no segmentados que miden entre 1 mm y 1 m de longitud. Estos parásitos tienen una cavidad corporal que los distingue de los gusanos planos y las duelas. En cada especie, diferentes estadios del ciclo vital pueden infectar a los seres humanos. Hay cientos de millones de seres humanos infectados por nematodos que viven en los intestinos y son transmitidos por huevos o larvas en las heces; los más comunes son Ascaris (ascariasis), Enterobius vermicularis (oxiuros), anquilostomas, Trichuris (trichuriasis) y Strongyloides (estrongiloidiasis).

Los cestodos (tenias adultas) en su forma adulta son gusanos planos multisegmentados que carecen de un tubo digestivo y absorben los nutrientes directamente del intestino delgado del huésped. En el tubo digestivo del huésped, las tenias adultas pueden crecer mucho; hasta 40 m para una especie. Las tenias que infectan a los humanos son Diphyllobothrium latum (tenia del pescado), Taenia saginata (tenia de la carne) y Taenia solium (tenia del cerdo).

Los trematodos (duelas) son gusanos planos no segmentados que infectan los vasos sanguíneos, os pulmones, el hígado o el tubo digestivo. Por lo general, no tienen más de unos pocos centímetros de longitud; sin embargo, algunos tienen solo 1 mm, y algunos son tan largos como 7 cm. En los seres humanos, la mayoría de las infecciones por trematodos son causadas por especies de Schistosoma (esquistosomiasis), trematodos hepáticos como Fasciola hepatica (fascioliasis) y Clonorchis sinensis (clonorquiasis), además de trematodos pulmonares como ciertas especies de Paragonimus (paragonimiasis).

Ectoparásitos

Los ectoparásitos son organismos que viven en la superficie externa de un huésped y se alimentan de sus tejidos o líquidos corporales. Producen huevos y los depositan sobre o en la piel del huésped. Los ectoparásitos incluyen piojos, garrapatas, ácaros, chinches y pulgas.

Los piojos, incluyendo los piojos de la cabeza (Pediculus humanus var. capitis), los piojos del cuerpo (P. humanus var. corporis), y los piojos púbicos (Phthirus pubis), se alimentan de sangre. Por lo general son asintomáticos, pero pueden causar prurito; son muy contagiosos.

Las garrapatas se alimentan de sangre y transmiten varias enfermedades, como la enfermedad de Lyme (especies de Borrelia, especies de Ixodes) y la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas (Rickettsia rickettsii).

Los ácaros son insectos diminutos que se alimentan de células muertas de la piel. Pueden causar infestaciones cutáneas, como la sarna (Sarcoptes scabiei) o la demodicosis (ácaros de Demodex). Debido a su preferencia por ambientes húmedos y cálidos, a menudo se encuentran en interiores, especialmente en dormitorios y otras habitaciones con alfombras. Están principalmente implicados en exacerbar la rinoconjuntivitis alérgica y el asma en personas sensibilizadas. Los ácaros del polvo pueden causar hipersensibilidad pulmonar.

Las chinches (Cimex lectularis y C. hemipterus) son pequeños ectoparásitos que se alimentan exclusivamente de sangre y viven en las superficies externas de huéspedes humanos y animales. Se han convertido en ectoparásitos humanos generalizados a nivel mundial, atribuido en gran medida al aumento de los viajes internacionales y al desarrollo de resistencia a insecticidas. Las chinches usan varias señales, incluyendo calor, dióxido de carbono y olores corporales, para localizar a sus huéspedes principales, los humanos.

Las pulgas se alimentan de sangre y causan dermatitis e infecciones bacterianas secundarias. También sirven como vectores que transmiten infecciones, incluyendo enfermedad por arañazo de gato (Bartonella henselae), tifus transmitido por pulgas (Rickettsia typhi), y peste (Yersinia pestis). Las picaduras de pulgas pueden causar picazón y reacciones alérgicas.

Los ectoparásitos usualmente experimentan un ciclo de vida que incluye etapas de huevo, larva y adulto. Sus ciclos de vida pueden variar ampliamente; algunos ectoparásitos se reproducen con rapidez y afectando a los huéspedes en un período corto. Usualmente se transmiten a través del contacto directo con un huésped infectado o a través del ambiente (p. ej., las pulgas y los piojos tienden a propagarse fácilmente en condiciones de vida hacinadas, las garrapatas pueden adherirse a un huésped que camina por hierba o áreas boscosas).

Referencias generales

  1. 1. Torgerson PR, Devleesschauwer B, Praet N, et al. World Health Organization Estimates of the Global and Regional Disease Burden of 11 Foodborne Parasitic Diseases, 2010: A Data Synthesis. PLoS Med. 2015;12(12):e1001920. Published 2015 Dec 3. doi:10.1371/journal.pmed.1001920

  2. 2. Pyzocha N, Cuda A. Common Intestinal Parasites. Am Fam Physician. 2023;108(5):487-493.

Diagnóstico de las infecciones parasitarias

  • Examen microscópico

  • Pruebas de antígeno y ADN

Los métodos usados para diagnosticar las enfermedades parasitarias especificas se reseñan en la tabla Recolección y manipulación de las muestras para el diagnóstico microscópico de las infecciones parasitarias.

Tabla
Tabla

La infección parasitaria debe considerarse especialmente entre los diagnósticos diferenciales en algunas situaciones clínicas, por ejemplo, la aparición de fiebre en un viajero que regresa de un área endémica puede sugerir la posibilidad de paludismo. Las personas que han emigrado de áreas endémicas a áreas no endémicas y que regresan a sus hogares para visitar a amigos y familiares tienen un riesgo particularmente alto. Los miembros inmediatos de la familia, como cónyuges e hijos, también tienen mayor riesgo. Los inmigrantes que viajan a su país de origen pueden volver a ser susceptibles a infecciones endémicas debido a la disminución de la inmunidad por falta de exposición continua. En consecuencia, pueden ser menos propensos a buscar vacunas previas al viaje, medicamentos profilácticos o asesoramiento de salud preventiva. Comparado con turistas que se quedan en hoteles los inmigrantes también tienen más probabilidades de visitar áreas con mayores tasas de transmisión de enfermedades (1).

Aunque es menos frecuente, también debe considerarse la posibilidad de infección parasitaria adquirida en forma local en residentes de países con sistemas de saneamiento modernos que presentan síndromes clínicos sugestivos, incluso si no han viajado; algunos parásitos son endémicos de los países desarrollados y otros (principalmente los que se transmiten por vía fecal-oral) pueden contagiarse de viajeros infectados.

La información sobre exposición, los hallazgos en la exploración física y los datos de las pruebas de laboratorio también pueden sugerir una infección parasitaria específica. Por ejemplo, la eosinofilia es frecuente cuando los helmintos viajan a través del tejido y sugiere una infección parasitaria en un inmigrante o un viajero que regresó a su hogar.

El diagnóstico de infecciones parasitarias se basó en la identificación de óvulos, larvas o parásitos adultos en heces, sangre, tejido u otras muestras o en la presencia de anticuerpos en el suero, pero el diagnóstico se basa cada vez más en la identificación de antígenos del parásito o pruebas moleculares para el ADN del parásito.

En numerosos centros médicos importantes, clínicas de asesoramiento por viajes y centros de salud pública pueden realizarse consultas a médicos con experiencia en infecciones parasitarias y enfermedades tropicales.

Para una descripción detallada de los métodos de diagnóstico, véase Laboratory Identification of Parasites of Public Health Concern de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC).

Parásitos del tubo digestivo

Varios estadios de protozoos y helmintos que infectan el tubo digestivo se eliminan típicamente a través de las heces. La detección sistemática requiere el examen de las muestras de heces, de ser posible 3 muestras recolectadas en diferentes días, porque la eliminación puede variar. La sensibilidad de los exámenes de heces para detectar huevos y parásitos es tan baja que cuando el médico sospecha firmemente la posibilidad de esta infección debe considerarse el tratamiento empírico incluso si el examen de heces es negativo.

Existen ensayos moleculares sensibles y específicos, como ensayos basados en reacción en cadena de la polimerasa (PCR) múltiple, para detectar antígenos de Giardia, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica, y Cyclospora en heces; sin embargo, estos ensayos pueden ser costosos (2) (véase tabla Pruebas serológicas y moleculares para infecciones parasitarias). Los ensayos de PCR múltiple pueden detectar múltiples patógenos entéricos con mayor sensibilidad y velocidad que las modalidades diagnósticas tradicionales como cultivos; sin embargo, estos ensayos no diferencian entre organismos viables y no viables. Esta falta de diferenciación puede presentar desafíos para la interpretación, en particular cuando se detectan múltiples patógenos en una sola muestra. En estos casos, la historia del paciente, las manifestaciones clínicas y temporales de los síntomas infecciosos, y la cantidad relativa de ADN del patógeno pueden ser útiles para guiar las decisiones de tratamiento (3).

Las muestras de heces recién eliminadas no contaminadas con orina, agua, suciedad ni desinfectantes (independientemente de si se obtuvieron en la clínica o en el hogar del paciente) deben enviarse al laboratorio dentro de la hora siguiente; las heces no formadas o acuosas tienen más probabilidades de contener trofozoítos móviles. Cuando la muestra ya está en el laboratorio, si no se examina inmediatamente, debe refrigerarse, pero no congelarse. Luego, los técnicos de laboratorio deben emulsionar porciones de heces frescas en fijador para preservar los protozoos gastrointestinales. Pueden también usarse técnicas de concentración para aumentar la sensibilidad. Si se sospecha estrongiloidiasis, se deben realizar una o más pruebas especializadas en heces si no se observan larvas en el examen directo de las heces frescas. Los antibióticos, el material de contraste radiológico, los laxantes y los antiácidos pueden comprometer la detección de los huevos y los parásitos durante varias semanas. Si se sospechan infecciones por nematodos, también se puede utilizar cinta de celofán o hisopos anales para recolectar huevos de oxiuros o tenias.

Debe considerarse la indicación de sigmoidoscopia o colonoscopia en pacientes con síntomas digestivos persistentes cuando los exámenes habituales en heces son negativos y se cree firmemente en la posibilidad de una amebiasis. Las muestras obtenidas con sigmoidoscopia deben tomarse con cureta o cucharilla (los hisopos no son adecuados) y procesarse de inmediato para su evaluación microscópica. La endoscopia digestiva alta puede realizarse para incluir aspirados duodenales o muestras de biopsia de intestino delgado; las muestras endoscópicas del tubo digestivo superior a veces pueden ser necesarias para el diagnóstico de infecciones como la criptosporidiosis y la microsporidiosis.

Pruebas serológicas para detectar infecciones parasitarias

Algunos parásitos pueden detectarse con pruebas serológicas (véase tabla Pruebas serológicas y moleculares para detectar infecciones parasitarias).

Tabla
Tabla

Referencias del diagnóstico

  1. 1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Visiting Friends & Relatives: VFR Travel. CDC Yellow Book 2024. Accessed January 31, 2025.

  2. 2. Shane AL, Mody RK, Crump JA, et al. 2017 Infectious Diseases Society of America Clinical Practice Guidelines for the Diagnosis and Management of Infectious Diarrhea. Clin Infect Dis. 2017;65(12):e45-e80. doi:10.1093/cid/cix669

  3. 3. Miller JM, Binnicker MJ, Campbell S, et al. A Guide to Utilization of the Microbiology Laboratory for Diagnosis of Infectious Diseases: 2018 Update by the Infectious Diseases Society of America and the American Society for Microbiology. Clin Infect Dis. 2018;67(6):e1-e94. doi:10.1093/cid/ciy381

Tratamiento de las infecciones parasitarias

  • Diversos tratamientos según la infección específica

(Véase en infecciones específicas en otra parte del MANUAL).

Los consejos para tratar infecciones parasitarias impartidos por expertos están disponibles en centros médicos y de salud pública importantes y en clínicas de viajes, así como en A-Z Index of Parasitic Diseases (Ïndice de la A a la Z de las enfermedades parasitarias) de los CDC (por las siglas en inglés de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), en Clinical Care of Soil-transmitted Helminths (Atención médica de los helmintos transmitidos a través del suelo) de los CDC y en libros de texto de enfermedades infecciosas y medicina tropical.

Algunos medicamentos que no están aprobados por la U.S. Food and Drug Administration de los Estados Unidos para las infecciones parasitarias pueden obtenerse en CDC Drug Service.

Prevención de las infecciones parasitarias

Las vacunas antimalaria recientemente desarrolladas, R21/Matrix-M y RTS,S, son las primeras vacunas licenciadas para la prevención de una infección parasitaria (véase WHO: Malaria vaccines (RTS,S and R21). En la actualidad se desarrollan vacunas para la prevención de otras infecciones parasitarias, como esquistosomiasis, leishmaniasis, y uncinariasis. De lo contrario, la prevención se basa en gran medida en estrategias de evitación.

La transmisión de la mayoría de los parásitos intestinales puede prevenirse mediante lo siguiente:

  • La eliminación higiénica de las heces

  • Lavado de manos

  • La cocción adecuada de los alimentos

  • La provisión de agua purificada

El lavado de manos es muy importante después del uso de baños y letrinas y antes de la preparación de alimentos. Durante viajes a áreas con exposición potencial a infecciones parasitarias que se transmiten por vía fecal-oral, el mejor consejo es "cocínalo, hiérvelo, pélalo, u olvídalo", lo que significa que los viajeros deben evitar lo siguiente: comer carne, pescado, mariscos y huevos que no estén completamente cocidos; comer frutas o verduras crudas; y comer o beber productos lácteos no pasteurizados o zumos de frutas. Una excepción a esta guía es que las frutas o verduras con cáscara gruesa (p. ej., plátanos) usualmente se consideran seguras para comerse crudas si la cáscara se lava antes de retirarla. Se debe tener cuidado de verificar que el agua potable se obtenga de fuentes seguras. Debido a que algunos parásitos sobreviven la congelación, los cubos de hielo a veces pueden transmitir enfermedades, a menos que estén hechos de agua purificada. Cuando se cumplen estas medidas, se reduce aunque no se elimina el riesgo de desarrollar infecciones parasitarias intestinales, así como el riesgo de gastroenteritis bacteriana y viral.

Otras medidas de seguridad para prevenir infecciones parasitarias incluyen retirar las cajas de arena para gatos de las áreas donde se prepara comida para prevenir la toxoplasmosis. No se debe nadar en lagos, lagunas o ríos donde la esquistosomiasis es endémica ni caminar con los pies descalzos o tener contacto de la piel desnuda con superficies en zonas donde puedan hallarse anquilostomas.

La prevención de la malaria y de muchas otras enfermedades transmitidas por vectores involucra lo siguiente:

  • Vestimenta de camisas de manga larga y pantalones largos

  • Se aplican repelentes de insectos con dietiltoluamida (DEET) en la piel expuesta y permetrina en las prendas (sin embargo, tratar la ropa es menos efectivo que usar repelentes de insectos en la piel)

  • Uso de mosquiteros en las ventanas, aire acondicionado y tules sobre las camas impregnados en permetrina u otros insecticidas

  • Usar aerosoles insecticidas, incluyendo aerosoles de permetrina o piretroides en hogares y exteriores

  • Para residentes en áreas no endémicas que viajan a regiones donde se transmite la malaria y reciben medicamentos antipalúdicos profilácticos

Los individuos que viajan a zonas rurales de Latinoamérica no deben dormir en casas de adobe donde las vinchucas pueden transmitir la enfermedad de Chagas. En África, los viajeros deben evitar las ropas de colores brillantes y vestir camisas y pantalones largos para prevenir la picadura de la mosca tsetsé en las regiones africanas donde puede contraerse la enfermedad del sueño.

Pueden obtenerse recomendaciones específicas para viajes a diversos países en Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Travelers' Health y CDC Yellow Book.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Laboratory Identification of Parasitic Diseases of Public Health Concern

quizzes_lightbulb_red
Test your KnowledgeTake a Quiz!
ANDROID iOS
ANDROID iOS
ANDROID iOS